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Jimin caminaba con las manos metidas en los bolsillos, el otoño acababa de comenzar, era su época favorita del año, todos los otoños desde que tenia memoria desaparecía los primeros días, se ocultaba en una bonita tienda de campaña en la zona mas alejada de la ciudad, disfrutando de la soledad, tejiendo, dibujando o lo que sea que fuera su nuevo pasatiempo, gastaba horas concentrado en lo que fuera, el tiempo no existía guando llegaba el otoño, no existía nada que no fuera la paz que traía el viento que arrancaba con violencia las hojas de los arboles, acarició su vientre mientras miraba hacia el inmenso sol que se ocultaba tras las montañas, era tarde y debía volver temprano a casa luego de la escuela para lograr estudiar algo antes de que el sueño y el cansancio del embarazo lo vencieran, los exámenes finales estaban cerca, tan solo un poco mas y podría graduarse, un poco mas... como si eso pudiera llegar a solucionar todos sus problemas, como si graduarse fuera a cerrar su etapa de adolescente y ayudarle a recobrar la cordura que hace siglos había perdido.

Una patadita en su vientre lo hizo salir de su ensoñación, acarició su vientre mientras caminaba por aquellas calles desoladas, todos estaban refugiados en sus casas, en sus negocios, en donde fuera, pero no había un alma en la calle, nadie estaba dispuesto a aguantar el frio infernal que calaba en los huesos hasta congelarlos, solamente él, suspiró antes de comenzar a hablar.

--Mi amor, te contaré una historia, hace mucho tiempo había una bonita pareja de amantes, se adoraban con el alma, se amaban con locura, habían sido escogidos por el destino para amarse eternamente en todas sus vidas, pero uno de ellos creía que recibir el amor mas puro era suficiente, creía que merecía mas, que no merecía esperar horas y horas en completa soledad a que su amado termina el trabajo, creía que merecía vivir para ser servido y no para servir, era tonto, egoísta y desconsiderado, un día mientras se retorcía en amores con su amante, aquel ser que mas amaba lo descubrió, y lo dejó ¿puedes creerlo? lo abandonó y no volvió a verlo nunca más. Años mas tarde ese amor que perdió encontró a alguien más, se casó, tuvieron muchos niños bonitos y juguetones, él lloraba día y noche, pero jamás pidió perdón, era muy orgulloso y entonces comenzó a viajar movido por el despecho, endeudándose y encontrando hombres dispuestos a saldar sus deudas a cambio de una noche juntos ¿sabias eso? fue muy doloroso para él, pero realmente no le importaba, porque aquellos hombres siempre tenían un hogar al que volver, y él no, él no tenía a nadie, no tenia absolutamente nada, nadie lo quería, su gran amor lo había dejado y aquel dolor se quedó en su pecho hasta que mutó a algo mucho más grande, el dolor cambió a odio, a envidia, los peores sentimientos y entonces se propuso romper a los demás así como él mismo se había roto, pero entonces conoció a alguien, a alguien que estaba enamorado y profesaba el amor mas puro de todos los tiempos, lo que él quería, lo que deseaba y en su egoísmo se propuso robar ese amor y hacerlo suyo, pero el destino es cruel así como tambien es muy justo y aquel enamorado que profesaba amor ciego jamás cambiaría lo que tenía por alguien como él y él lo sabía y por ese hecho de saberlo era que robarlo era aun mas tentador aún si para robarlo tenia que robar su vida tambien. 

El egoísmo es la peor enfermedad para el alma, el odio, la envidia que desencadena el egoísmo nos vuelve posesivos, nos vuelve agresivos y destructores, destructores de aquello que deseamos y no podemos tener sin importarnos quien sea arrastrado como efecto colateral. El egoísmo tenía una única cura y era conseguir lo que deseamos y como buen medicamento tiene efectos secundarios y la mayoría de veces no somos quien recibe el golpe.

 El egoísmo tenía una única cura y era conseguir lo que deseamos y como buen medicamento tiene efectos secundarios y la mayoría de veces no somos quien recibe el golpe

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Te amo, te amo como no he amado nunca a nadie.

—Yo también te amo, te amo tanto amor mío, tanto que daría mi vida por ti.

—Prométeme que estaremos juntos en esta vida y en las que sigan.

—Te lo prometo cielo, mi corazón lleva tatuado tu nombre, soy completamente tuyo.

En un abrir y cerrar de ojos las promesas construidas se hicieron cenizas que fueron llevadas por un turbulento viento... un viento que tenía nombre y apellido...

Why Moon? (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora