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Taehyung respiraba nervioso sentado en la silla de ruedas en la que lo sacarían del hospital pues sisa piernas aún seguían muy débiles, había entregado la carta a Jimin a las 9 en punto sin mediar palabra alguna, tan solo entregándola y despidiéndose con un ademán de mano. Miraba sus brazos, aún vendados por algunas heridas que no habían cerrado bien, luego de dos semanas finalmente iría a casa.

—¿Tiene idea de cuando hablará doctor? --preguntaba su madre al doctor que terminaba de llenar su cartilla para que pudiera partir.

— ¿Sinceramente? no tengo idea, a esto se le llama "mutismo selectivo" la persona decide dejar de hablar súbitamente como resultado de una extrema ansiedad, sienten pánico sobre sus palabras por lo que deciden dejar de pronunciarlas, en este caso pudo ser debido al trauma del lazo roto, así que no puedo asegurarle siquiera que volverá a hablar --el médico miró con pena a la pobre mujer que asintió para luego acercarse a su hijo, cuando les dieron el visto bueno salieron de la habitación para dirigirse al hospital.

Les dieron algunas recomendaciones para el cuidado de las heridas que aún no cerraban, recomendaciones que Taehyung no escuchó por estar demasiado ensimismado en en abrazar su libreta sin mirar al frente en un total silencio en el que solo se preguntaba si Jimin había leído ya su carta, si había podido entender su letra temblorosa o si estaba de acuerdo con  lo que había escrito, sin percatarse comenzó a morder sus labios con fuerza hasta llegar al auto, donde su madre lo esperaba y le sonrió al verlo, pero no devolvió la sonrisa, la mujer suspiró y lo cargo con cuidado para subirlo en la parte trasera del auto, Taehyung se arrastró por el asiento lleno de mantas y almohadas cual gusano para acurrucarse en el medio. Cuando las mujeres se subieron al auto se estremeció, el mismo aroma que había sentido al estar en la habitación había regresado revolviéndole las tripas, se hundió entre las mantas tratando de dejar de sentir ese aroma perturbador, el aroma de sus madres, aquel aroma que por años lo había reconfortado, lo había hecho sentir seguro, ese aroma que lo envolvía cuando se quedaba a dormir con ellas y al despertar la habitación estaba inundada del aroma de los tres entremezclados, se sentía seguro y feliz pero ahora... ahora solo le causaba un profundo malestar, su aroma jamás se entremezclaría con nadie de aquella forma, nunca más, y eso le estaba desgarrando el alma tal vez un poco más de lo que pensaba. Se acurrucó durante todo el camino cerrando sus ojos para invocar aquel recuerdo que por tanto tiempo había mantenido cálido y seguro su corazón, aquella promesa que lo había alentado a anhelar que el día del festival llegará con rapidez. 

Al llegar a su casa se repitió lo mismo, se acomodó con dificultad en el asiento a la espera de que su madre lo cargara hasta dentro de la casa, al hacerlo suspiró, envolviéndose en las mantas con tal de sentir de cerca el olor de su madre, aunque mientras se dirigían hacia dentro de la casa una figura saltó de entre los pilares de la casa.

— ¡Finalmente te veo! —Na Jaemin, el revoltoso omega con el que compartía la mitad de sus clases, uno de sus mejores amigos— ya no pueden esconderlo de mi —frunció el ceño mirando a sus madres.

—Jaemin, te dijimos que te avisaríamos cuando pudieras verlo ¿Qué haces aquí? —gruñó la omega mientras se ponía entre su esposa e hijo y el omega eufórico.

—Usted nunca llamó y me desesperé, estaba preocupado — se encogió de hombros y se paró de puntillas para mirar al omega en brazos de su madre—Hola TaeTae ¿Cómo estás? —le sonrió y Taehyung no pudo agradecer que lo mirara a los ojos y no a sus brazos vendados.

—Jaemin... mira, no es por nada pero ¿puedes irte? Taehyung no esta bien y necesita estar solo.

—Si no esta bien es cuando más compañía necesita, no lo veo hace tres semanas, por favor solo un momento, yo-... —fue callado bruscamente cuando la omega le gritó.

Why Moon? (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora