Decretos

581 41 5
                                    

Respiré profundo, estaba despertando pero aún no podía abrir los ojos, comencé a sentir lo pesado y cansado que estaba mi cuerpo, tirado boca abajo, desparramado. Me dolía cada músculo, me dolía hasta el pelo, solté un quejido y escuché una pequeña risa como respuesta. 

- No me puedo mover - le dije 

- No tienes que hacerlo, aunque quizás deberías levantarte para comer algo, o tu cuerpo no podrá tener energías - dijo

- No puedo masticar, es demasiado trabajo - murmuré - lo haré más tarde

- Ya es tarde, son las 1 

Mierda, había dormido más de lo usual, y aún así no era suficiente. 

- Dios... Siento que me pasó un camión por encima 

- Bueno, considerando toda la actividad física que tuviste en los últimos dos días, cuatro peleas, una borrachera, y... - se detuvo ahí, pero ambos sabíamos lo que pensaba decir  

Abrí los ojos finalmente, él estaba acostado de lado frente a mí, me miraba con gracia y ternura. 

- Hola - le dije con un poco de timidez 

La timidez era porque un montón de imágenes y recuerdos de lo que había pasado la noche anterior, comenzaron a reproducirse en mi cabeza. Ya no lo podía mirar de la misma manera. 

- Hola - respondió con una sonrisa 

Nos quedamos en silencio por un rato sin dejar de mirarnos, hasta que nos dio tanta risa que nos largamos a reír sin parar. 

- No lo puedo creer - dije cubriéndome el rostro con mis manos 

Luego lo mire, mire su torso desnudo, me di cuenta de que yo también estaba desnuda, por completo. 

- Lo hicimos - le dije asombrada

Asintió. 

- Bastante - añadió 

- ¿Cómo? - exclamé confundida pero con un poco de risa

- ¿Quieres que te lo explique? - respondió como si mi pregunta fuera estúpida

- No, no qué sucedió, sino cómo sucedió, cómo llegamos a esto

Tomó aire y puso una expresión reflexiva. 

- Bueno, supongo que iba a pasar ahora o en cualquier otro momento, la atracción era inevitable, solo era cosa de que uno de los dos tomara la iniciativa, si hubieras sido tú, yo no me habría resistido, y viceversa... También era necesario que ocurriera algo súper dramático que nos llevara al límite, como la discusión absurda que tuvimos 

- Pues yo no esperaba que pasara así

- Pero lo querías 

Bajé la mirada. 

- Sí - admití como si no fuera la gran cosa - Y tú, estabas preparado, traías preservativos 

Intentó aguantarse una sonrisa. 

- Cuando me fui, supe que tenía que ir rápidamente por ellos a la casa de mi abuela porque no iba a dejar las cosas así, y volvería para follarte - admitió

Sentí como me subió la sangre a las mejillas.

- Ya no aguantaba más - agregó 

Al menos ahora sabía que la tensión sexual que yo había sentido en ese momento no era solo de mi parte. Me quedé en silencio. 

- ¿Estás bien? - me preguntó 

Asentí. 

- Claro que sí 

Quiero Olvidarte (#2) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora