Taehyung caminaba por la plaza del lugar mientras mascaba un chicle en dirección a su casa, con la enorme chaqueta cubriendo su escuálido cuerpo bajo el intenso sol que a pesar de ser otoño cubría la ciudad, recibía miles de miradas a las que ya estaba más que acostumbrado, pero a diferencia de otros días está vez había una mirada en especial que lo estaba incomodando, se detuvo y retrocedió tres pasos, logrando que su acechador chocara contra un poste de luz, al voltear ahí estaba, frotándose la espalda mientras lo miraba con vergüenza.
—¿Por que me sigues?
—Solo me aseguraba que llegarás a salvo a tu casa... últimamente he escuchado algunas cosas y-...
—¿Y que? ¿Acaso te importa lo que me pase? —alzó una ceja y sonrió con arrogancia, Jungkook tan solo lo observó fijamente, nunca tuvo el placer de conocer al chico frente a él, como en realidad era y no como había cambiado gracias a él, pero sabía que en ningún momento de su vida había sido así, se veía destruido, oculto bajo un gran, gran caparazón, no había rastro del chiquillo meloso del día en que lo visitó en su casa, el chico que se acurrucó a su lado y comenzó a ronronear en el momento en que juntaron sus manos, el día en el que le pidió que acabara con su vida...
—Taehyung... ya hablamos de eso... —no, la verdad no.
—No, no lo hemos hecho, déjame en paz y deja de ser tan hipócrita. Tenemos un trato ¿recuerdas? --acarició sus manos frías mientras lo miraba con odio y rencor o al menos era como quería verlo, peor sabía que solo podía mostrar una mirada vacía, gris y sin emociones ante el destructor de su vida y su felicidad, a pesar de todo lo que le había hecho no lo odiaba, si, otro efecto de la perdida de sus emociones gracias a la persona que tenia enfrente, Jungkook había acabado con todo de sí y al parecer aun no terminaba, no estaba satisfecho con el saco de huesos sin emociones que había creado.
—En verdad quiero estar contigo y-... --se vio brutalmente interrumpido por la voz tranquila y pacifica del omega, una voz firme como una fina línea trazada en un papel, recta, firme y apagada.
—No, solo quieres que deje de doler, te sientes igual de miserable y adolorido al igual que yo cuando me abandonaste, pero eres tan débil que no puedes soportar el dolor y vienes aquí a querer arreglar toda la mierda que hiciste y-... —se calló repentinamente, con los ojos cristalizados, los labios blancos de tanto apretarlos y apostaba que sus uñas clavadas en sus palmas escondidas bajo aquella gran chaqueta, comenzó a temblar con violencia, el corazón le latía con fuerza, se sentía extraño, se sentía jodidamente bien, su cuerpo estaba colapsando, su interior ardiendo en llamas en su frío invierno y se sentía bien.
Miles de miradas se posaron sobre la joven pareja a lo que Jungkook aclaró su garganta, tratando de acercarse al omega que temblaba con violencia y había comenzado a palidecer, las marcas en su cuello se hacían más intensas de pronto, así que con cuidado se acercó al chico y lo rodeó con sus brazos en un cálido abrazo, Taehyung no se resistió, pero seguía sin dejar de temblar, Jungkook cerró sus ojos y soltó su aroma de pronto, logrando tranquilizar ligeramente al omega. Algo estaba pasando y estaba colapsando, pero aún sentía, aún era capaz de sentir y eso lo hacia sentir jodidamente bien.
—Las estrellas son lágrimas derramadas por ángeles y en esta noche que lloras el cielo brilla más que nunca —evocó aquella frase oculta en sus recuerdos, sintiendo como el cuerpo entre sus brazos se quedaba quieto y los delgados brazos lo rodeaban, sonrió con ligereza sintiendo como recostaba su cabeza en eso pecho, permitiéndose acariciar ligeramente su cabello, miró las líneas en su cuello perder un poco de color, lo sostuvo con fuerza suficiente para no lastimarlo entre sus brazos, esperando la contestación de aquella frase, quería un poco de esperanza aún si era mas que consciente de que no la merecía.
—Las hojas que caen en el otoño son sueños vacíos alojados en mi corazón —repitió y finalmente se tranquilizó, permanecieron abrazados de la misma manera por algún tiempo más en medio de aquella plaza, mientras la gente miraba, juzgaba y seguía, Taehyung ya ni siquiera se sostenía en sus piernas, su cuerpo estaba débil o tal vez muy relajado y aún así seguía firme en el pavimento siendo sostenido por aquel cuerpo que no había hecho mas que causarle desgracias y de pronto sintió algo, un pequeño sentimientos putrefacto en el interior de su corazón, odio, odio hacia sí mismo por lo que estaba ocurriendo, odio por su debilidad, odio por su poca voluntad, odio hacia todo lo que tenia que ver con la luna, con él y con el alfa que se encontraba sosteniéndolo, sosteniendo el cuerpo débil y destrozado que él mismo había orillado al abismo y había hecho caer incontables veces y a pesar de aquello, de todo el dolor que le hizo pasa quería quedarse ahi, oculto entre sus brazos por la eternidad.
Jimin recibía en sus brazos a la pequeña bebé con mejillas regordetas mientras la niña agitaba sus pequeñas manitas en busca de atención, la miró con detenimiento y sonrió con tristeza para luego desviar su mirada a la puerta cerrada, por la que no había pasado nadie más que médicos y enfermeras, luego miró a la ventana, la fría noche había llegado y Jungkook no había aparecido, cerro sus ojos y no fue necesario que nadie le avisara porque ya lo sabía, estaban juntos... finalmente lo estaban.
La verdadera travesía comienza ahora... con la primera ventisca que anunciaba la pronta llegada del invierno.
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Why Moon? (Omegaverse)
FanfictionEl festival de la luna era una celebración que se llevaba a cabo a mitad de año festejaban a la luna y le agradecían por la vida que les había otorgado y la luna les agradecía juntando dos almas. Jungkook y Jimin estaban mas que seguros que este ser...