Sed del pasado

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Pasaron un par de días, estaba recostada en el suelo de mi habitación con el móvil frente a mi cara. Tenía todos mis contactos de nuevo, eran las 4 de la madrugada y no podía dejar de pensar en llamar a mi madre, o a cualquiera que pudiera ayudarme con la desesperación de no poder estar allá para sacar a mi padre de mi casa, enfrentarlo, a pesar del temor que eso me causaba. 

Estuve muchas veces a punto de marcar, quería algo de información, lo que fuera. Saber qué estaba haciendo, cuánto tiempo se quedaría, y sobre todo... quién diablos era realmente. No podía borrar de mi cabeza la imagen de él en Florida... varias ideas se cruzaban por mi cabeza. Tráfico, armas, drogas, prostitución.

El estruendoso sonido de una hilera de balazos llegaron a mis oídos. Había una balacera a un par de calles desde hace una hora aproximadamente, y parecía que las diferencias aún no se resolvían.

- Mierda - maldecí al techo con moho de mi habitación mientras mi corazón saltaba como loco de la impresión que me había dado - ¿es que acaso no se cansan? jamás podré dormir así 

No es buena idea hacerlo, quizás si te duermes ya no despiertes nunca más por un tiro en tu cabeza.

A veces esa idea no parecía tan mala. 

Comencé a mirar el teléfono. Habían quedado algunas cosas del Aprendiz juntos con las mías, se conservaron algunas fotos, la mayoría de entrenamientos, algunos vídeos que no me tomé la molestia de mirar porque eran aburridos, los entrenamientos no tenían nada de divertidos cuando no estabas en ellos y solo mirabas. Habían fotos mías también, la mayoría de mis amigos, las cuales ellos mismos habían tomado, yo no me daba tiempo para tomar fotografías, prefería guardar todo en mi mente. Seguía mirando, y luego, apareció la cara de Evan en la pantalla en una gloriosa foto que él había sacado en el río michigan cuando lo recorrimos en bote, aquella vez en Chicago, con un atardecer maravilloso que pegaba sobre el rostro de Evan.

Yo aparecía detrás de él con cara de "no tomes la maldita foto" y él con una sonrisa adorable, perfecta, increíble, que me ponía los pelos de punta y me daba ganas de saltar sobre él. 

- ¿Cómo mierda puedes ser tan guapo? En serio, no lo soporto, no soy de fierro - le hablaba a la pantalla con frustración 

Llámalo

No.

Hazlo, te mueres por escucharlo... mejor una video llamada, hay que verlo.

¡No! no quiero verlo... debo dejar de pensar en él, eso es todo.  Y debo dormir, mañana debo ir a clases a recibir los comentarios sobre la propuesta de mi proyecto. 

La cual hiciste de manera muy intransigente, sin la autorización de tu fuente. 

Ya hallaré la manera de pedirle el consentimiento de la abuela del Aprendiz. Ahora déjame en paz, cabeza de mierda. 

Quizás un par de videos del Aprendiz me ayudarían a conciliar el sueño. Busque uno para elegir al azar, estaba mirando la galería cuando vi uno distinto al resto, el escenario era distinto, no era el gimnasio, y no era Bruno el que competía, presentí que no era algo usual. Lo presione para comenzar a verlo y lo primero que noté era que parecía como si la cámara estuviera escondida dentro de un bolso y las personas no supiera que estaban siendo grabadas. Hablaban en portugués, no entendía mucho lo que decían, habían dos hombres jóvenes vestidos de verde ahí, dentro del cuadrilátero, y un hombre más viejo en el fondo que observaba todo y caminaba de un lado a otro. El Aprendiz apareció en el cuadro, les daba instrucciones, se pusieron en posición y comenzaron a pelear, pero no era boxeo, en lo absoluto, eso parecía algo completamente distinto, algo... militar.

Quiero Olvidarte (#2) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora