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Jungkook aclaró su garganta en busca de llamar la atención del contrario, quien con pesadez movió su cabeza para conectar sus ojos con los del alfa, con el cuerpo entumecido a causa del frío y los párpados caídos a causa de la debilidad de su cuerpo.

—Creo que deberíamos entrar ya —habló suavemente mientras le sonreía con cariño al omega, quien negó.

—Estoy bien aquí —respondió con intensión de volver a mirar hacia afuera, luego de la corta conversación de inicio no habían vuelto a mediar palabra, después de todo el omega hacía oídos sordos ante los intentos del alfa por formar una conversación.

—Comenzaste a temblar con más fuerza y eso me alarma, anda por favor, entremos ¿si? —había un claro rastro de súplica en su voz, Taehyung suspiró y asintió, envolviéndose entre la manta que llevaba encima para luego levantarse y a paso lento llegar hasta la entrada, se dejó caer en el sofá, mirando a Jungkook quien lo seguía de cerca, pidiendo con la mirada que tomara asiento a su lado.

La casa estaba vacía, o al menos así se sentía, tal vez solo era la soledad que lo acompañaba la mayoría del tiempo, cerró los ojos, llenando sus pulmones de oxígeno y del refrescante olor a menta del limpiador que su madre usaba para la casa, sintiendo su cuerpo menos tenso de pronto, miró hacia la televisión apagada y trató de distraerse mientras tamborileaba con sus dedos una canción sobre su pierna.

—Esto... es muy difícil ¿no crees? —Jungkook le sonrió con pena en un nuevo intento por hacer una conversación.

—¿Esto? ¿A que te refieres?

—Ya sabes, esto de convivir juntos.

—¿Por que lo es? —su tono sonaba irritado.

—Taehyung escucha, se que hice muchas cosas malas, que te lastimé demasiado, soy consiente de ello y estoy tremendamente arrepentido ¿sabes? Por las noches las pesadillas no me dejan dormir, tuve que comenzar a tomar pastillas para conciliar el sueño, es muy difícil para ti y para mi...

—¿Para ti? ¿Por que sería difícil? Solo tienes las pesadillas, por el día no te atormentan ¿o si? Que yo sepa no tienes marcas visibles en tu cuerpo que dejen saber que sufriste, no tienes cicatrices, yo nunca te pedí que te mataras, nunca te insulté o te desprecié o siquiera llegué a mirarte con asco, con repudio, así que no tienes daño psicológico, tampoco físico, tu no sufriste el rechazo que yo por haber interferido en una bonita relación, tampoco te miran con lastima o pena cuando pasas por las calles, no quieras decirme que es difícil cuando yo he sido el único que he sufrido como nunca, a puesto a que tú nunca deseaste estar muerto. —su voz fue firme y segura durante todo su discurso, a pesar del temblor de sus manos o de su boca reseca logró mantener su tono firme, quería mostrarle que era fuerte, que podía contra él aunque ni siquiera él mismo lo creía.

—Lo sé, pero ambos sufrimos Taehyung, no puedes usar eso como una excusa para siempre, no puedes tratar de hacerme sentir mal siempre, ya me siento lo suficientemente mal al verte así, no se como eras antes, ni física ni emocionalmente, sé que te dañé de la peor manera y jamás me lo voy a perdonar y tú tampoco lo harás, sé que me odias casi tanto como yo me odio, te lastimé a ti y a tu familia a causa de mi egoísmo pero supe detenerme antes de que llegara demasiado lejos —la garganta se le secó ante aquellas palabras— siempre... siempre que me veo al espejo vienen a mi tus imágenes, cuando te conocí aquí, en tu casa, luego del festival, cuando te pedí que hicieras lo que hiciste, cuando terminaste en el hospital, como llorabas, como me mirabas con anhelo, jamás voy a poder olvidar el daño que te hice, así como jamás voy a poder sacar de mi mente tu ojos brillosos y llenos de ilusión del día del festival, la manera en la que me sonreíste, desde entonces no te volví a ver sonreír y se que lo que hice estuvo mal, pero yo-... —se calló abruptamente al darse cuenta que no sabía como continuar ¿acaso sus acciones tenían una justificación? Ni en el peor de los casos lo que le había hecho a ese pobre Niño tenía perdón, lo había lastimado y se había burlado de él desde el momento en el que lo conoció, no tenía perdón de la luna, de Taehyung, de sus padres, de nadie.

Su alma no tenía perdón.

Cuando la noche dejó caer su manto estrellado sobre la ciudad Jungkook partió hacia su casa, con el corazón en la mano y la imagen de un Taehyung ido en sus pensamientos

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Cuando la noche dejó caer su manto estrellado sobre la ciudad Jungkook partió hacia su casa, con el corazón en la mano y la imagen de un Taehyung ido en sus pensamientos.

Taehyung camino hasta su habitación, viendo en el camino como el cuarto de huéspedes estaba abierto, dejando ver al alfa tecleando algo en su computadora y con los audífonos puestos, respiró hondo y se atrevió a entrar, YoonGi rápidamente alzó su mirada, encontrándose con el omega, al cual le dedicó una sonrisa, Taehyung lo miró desde los pies de la cama.

—¿Estas muy ocupado?

—No realmente, sólo estaba contestando unos e-mails —sonrió luego de quitarse los auriculares— ¿todo bien?

—Mmm algo así, no me siento bien —el alfa se le acercó rápidamente.

—¿Que pasa? ¿Debería llevarte al médico? —el omega rio y negó mientras que se acurrucaba en el pecho ajeno— ¿baño? —le sonrió y el omega asintió.

Ambos se dirigieron hasta el baño en la habitación de Taehyung, el omega se sentó en el baño mientras que YoonGi le quitaba una a una las prendas que llevaba encima, para luego con sumo cuidado quitar los vendajes hasta dejar su piel por completo expuesta, llenó la tina con agua tibia y aquellas esencias a las que Taehyung era adicto, lo ayudó a entrar a la tina para luego quitarse la ropa a excepción de la ropa interior y entrar a la tina abrazando por la espalda al menor, dejando que este se recostara en su pecho.

En aquel momento tan intimo, mientras las manos del alfa recorrían la piel ajena, acariciando todas y cada una de sus heridas fue cuando los recuerdos volvieron como una ráfaga, siempre que tenían un mal día, un día pesado o simplemente se sentían demasiado cansados hacían aquello, ambos se metían a la tina con agua tibia, abrazados mientras la música sonaba y solo eran iluminados por la luz de una vela, el celular reproducía música y ambos se quedaban ahí, en completo silencio, embriagándose el uno del otro, dejando que el agua lavara todos sus pesares, cantaban, se dedicaban canciones y terminaban casi siempre besándose y profesándose lo mucho que se amaban, aquellos tiempos en donde ambos eran inexplicablemente felices sólo vivían ahora en su memoria.

—¿Crees que algún día podamos... ser una buena pareja? —preguntó acariciando con las yemas de sus dedos los antebrazos del alfa, asombrado de lo cómodo que se sentía con él, desde el festival YoonGi había sido el único que había podido ver su cuerpo desnudo, era al único que le tenia la confianza para dejarlo presenciar el desastre en el que se había convertido.

—Lo creo cielo, estoy seguro que un día en el futuro ambos podrán disfrutar del amor que la diosa Luna y el dios Júpiter formaron para ustedes —dejó un beso en su nuca— se amaran y formaran una bonita pareja o incluso una bonita familia —la voz le tembló al pronunciar aquella ultima palabra— tendrás tu familia grande como siempre soñaste y todo esto será solo un feo recuerdo que quedara en el pasado, ahora tal vez no lo veas así pero se que los días venideros serán mejores para ti, porque tu, mi TaeTae, te mereces el universo entero.

Tenía razón, algún día en el futuro mirarían hacia atrás y solo recordarían aquel tiempo como los momentos más amargos de su relación, tendría una familia y sería feliz... quería ser feliz y se lo merecía.

Why Moon? (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora