Me daba mil vueltas en la cama, escondía la cabeza debajo de las sábanas, salía porque me faltaba aire, me ponía la almohada encima, luego la quitaba... No podía sacarme de la cabeza el beso de Bruno, sus labios, su olor, sus manos sobre mí... Me estaba volviendo loca, pero está vez, en comparación a cuando me resistía a lo que sentía, era una locura agradable, llevadera. Sentía que me había quitado un gran peso de encima.
Pero eso no quería decir que estaba feliz y aliviada, a pesar de que me había quitado ese peso, ahora tenía otro, la gran culpabilidad. Cuando podía dejar de pensar en Bruno, empezaba a pensar en Evan, me dolía hasta el alma pensar en él, en toda nuestra historia, nuestro dolor, nuestro amor. Luego pensaba que aferrarme a todo eso no me haría ningún bien, que no era una mala persona, que él estaba bien, estaba lejos con su padre y su hermano y muy pronto se olvidaría de mí, si es que ya no lo había hecho.
Habían pasado un par de días desde la boda, no había visto a Bruno, luego del beso no conversamos por el resto de la noche, pero la tensión era muy intensa. Desde lejos nos mirábamos, a veces por minutos, sin despegarnos, me sentía como en una película. Nos encontrábamos en la barra, no decíamos nada pero seguía habiendo esa complicidad, las sonrisas, la electricidad que era inevitable. Me pillaba en la pista de baile, me agarraba y me hacía girar, bailaba un rato conmigo y luego se iba. Todo eso era casi tan bueno como el beso que nos habíamos dado.
Ese día tenía que ir a entrenar, sabía que no podía evitarlo más, había tenido mucha suerte en no haberlo visto desde ese entonces. Parte de eso era porque me resistía a salir de la casa, no quería arriesgarme, no me sentía muy preparada, pero quizás nunca lo estaría por completo. Además... sentía ganas de volver a experimentar esa emoción que me daba verlo, sobre todo ahora que las cosas no podían estar más excitantes.
Deseaba que las cosas no fueran tan complicadas, era injusto haberme encontrado con dos chicos tan PERO TAN geniales en la vida. No lo merecía, a la gente jodida como yo no deberían pasarle ese tipo de cosas, nosotros no estamos preparados para eso (yo era un vivido ejemplo de aquello). Las chicas buenas lo merecían, o las que llevaban una vida de sufrimiento y no podían encontrar consuelo, ellas lo merecían. Pero en cambio la vida se dedicaba a darme a mí, una desgraciada, no solo a uno sino que a dos chicos impresionantes, en todos los sentidos, y me dejaba ahí, a la deriva sin saber qué mierda hacer, si quejarme y sentirme culpable, o ser una perra y tomar las riendas de mi vida y mis decisiones, y hacer lo que realmente quería.
Por el momento tenía que ser cautelosa, no apresurar nada, si bien nos habíamos besado, no significaba que lo volveríamos a hacer. Había ocurrido en un momento de mucha tensión, de ira y una pasión desatada producto de esas dos cosas. No podíamos dejarnos llevar solo por eso, y quizás en estados de ánimo normales, no sentiríamos esas ganas desesperadas de hacerlo de nuevo.
Fui a trabajar por la mañana ese día, había mucho que hacer, el lugar estaba lleno, pero a pesar de eso mi mente no podía mantenerse concentrada solo en eso. Bruno y Evan invadían mi cabeza, sobre todo Evan... sobre toda la culpabilidad. Pero seguía trabajando a mil por hora, era mejor que quedarse quieta y dejar que mis sentimiento me carcomieran.
- Oye Nina - me habló Marcos, mi jefe, el que me odiaba pero me quería - Hoy día vamos a tener una pequeña reunión aquí en el bar, solo los empleados, es para celebrar el aniversario del local ¿Vendrás después de entrenar?
Me lo quedé pensando.
- Vamos, eres la única a la que tolero, a penas... No me dejes aquí con toda esta chusma
Reí.
- No te prometo nada pero, lo voy a intentar
Lo que pasó al llegar al entrenamiento fue extraño, iba con muchas cosas en la cabeza y muchos nervios, temía verlo. Pero cuando estaba en el gimnasio y lo vi, ahí de pie colocándose las vendas... Sentí tanta paz y tranquilidad, sentía dicha de tenerlo en frente. Levantó la cabeza y me vió, sonrió levemente, y me sentí aún mejor. Me acerqué con calma hasta llegar a su lado.
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Quiero Olvidarte (#2) COMPLETA
Jugendliteratur[Segunda novela y continuación de Quiero Salvarte] La vida corrompió a Cris, Evan la salvó de la mafia pero no de sus miedos, ella descubrió que era momento de salvarse a sí misma y dejar todo su pasado atrás. Con una nueva identidad y una gran her...