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La mano huesuda del alfa goleaba con rapidez la pequeña y delgada puerta de manera, desatando un enorme eco en la silenciosa pero no desolada residencia en busca de llamar la atención del omega tembloroso que descansaba en su cama, ajeno a sus alrededores, hundido por completo en su vacío. Jungkook tocaba y tocaba ignorando el frio que se le metía entre los huesos y le paralizaba la sangre que corría por sus venas, gimió ante el dolor de sus nudillos, pero sus ganas de ver al omega eran tan grandes que ni sus dolores lo harían parar.

Taehyung suspiro, cerrando sus ojos ante el horrible sonido que poco a poco taladraba el horrible dolor de cabeza que el frio le había provocado, cerro sus ojos y respiró hondo antes de bajar, envuelto en su ropa más caliente con el único objetivo de frenar el frio que se amarraba a sus huesos hasta hacerlo flaquear. Abrió la puerta encontrándose con el alfa, suspiro sin emitir palabra alguna, su rostro manteniéndose frio e imperturbable.

Jungkook lo miro fijamente, no reconociendo al omega frente a él, ni en apariencia ni en aroma, no había aroma alguno proveniente de él, su esencia había desaparecido, dejando expuesta nada más una cascara, haciéndolo parecer nada más y nada menos que un beta, se paralizó y respiró hondo, pensando que era su olfato el que le fallaba, pero no había nada y con miedo a un golpe se acercó hasta plantar su nariz en el cuello ajeno, sintiendo nada más que el olor a podrido que emanaban las líneas negras que se extendían por todo su cuello perdiéndose en su camisa acolchada, su lobo aullaba y hablaba sin recibir respuesta ¿podría ser esto cierto? ¿El lobo había muerto?

—¿Qué se te ofrece? —Preguntó mientras sus manos lo separaban de su cuerpo sin ejercer algún rastro de fuerza que se arriesgaba a afirmar que el omega no tenía ni una pizca, su voz era seca, áspera y dura como un golpe seco directo a la cabeza.

—Me enteré que regresaste y quise venir a verte –sonrió con vergüenza recibiendo a cambio el mismo rostro pálido y sombrío.

—Ya me viste, adiós –dicho eso estuvo por cerrar la puerta, siendo impedido por una mano que tomó la suya.

—Dos meses –pronuncio, llamando la atención del menor.

El omega permaneció en silencio, ambos conectando sus miradas, Jungkook miró a través de esos ojos apagados que no expresaban más que vacío y soledad, eran como dos cuencas negras y vacías que reflejaban la soledad y el dolor de su alma. Los ojos son las ventanas del alma y aquellas ventanas rotas dejaban en evidencia que su alma había sido saqueada con tal violencia que ahora no quedaba nada de ella por rescatar.

—Dame dos meses para recuperarnos, para recuperar lo que nunca tuvimos pero que nos arrebaté, solo dos meses y si en dos meses sigues repudiándome te dejaré en paz y me iré lejos, leí que entre más lejos la conexión es más ligera y el único que sufre es el alfa así que quedaras libre de dolor y de mi presencia y seguirás en tu hogar, pero solo eso te pido dos meses para reparar o al menos intentar reparar todo el daño que te he provocado, que nos provoqué a ambos.

¿dos meses? ¿Qué podía perder en dos meses? Si ya lo había perdido todo

—Acepto, solo dos meses, ni un día más.

Why Moon? (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora