Why Moon? (Omegaverse)

22

Había tardado casi 5 minutos en que su madre lo tomara en brazos y lo llevara al auto para conducir al hospital luego de verlo tirado en la entrada de su habitación empapado en sangre, con la piel pálida y gritando de dolor. Recuerda haber sido llevado de emergencia en una camilla al llegar al hospital, miles de doctores gritando órdenes, tratando de hacerlo reaccionar, pero solo podía ver como todo pasaba en cámara lenta y el profundo silencio que repiqueteaba en su cabeza, fueron eternos minutos en los que perdió la noción del tiempo, pero cuando bajó su mirada estaba atado a una camilla lleno de vendas, había tratado de lastimarse con sus propias manos, miró luego al blanquecino techo y respiró hondo.

"¿qué pasó esta vez?" Preguntó a su lobo, el animal se encontraba acostado sobre una cama improvisada de hojas secas.

"Lo de siempre, esta con él"

"Esta vez se sintió diferente... las cicatrices explotaron, todo se abrió de nuevo y las marchas del cuello se hicieron más intensas"

"Lo sé. No se que fue lo qué pasó pero se que es porque estaba con él, todo explotó, tuvimos suerte de no haber muerto... claro, si se puede llamar suerte a esto"

"Estoy cansado de esto..."

"Yo también, ¿deberíamos hacer algo?"

"¿Algo? ¿Cómo que? Mejor dicho ¿podemos hacer algo? Ese alfa no nos quiere"

"Lo sé, no podemos hacer nada con respecto a eso pero..." y luego una neblina cubrió todo el lugar, empañando su mente, el calor abrazador que se alebrestaba en su pecho y quemaba sus pulmones se apagó, como un soplo cálido de una brisa de verano todo se calmó, ya no había dolor, ni tristeza, ya no sentía nada.

"¿Qué hiciste?"

"¿Yo? Nada, tan solo la conexión con el Alfa se cerró y acabó de tirar los últimos trozos a la basura. ¿No es increíble? No se que fue lo que hizo para hacernos tanto daño y que el vínculo se terminara rompiendo por completo, al menos ahora ya no sentiremos dolor"

"La conexión..."

"Ya no está, se llevó nuestro dolor, nuestras emociones, todo, se lo llevó todo"

Ya no queda nada... absolutamente nada.

Taehyung por primera vez se encontraba en los jardines del hospital, había pasado un día entero y el doctor creyó que un poco de aire lo haría mejorar, así que ahí se encontraba? Con sus dedos vendados en caso de que se hiciera daño, con la música sonando a todo volumen en sus audífonos y con su mirada perdida en algún punto del horizonte; se sentía diferente, vacío, pero de alguna manera estaba aliviado de sentirse así, había una paz inexplicable en su pecho, no sentía nada, ni siquiera el dolor de las heridas reabiertas, ni el de las sombras de su cuello que se extendían por todo su torso, nada. Estaba tan inmerso en la nada que no notó al chico de sonrisa brillante que se colocó frente a él en su silla de ruedas.

—¡Hola! —le saludó al momento que movía su mano con rapidez. No respondió— ¿eres nuevo? Jamás te había visto... pero tu cara se me hace conocida.

—¿Que quieres? —respondió en tono cortante.

—Uh, solo quería saludar, no te había visto antes por aquí y te veías muy solo.

—Bueno, ya saludaste. Adiós.

—Uy, tranquilo ¿como te llamas? Yo me llamo HoSeok, Jung HoSeok ¿y tú?

—Kim Taehyung —respondió mientras encendía su celular para cambiar la pista.

—Kim Taehyung... Kim... de casualidad... ¿eres hijo de Kim SuJin? ¿La gerente de publicidad?

—Si... ¿conoces a mi madre?

—Si, la he visto un par de veces, es compañera de mi madre, siempre la veo cuando voy a ver a mamá al trabajo, tiene muchas fotos tuyas en su escritorio, por eso te me hacías conocido, eres más lindo en persona.

—Ah, ya.

—Si... y bueno... ¿que haces aquí? ¿Que te pasó?

—... ¿no lo sabes?

—¿debería?

—Todo el mundo habla de ello, Kim Taehyung, la luna rota. —un pesado silencio se colocó sobre ambos.

—Vaya... eso es interesante...

—Supongo —dicho eso la incomodidad entre ambos era casi palpable, hasta que el desconocido volvió a hablar.

—¿Que escuchas?

—Música.

—Ya lo sé tonto. Me refiero a que canción o artista.

—Colors, de Day6.

—Woah, es una buena canción ¿puedo escuchar contigo? —y sin previo aviso acomodó su silla de ruedas junto a la propia y tomó uno de sus audífonos, ambos en total silencio pero esta vez sin incomodidad, solamente disfrutando de la triste pero pegajosa melodía.

En otras circunstancias habría sonreído ante la amabilidad o la actitud del extraño pero esta vez no lo hizo, ni siquiera tuvo una mínima reacción, en definitivamente ya no tenía ningún sentimiento.

Jungkook se lo había llevado, se había llevado todo.

Jimin se encontraba en el hospital con siete puntos en el cuello luego de la hazaña de Jungkook.

—Como pudimos ser tan estúpidos. —se reclamaba mientras miraba por la ventana de su habitación, Jungkook estaba en una camilla a su lado.

Luego de la mordida vino la explosión de sangre, Jimin al no tener un lobo completo no poseía la conexión, por lo tanto no podía ser marcado y el hecho de que unos colmillos se encajaran en su cuello arrancándole la piel no era precisamente algo bueno, recuerda haber soltando un grito y luego Jungkook se desmayó cayendo al suelo, sabía la razón de aquel suceso pero se negaba a aceptarla, se negaba a aceptar que le había jodido la vida a ambos, Taehyung y Jungkook estaban condenados y tan solo pedía piedad por el alma de ambos, que Jungkook recapacitara y lograra salvarlos a ambos del inminente abismo en el que estaban por caer.

Mientras miraba por la ventana pudo ver unos ojos resplandecientes en el jardín, eso ojos que reconocería en donde fuera, el corazón se le aceleró y comenzó a sudar frío, abrazo su vientre hinchado mientras reprimía las ganas de correr hacia afuera, estaba hipnotizado, como todas las veces en las que lo había encontrado una y otra vez, tan solo logró salir de su ensoñación cuando la puerta se abrió, Yugyeom entró junto a un vaso de café.

—¿Qué haces ahí? --preguntó con su conocido tono de indiferencia, suspirando mientras dejaba el vaso en las mesilla junto al sofá

—Yug... está aquí.

—¿Qué?

—Pensé que tardaría más tiempo en hallarlo...

—¿Justo ahora?

—Justo ahora. —murmuró mirando al alfa a lo lejos que sonreía lleno de vida al omega, al omega del alfa que estaba a su lado.

Mi alfa... nos volvemos a encontrar.