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Lentamente dejó caer el cuerpo delgado sobre la cama, posándose sobre él como el rocío que se posa sobre los pétalos de las flores por la mañana, suave, delicado, rozando su cuerpo con el propio con ligereza, sin llegar realmente a tocarlo, acarició sus mejillas hundidas, olfateo su cuello, dejando una ligera lamida en él, el toque de su lengua en una zona como aquella encendió con rapidez las feroces ganas de más en el esquelético cuerpo, miró fijamente la mirada ennegrecida en los ojos ajenos y de pronto, se perdió, perdió la razón, perdió su fe, perdió todo lo que alguna vez había tenido, todo en lo que alguna vez había confiado o creído, se dejó arrastrar dentro de la oscuridad de aquellos ojos que parecían conocer todas sus verdades, cerró los ojos, buscando los labios partidos del omega, uniéndolos en un beso eterno, rodó en la cama con extremo cuidado, dejando el cuerpo ajeno sobre el suyo, tomando su cintura con un ligero apretón, causando los gemidos del pequeño, sentía la vibración del sonido sobre sus labios, abrió los ojos encontrándose con la mirada perdida del omega, lentamente se levantó, quedando sentado sobre su abdomen, comenzando un lento vaivén de caderas sobre su entrepierna, apretó aún más su cintura, causando que arqueara su espalda y soltara uno de los gemidos más dulces que jamás había escuchado, el corazón se le encogió y el pecho le dolió, se quedó viéndolo, inspeccionando cada parte de su cuerpo, su cadera que se movía al vaivén de su respiración, los ojos cerrados, el cabello pegado a la frente, sus dientes apresando sus labios ya partidos, bajó por su cuello hasta su pecho, todo cubierto de líneas negras que rodeaban sus pezones y se perdían en la ropa interior, miró como se apoyaba con sus brazos en su pecho para mejorar los movimientos, cada cicatriz, cada moretón, se le estrujó aún más el corazón y se dedicó a mirar, sin moverse, sin hablar, tan solo observó.

--Yo... --murmuró mientras aumentaba el ritmo de sus sacudidas, Jungkook se quedó pasmado ante la vibración que sintió ante su voz, sonrió con cariño, acariciando sus muslos—Yoongi... --se paralizó, el corazón se le detuvo y su mente se nubló, se desconectó de su cuerpo, apretó los labios y se obligó a permanecer quieto ¿Qué podía hacer? Nada, no era como si esperaba que dijera su nombre o algo por el estilo, tal solo se quedó acostado en silencio.

Su disociación llegó a tanto que no se percató del momento en el que el cuerpo somnoliento del omega cayó sobre su pecho, tan solo lo recostó en la cama, tomó las toallas húmedas que se encontraban en la ducha y comenzó a limpiarlo, limpió cada parte del cuerpo ajeno antes de dejarlo descansar. Se sentó a un lado de la habitación, con la espalda pegada a la pared, colocó su cabeza entre sus brazos mientras aquel nombre retumbaba en sus pensamientos "Yoongi" "Yoongi" "Yoongi" era como una apuñalada en el pecho el recordar ese momento, miró la cama, como el pequeño se retorcía en la cama, asi que se acercó, dejando un beso en su frente, mirando los movimientos ajenos, como aun dormido tomaba su mano y se acurrucaba buscando su calor, quiso vomitar, era la misma manera en la que se había acercado a él la noche en la que le pidió que se suicidara, cerró los ojos tratando de tranquilizarse, estaba más que seguro que YoonGi nunca había hecho o dicho algo asi hacia él, jamás le había pedido que se matara o que lo dejara en paz, seguramente jamás le había levantado la voz, o la mano o lo había ofendido de alguna manera, seguramente YoonGi jamás había tenido la osadía de hacerlo sentir mal o al menos se habría disculpado de su comportamiento, YoonGi era el alfa al que él amaba, no importaba si él mismo era el destinado por la luna ¿Qué sabia la luna? La luna no sabía nada, tan solo era una bola rocosa llena de cráteres en el espacio infinito

que solo robaba la luz del sol para ser alguien, no tenía sentido que un satélite supiera quien se pertenecía a quien ¿Quién lo sabía? Nadie, ni siquiera ellos lo sabían, la luna era una tonta o tal vez el tonto era él por creer en lo que la luna decía, ellos eran los tontos que no sabían nada, él no era para Taehyung, él no era para nadie, no había nadie para él ¿Cómo una persona como él podría merecer amar a alguien? La realidad es que, aunque el destino hubiera elegido a Taehyung como su otra mitad, él ya tenía a alguien en su corazón que jamás podría sacar de ahí.

Los siguientes dos días fue la misma rutina, permanecer quieto mientras Taehyung se frotaba con todas las partes de su cuerpo, se besaban, se tocaban, pero no llegaba a mas, él seguía gimiendo el nombre del alfa que realmente amaba y él moría un poco más cada vez que oía los labios ajenos pronunciara ese nombre, cuando el celo pasó se encargó de dejar la habitación impecable mientras el omega reposaba en la bañera, cambió las sabanas y cortinas, abrió la ventana para ventilar la habitación, sacudió, barrió y limpió para luego acomodar al pequeño en sus cómodas pijamas sobre las suaves sabanas y dejarlo dormir hasta el día siguiente, se sentó en la silla del escritorio cuando su celular que había ignorado por los últimos tres días comenzó a sonar, contestó aun si era un número desconocido.

--¿Hola? ¿Jungkook? Soy Yoongi –maldición—lamento llamarte así, pero la madre de Tae me dijo que habías pasado con él el celo y según mis cálculos hoy termina ¿no? –le estalló una vena.

--Ah, hola, si, lo acabo de recostar en la cama, ya limpié todo.

--Perfecto, Taehyung tiene una segunda fase pegajosa luego del celo, es como una etapa post celo, usualmente dura cuatro días, se pone muy mimoso y pide cariños, le gusta que le acaricien el pelo, pero al mismo tiempo tienes que abrazarlo y darle palmadas en la espalda, él se debe subir a ti para que le des ese trato, tambien muévelo por la habitación, si te alejas de él, o sales de la habitación se esconderá en las puertas bajo el lavamanos, es como un perrito asi que llámalo con cuidado y deja que te olfatee y se acurruque en ti para sacarlo de la habitación, durante este tiempo no come más que frutas, tampoco habla y a veces le sangra la nariz pero en normal, en el cuarto día llévalo ya al invernadero, le gusta quedarse con las plantas asi que lleva almohadas y mantas para acomodarlo, tambien debajo del colchón de la cama hay un kit de vitaminas que debes darle, solo para regular sus feromonas y eso es todo –la voz le temblaba ante cada palabra, como si hubiera estado aguantando las ganas de llorar todo el tiempo—adiós –y colgó.

Miró al omega en la cama con un nudo en la garganta, ¿Por qué la luna odiaba tanto a Taehyung?

Why Moon? (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora