Al Borde del Precipicio

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Estaba tan molesta, quería decirle tantas cosas a la cara. Él me miraba confundido, sin saber la furia que había desatado. Pero yo se lo había advertido.

- Te dije que dejaras de meterte en mis asunto, Evan – dije con los dientes apretados

- No tengo idea de qué estás hablando

Lo agarré del brazo y literal, lo arrastré hacia la terraza. Cuando estabas afuera lo solté, ahora lucía molesto.

- Qué mierda te pasa – se quejó

- Qué te pasa a ti ¿Eres tonto o qué? ¿No logras entender las cosas que se te dicen? – le dije de forma ofensiva

- Ya di por qué estás tan desquiciada – pidió

- Llamaste a mi madre hoy – le recordé

Desvió la mirada, lo había descubierto y resultó avergonzado.

- Cuántas veces te he dicho que ya dejes de meterte en mi vida, cómo no entiendes... ¿Por qué llamaste a mi mamá?

Rodó los ojos como si estuviera exagerando.

- Solo quería saber cómo estaba

- Tú no me escuchas, te lo he pedido mil veces, deja de involucrarte

- ¿Por qué te molesta tanto?

- Porque he intentado sacarte de mi vida de todas las formas posible, Y SIGUES SIN HACERLO

Eso pareció dolerle.

- Ya te dije que solo la llame por lo que pasó anoche

- Pero ¡¿Por qué?! Qué es esta extraña obsesión con preocuparte por mi madre

Me miró con reproche.

- Tú fuiste quien me pidió que la ayudara cuando te mandaste a cambiar

- Yo jamás te pedí eso, por el contrario, cuando me fui te dije claramente que no quería que te siguieras involucrando

- Pero tenía que hacerlo, tú no tienes idea de todo lo que causaste cuando te fuiste, de todo el daño que hiciste con tus problemas – me sacó en cara

Me detuve por unos segundos para observarlo con detalle.

- ¿Esto se trata sobre mi madre, o sobre ti?

Hizo una mueca con el labio.

- De todos a tu alrededor, de tus amigos, de tu familia... Luego de que te fuiste, a penas llamabas a tu mamá, ella constantemente me preguntaba por ti, porque aún si hablaba contigo pensaba que le mentías, que le ocultabas cosas y tenía miedo de que te fuera a pasar algo o estuvieras pasando un mal rato y no fueras capaz de decirle

Me quedé sin saber qué decir.

- Yo era el único que le decía la verdad... Tú no pensaste en ella, no te pones en su lugar, en su papel como madre... Lo que es peor, no la aprecias por eso... Cuando te fuiste quise ayudarla porque era quien más lo necesitaba, casi te pierde, estuviste meses desaparecida y no sabíamos si quiera si estabas viva ¿Te das cuenta de lo angustiaste que es eso para una madre? – me reprochó con crueldad

- ¿Y tú eres madre? – le pregunté ya que hablaba con tanta propiedad

- No, solo tengo la capacidad de sentir empatía... Y me acojona que tengas una madre y no sepas valorarla, cuando la pierdas te vas a arrepentir

Quiero Olvidarte (#2) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora