Conversaciones Ajenas

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8 a.m, estaba hace un buen rato mirando el techo de mi habitación, otra mañana, otra vez las discusiones en mi cabeza. Eli durmiendo a mi lado profundamente. Me levanté para tomar un baño porque ya no soportaba estar en la cama. Bajo el chorro de agua caliente todo parecía mejor, era mi manera de resetearme todos los días, ojalá no tuviera que salir de la ducha.

Eli tiene razón, este no es el problema más grande del mundo, pensaba. Solo es atracción sexual, él es guapo, bastante... no soy de fierro, tengo ojos, no es raro que me haya fijado en él, pasamos mucho tiempo juntos, lo veo casi todos los días... pero eso no significa que algo vaya a pasar. Además, seguramente el solo juega conmigo y su coqueteo no es en serio. 

Ignorarlo hasta que el sentimiento desapareciera sonaba bien para mi. ¿Cómo no iba a poder? Ni que se me fuera a plantar enfrente y a quitarse la ropa bailando. Lo tenía bajo control, todo estaba en orden, de hecho lo mejor que se me ocurrió hacer fue creerme el hecho de que Bruno solo bromeaba conmigo y que ser así de insinuador era parte de su personalidad, que lo hacía con todo el mundo y que todo seguía como siempre en nuestra relación de amistad. 

Salí de la ducha. Eli ya estaba despierta recostada en la cama.

- Buenos días, amiga ¿Cómo se encuentra tu cabeza hoy? 

Suspiré agotada mientras buscaba ropa que ponerme. 

- Insoportable, como siempre, pero mejor que ayer supongo 

- ¿Has pensado algo nuevo?

- Que ya no le daré importancia a todo esto 

- Quizás eso sea bueno

Sentí rabia.

- ¿Por qué esto tiene que pasar? Es tan... infantil, no puede ser que viva sola por mi cuenta en un país extraño y haya sobrevivido a un puto secuestro, pero no pueda controlar las mariposas que me dan por un chico 

Ella apretó los labios. 

- Y más encima, por segunda vez ¿Sabes? Yo no era así ¿Lo recuerdas? Yo solía ser muy cool y tranquila, no me importaba nada, pero ahora soy como la peor versión de una película de Disney para pre adolescentes 

Se largó a reír.

- Soy un maldito cliché, a poco de cumplir los 22

- Vamos, deja ya eso... todo esto es normal, tienes hormonas, y las hormonas reaccionan ante los cuerpos esculturales como el de Bruno

- Pero es que antes no lo veía así, era solo un cuerpo, no sé qué pasó en el camino

Me vestí, luego me senté en la cama. 

- No pienso ir a entrenar hoy - decidí 

- ¿Cómo que no? - exclamó ella - No vas a detener tu vida por esto, no seas cobarde, vamos tú puedes, yo te acompaño 

La miré con escepticismo. 

- Lo único que quieres es que vaya para que se arme un nuevo espectáculo y además ser testigo de él

- Más o menos - admitió

- No irás conmigo a ninguna parte, lo llamaré, le diré que no puedo ir porque... no sé, amaneciste enferma o algo así, y asunto resuelto 

A pesar de que no me creía capaz de enfrentar el tema, me moría de ganas de entrenar. Y mis instintos pasionales me pedían verlo, pero mi racionalidad y los miedos siempre eran más fuertes que todo. La culpabilidad que sentía al pensar en Evan me volvía loca ¿Por qué me pasaba esto si yo estaba enamorada de él aún? Ni siquiera sabía que era posible. 

Quiero Olvidarte (#2) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora