El Regreso

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Estaba tan angustiada y ansiosa por finalmente meter a mi padre a la cárcel, que estaba dispuesta a dejar todo y partir de vuelta a Estados Unidos. Pero por suerte tenía a Bruno a mi lado, y con un poco de retórica logró convencerme de no hacerlo de inmediato. En dos meses terminaba el intercambio, luego de eso tenía que volver a graduarme a mi universidad, pero si simplemente me iba y no terminaba de hacer todo lo que me quedaba pendiente, no podría finalmente recibir mi título. 

De cualquier forma, Anthony no tenía idea de lo que yo estaba planeando, seguía en contacto con mi madre la cual lo mantenía despistado, tenía tiempo, él no iría a ninguna parte. Además, no estaba preparada mentalmente para volver de un momento a otro, tenía que prepararme para ir y a hacer una denuncia... Y en el fondo, no quería dejar Brasil, no quería dejar a Bruno, aunque ese no sería un problema tan grande.

Luego de un mes, recibí la mejor oferta de trabajo que pude haber imaginado, mi profesora guía, con quien había trabajo mucho para terminar mi trabajo final, me ofreció unirme a un grupo de investigación en un importante programa de la Escuela de estudios migratorios latinoamericanos, ella iba a dirigir la comisión, y quería que fuera parte. Cuando me lo dijo ni siquiera dudé en aceptar, simplemente lo hice. Sí, eso significaba que luego de graduarme, tendría un empleo, el de mis sueños, en Brasil... No sé cómo fue una decisión tan fácil de tomar siendo que era tan trascendental, estaba decidida a vivir, por no sabía cuanto tiempo más, en Brasil. 

¿Era en serio?

Pues sí, en mi interior sabía que era lo que quería y lo que iba a hacer.

Cuando le dije a Bruno, no lo podía creer, me preguntó mil veces si estaba segura, yo le dije que no tenía nada que perder, que ya estaba establecida, que me pagarían bien y que estaría haciendo lo que siempre había querido. 

- Pero esto no era lo que estaba entre tus planes - dijo atónito 

- Lo sé, quería volver a Estados Unidos luego de terminar el intercambio... Pero es que... No hay nada que me quiera hacer volver, no hay nada, ni nadie que me esté esperando

Levantó las cejas.

- ¿Estás segura de eso? - preguntó en tono de burla 

Giré los ojos. 

- Estoy muy segura... Pero aquí tengo todo lo que quiero

- ¿Incluyéndome? - preguntó con picardía

Moví la cabeza.

- No sé por qué te sorprendes tanto, pensé que te alegrarías

- Igual tienes que ir a graduarte a Estados Unidos ¿Cierto?

Asentí.

- Iré por un mes más o menos

Comenzó a sonreír. 

- Entonces qué, estás contento con la noticia o no - le dije con rabia porque esperaba más emoción - o pensaste que ya te podrías deshacer de mí

Se largó a reír. 

- Por supuesto que sí, estoy más que contento

Me agarró del rostro y se estiró sobre la mesa que nos separaba en el bar, me besó con dulzura y un poco de pasión también, ese era nuestro sello. Al separarnos el resto de la gente nos miraba, por alguna razón siempre llamábamos la atención de quienes nos rodeaban al estar juntos, demostrando o no afecto. Eli, que estaba al tanto de todo, decía que era porque teníamos un magnetismo que les traspasaba al resto, mi jefe, Marcos, decía algo parecido, solo que él no miraba con desagrado por la envidia que le daba (aunque sabía que no era malintencionada). 

Quiero Olvidarte (#2) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora