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Luego de un largo silencio en el que solo se escuchaban a la lejanía los sollozos de cierto omega, Taehyung volvió a hablar.

—Nana —murmuró mientras frotaba su mejilla en el hombro ajeno.

—Mande —respondió con la voz gangosa.

—¿Puedo preguntarte algo?

—S-si, adelante.

—¿Que son las marcas que tienes? —murmuró, su voz sonaba tan tranquila y relajada, hace tanto tiempo no lo escuchaba hablar así, haber contado su historia, expresado por lo que había pasado era como si se hubiera liberado de una presión.

—¿Mis marcas?

—Yo te conté de las mías, cuéntame tú de las tuyas —lo escucho suspirar para luego ver cómo alzaba su mano. Dejando ver el dorso de su mano lleno de marcas rojizas y otras tantas cafés.

—Yo... tuve una infancia muy difícil antes de entrar al orfanato, fui con muchos psiquiatras mientras estuve ahí, dijeron que tenía muchos traumas y muchas de las cosas que mis padres me hicieron dejarían secuelas —aclaro su garganta a medida que la historia era contada— cuando eres pequeño tu lobo se desarrolla mucho antes que tu para protegerte ¿sabias? —dicho eso acaricio el cabello del omega quien escuchaba atento— el lobo se desarrolla rápido y se vuelve adulto mientras tu sigues siendo un niño, mi lobo no se... se desarrolló como debía, los maltratos, los gritos, los golpes, todo eso, afectaron a mi lobo y en vez de protegerme a mi yo debía protegerlo a él. Por mucho tiempo le tuve pavor a los alfas, bueno, a los adultos —al decir aquello Taehyung se movió mirando fijamente el rostro de su amigo, preguntándose que tanto había sufrido— cuando sentía olores muy fuertes de alfas o veía a los alfas mi lobo enloquecía y era como si mi piel quemara, me sentía incómodo en mi propia piel y trataba de rasgarla, me rascaba con tanta fuerza hasta que se abrían heridas profundas o pedazos de piel caían, el dolor externo me distraía de la locura de mi lobo, incluso llegué a atacar a las personas por las que me sentía amenazado —soltó una suave risita— los niños en el orfanato se burlaban de mi por siempre estar lleno de vendas, cuando se reían me generaba miedo, a veces llegaron a golpearme y fui cuando tuve un colapso tan fuerte que terminé en el hospital por un laaargo tiempo.

—Jaemin... ¿por que nunca me dijiste esto? Yo... —¿que podría hacer? Aún si lo sabía no podía cambiar el pasado de su amigo pero tal vez lo hubiera buscado antes, cuando todo su mundo se cayó.

—No quería agobiarte con eso, cuando nos conocimos yo ya estaba un poco bien, tuve muchas terapias, medicina y ahora soy una persona casi normal —le sonrió antes de darle un beso en la mejilla.

—Por lo que veo pasamos por muchas cosas ambos, tú más que yo, pero al final del día ambos sufrimos mucho.

—Hemos tenido tiempos difíciles TaeTae pero al final del día siempre sale el sol ¿o no?

—La diferencia es que yo tuve la culpa de lo que me pasó y tú no...

—No digas eso, no vuelvas a decir eso. Ni tú, ni yo tuvimos la culpa de que nos lastimaran, no fue tu culpa que la Luna te escogiera, no fue tu culpa que ese imbecil te hiciera tanto daño, la vida está llena de sorpresas y yo se que tú serás feliz chiquito, yo pude avanzar y se que tú también lo harás. —se acercó y juntaron sus frentes, ambos transmitiéndose sin palabra alguna su dolor, su sentir. Liberándose el uno con el otro de aquella carga que habían tenido por tanto tiempo, uno más que otro.

—¿Y si al final del Camino no hay una luz? ¿Si después de esta asquerosa y dolorosa tormenta no hay un arcoíris?

—Siempre lo hay cariño, a veces tarda, pero siempre, siempre llega.

Y al escuchar eso tan solo rogaba que fuera verdad.

Una semana completa había pasado, una semana en la que Taehyung se había refugiado en aquel lugar, en aquella casa lejos del ruido de la ciudad, en aquella casa donde estaba rodeado de naturaleza y a pesar de que desde el día que llegó no había vu...

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Una semana completa había pasado, una semana en la que Taehyung se había refugiado en aquel lugar, en aquella casa lejos del ruido de la ciudad, en aquella casa donde estaba rodeado de naturaleza y a pesar de que desde el día que llegó no había vuelto a hablar con su lobo nunca antes se había sentido más tranquilo consigo mismo.

BaekHyun lo había ido a visitar por unos dias, Jaemin se había quedado junto a Jeno en la casa en caso de que se le ofreciera algo y claramente YoonGi estaba ahí, había estado rodeado por primera vez desde el festival de paz, de una paz que le embargaba el alma y le había permitido aclarar sus emociones por primera vez en mucho tiempo. Sus emociones y sentimientos, había ayudado a reducir el fuerte e incandescente odio que sentía con respecto a cierto alfa, estaba convencido del odio que sentía por el alfa ¿pero que podía hacer? Tarde o temprano debía volver a verlo y aclarar ciertas cosas; el golpe en su mejilla aún latía mientras que con el pasar de los días se transformaba en un parche morado que manchaba su cara.

—Bebé ¿cómo estás? —YoonGi se le acercó con cautela.

—Estoy bien, pero hace mucho frío —sonrió con timidez, su cuerpo seguía sintiéndose extremadamente frío a pesar de la cantidad incontable de mantas que tenía encima y con la calefacción a altas temperaturas.

—¿Quieres que te prepare un té? Aún es temprano.

—No, no, estoy bien, tan solo... abrázame —le sonrió mientras se hacía a un lado invitando al mayor a acomodarse con él.

Ambos se acurrucaron en la cama, el Aura de la habitación llenándose de completa paz y cariño en aquel momento ¿por que la historia no pudo haber sido diferente?

Jungkook se retorcía en la cama de desesperación, el pecho le dolía enormemente mientras su lobo aullaba rogando por su omega, la ansiedad consumiéndolo ante el dolor, tenia los ojos hinchados y la cara roja, las manos lastimadas de tanto apretarl...

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Jungkook se retorcía en la cama de desesperación, el pecho le dolía enormemente mientras su lobo aullaba rogando por su omega, la ansiedad consumiéndolo ante el dolor, tenia los ojos hinchados y la cara roja, las manos lastimadas de tanto apretarlas entre sí, sentía su piel arder, le quemaban las entrañas y el corazón le latía de manera muy dolorosa, le quemaba el corazón, estaba ardiendo en llamas. ¿Así se había sentido Taehyung el tiempo que estuvieron separados? ¿El tiempo en el que él estaba con Jimin? La desesperación y la profunda tristeza que le carcomía el alma.

Finalmente había comenzando a pagar por todo el daño que había ocasionado.

El calor del amor arde en mi pecho mientras me pregunto el porqué de mi error, el error que tanta desgracia trajo y todo el dolor que causé, he comenzado a pagar cada lagrima que te hice derramar pero me he de preguntar si la vida me alcanzará para poder saldar mi deuda contigo amor mío.

Why Moon? (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora