El acuerdo

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Fuimos a los camerinos para no disturbar al resto del gimnasio con mi derrame, el Aprendiz fue por un botiquín de primeros auxilio, cuando volvió me quitó el pañuelo y la sangre comenzó a salir sin parar. Puse mi mano sobre el chorro de agua helada de la llave, la herida era más grande de lo que había pensado y de lo que se sentía. Lo admito, me asusté, no sabía cómo haría para que se detuviera el sangrado. 

¿Por qué esto no dejaba de pasarme?

- No te preocupes, he curado heridas peores - me dijo el Aprendiz adivinando mis pensamientos 

- No estoy preocupada - dije orgullosa 

Él soltó una pequeña risa. 

- Necesitas puntos - afirmó luego de ver la herida limpia

- ¿Qué? - exclamé 

- Solo un par - dijo despreocupado 

- ¿Y piensas hacerlos tú? 

Eso no me parecía una buena idea en lo absoluto. 

- Claro, lo he hecho cientos de veces

No confiaba en él. 

- No - dije 

Puso los ojos en blanco. 

- No seas dramática, Blanca

- No me digas así - lo detestaba

Sacó un spray y lo agitó, luego lo aplicó sobre la herida haciendo que me sobresaltara, se sentía muy frío y como de a poco el tejido se endurecía y me tiraba la piel.

- Esto detendrá la hemorragia, y de paso desinfectará la herida 

Asentí nerviosa, comenzaba a sentir un ardor que iba en aumento. 

- Era eso o ponerte alcohol

Lo miré, era la primera vez que hablaba sin insultarme y que me ayudaba con algo sin ser un completo idiota. 

Nos quedamos en silencio por un rato. Veía como la herida evolucionaba, paró el sangrado y el Aprendiz se preparó para suturar. Sacó una aguja. 

- ¿Qué es eso? - pregunté un poco histérica 

- ¿Quieres calmarte? Esto es un gimnasio de boxeo, todo tipo de cosas pasan aquí, tenemos todos los materiales necesarios para curar heridas como estás ¿o crees que cuando alguien se rompe la nariz lo llevamos a urgencias?

Tenía unas tijeras y un pequeño sobre del que sacó el hilo transparente que ocuparía para cerrar la herida. 

- No confío en ti - le dije sin rodeos 

Frente a eso rio.

- Tendrás que arreglartelas con eso. Si quieres un consejo, mejor no mires ¿sí? te dolerá menos

Tenía razón, ver todo el aparataje que hacía con las tijeras, el hilo y la aguja me ponía más nerviosa, solo me quedaba no pensar y dejar que hiciera lo suyo, de todas manera no me quedaba de otra, era eso o una infección, confiar en el Aprendiz o dejar que mi mano se pudriera. 

Mire hacia el otro lado. Sentí que me puso otro líquido en los alrededores de la herida y al poco rato perdí la sensibilidad, al parecer era algún tipo de anestésico. 

- No podrás escribir por un tiempo, quizás una semana o dos 

Mierda. 

- ¿Qué haces? ¿estudias? - me preguntó

Llevábamos semanas entrenando y literalmente no sabíamos nada el uno del otro a parte de que nos odiábamos a muerte.

- Sí, y trabajo, y necesito mucho esta mano 

Quiero Olvidarte (#2) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora