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Una semana había transcurrido desde que Taehyung había sido ingresado al hospital, y finalmente era el día de regresar a casa, a paso lento y débil caminaba por el pasillo de la recepción acompañando de sus madres camino a la salida, con un nuevo amigo, con las heridas casi cerradas y sin sentimientos algunos.

Sin duda el camino a casa fue más largo que de costumbre, aburrido y muy muy tedioso, con las miradas de sus madres puestas sobre él por el espejo retrovisor, se sentía extraño, diferente, se sentía como un intruso en su propio cuerpo. Al llegar a casa podía esperar muchas cosas, pero nunca imagino ver a Jungkook en la entrada, sus madres suspiraron al verlo.

—¿Quieres que lo corra? —habló la alfa, mientras se quitaba el cinturón.

—No, esta bien. Veré que quiere. —dicho eso, bajó del auto, sosteniéndose con cuidado de la pared hasta llegar a la entrada, ambas mujeres esperaron en el auto.

Al llegar se paró frente al alfa, haciendo una pregunta silenciosa con la mirada, a lo que el alfa asintió, ambos envueltos en un silencio abrumador ingresaron a la casa, tomando asiento en el sofá, segundos después ambas mujeres entraron, dejándolos solos en la sala y observando todo desde la cocina.

—¿Qué haces aquí?

—Quiero hablar contigo.

—¿De qué? —la conversación transcurría mientras ambos miraban la pantalla de negra de la televisión, a mínimo, un metro de distancia en el sofá.

—Sobre nosotros, Taehyung, ambos estamos sufriendo con todo esto, creía que podría sobrellevarlo solo, hacer mi vida con Jimin y nuestro bebé pero no puedo, no puedo olvidarte, estaba escrito en el destino que debía amarte, que debíamos estar juntos y ahora... ahora lo veo claramente, hice una estupidez que nos llevó a ambos al hospital, quise hacerme el ciego, el indiferente pero ya no lo soporto mas, esto me esta matando.

—Solamente estás aquí porque ahora eres tú el que sufre ¿no? —esbozó una sonrisa de lado y negó— a veces me sorprende tu cinismo.

—Yo... no es eso, en verdad-...

—¿No? ¿Entonces que es? Porque recuerdo que cuando yo estuve a punto de morir, que fueron varias veces te diré, jamás te importó lo que yo sentía, lo que yo estaba sufriendo, tú no sentías nada, tú estabas feliz con tu omega, yo era el único que estaba tirado en la maldita cama sin poder moverse por semanas ¿y te importó? ¿Alguna vez pensaste en mi? ¿Alguna vez te pusiste a pensar en lo que yo sentía? ¿En lo que estaba pasando? ¿EN LO QUE ESTABA SUFRIENDO? —explotó finalmente, levantándose con brusquedad, ocasionando un fuerte mareo, pero demasiado enojado como para dejarse ver débil, Jungkook lo miraba con los ojos rojos y las mejillas empapadas de lágrimas.

—Pensé siempre en ti, siempre pensaba en ti, maldición, pero me negaba a aceptar la realidad, Jimin y yo... hemos estado por muchas cosas juntos, hemos estado juntos en muchos momentos y yo... mierda me costó tanto aceptar que estaba cegado por la dependencia emocional, no era amor Taehyung, yo no lo amo. Pero jamás me voy a perdonar que tuve que llegar a este extremo para darme cuenta... darme cuenta que fui tan estúpido Dios, y mientras estaba desmayado yo... sentí algo, me di cuenta de que...

—¿Qué es lo que quieres? —habló con un tono serio, con la mirada cortante.

—Quiero que me des la oportunidad de arreglar las cosas contigo, ambos... sufrimos mucho, tú más que yo pero... ¿es tarde para arreglarlo? Sinceramente, espero que no —ante aquellas palabras el omega se removió incómodo en su asiento.

—¿Y Jimin? ¿Y tu bebé?

—Eso... —dudó en responder y Taehyung volvió a suspirar.

—Hagamos algo, dicen que la etapa del embarazo es cuando el omega más necesita al alfa, así que, quédate con él hasta que nazca el bebé y luego, si aún quieres volvámonos a encontrar.

—Eso será en... 2 meses... ¿estás seguro?

—No me gustaría que le ocurriera algo a él o a su bebé por mi culpa, así que si, estoy seguro, encontrémonos de nuevo en dos meses.

Y dicho eso se levanto, caminando a pasado lento hasta las escaleras, desapareciendo luego en su habitación.

Dos meses...

—¡Amor llegué a casa!

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—¡Amor llegué a casa!

—Rápido, rápido, escóndete y sal por la puerta trasera. Iré a distraerlo.

—Odio que tengamos que escondernos.

—Lo sé, yo también lo hago, pero será por poco tiempo, pronto llegará el otoño y él se irá.

—¿es una promesa?

—Lo es.

Dicho eso se acomodó la ropa y salió con una enorme sonrisa a saludar a su prometido.

—Hola amor —sonrió, mientras el alfa lo cargaba entre sus brazos dándole un fuerte abrazo.

—Te extrañé cielo, no sabes cuanto —comenzó a recibir los besos cariñosos del alfa, sonriendo en grande, mientras por sobre su hombro veía al chico escabullirse fuera de la casa.

Una pequeña aventura, un pequeño secreto ¿Quién podría salir lastimado?

Why Moon? (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora