Jimin lo había estado evitando en los últimos días, a pesar de que hubieran roto se negaba a aceptar la realidad, tal vez por eso estaba parado frente a la puerta de la casa del omega, tocando el timbre con un poco de duda, escuchó pasos al mismo tiempo de que el sonido de una nariz siendo sorbida atravesaba la puerta, se quedó esperando con impaciencia hasta que la puerta finalmente, desde temprano el pecho le dolía indescriptiblemente, una sensación de ahogo lo había estado asfixiando desde temprano y ahora sabía el porqué, Jimin, se amado omega, estaba ahí, de pie frente a él, con los ojos hinchados, el labio roto de tanto morderlo y la cara completamente roja producto del llanto, llevaba una larga camiseta vieja y desgastada que le cubría hasta la mitad del muslo, sus regordetes pies se frotaban entre sí, una clara muestra de su nerviosismo, recordaba solo una vez haberlo visto así de destrozado, pero al contrario de esa vez esperaba ahora poder descubrir que era eso que lo acongojaba, no tenía duda alguna, Jimin y él eran el uno para el otro, estaban conectados, había sentido su dolor y angustia.
—¿Jungkook? ¿Qué haces aquí?
—Yo... sentía un malestar, lo he estado sintiendo toda la mañana, pero recién salgo del colegio, además, no fuiste hoy, estaba preocupado de que algo te hubiera pasado, así que vine a verte.
—Estoy bien, puedes irte ya.
—No, mírate, haz estado llorando ¿Qué fue lo qué pasó? —el labio inferior del omega tembló, mientras que sus manos se volvían pequeños puños a sus costados, sus pies se frotaban con mayor violencia y de pronto, sintió los largos y fuertes brazos del alfa a su alrededor y a pesar de lo mal que estaba aquello no pudo evitar acurrucarse, dejando salir todo el llanto que había estado reteniendo... tal vez por años.
—Kookie, esto no esta bien, lo de nosotros no esta bien... yo he cometido muchos errores pero nunca es tarde para arrepentirse o... cambiar —alzó su mirada, observando detenidamente al alfa quien tenía una mirada impasible, perdida en algún punto de la sala.
—Jimin, yo sé que lo que pasó fue muy fuerte para todos, pero la luna se equivoca, tu y yo estamos destinados a estar juntos, yo soy tuyo y tú eres mío, así que no digas esas cosas ¿Sí?
—No, no, es que no lo entiendes —habló separándose del alfa, moviendo sus manos en un intento desesperado por explicarlo todo.
—¿Eso es lo que te tiene así? ¿Por eso haz llorado tanto? —preguntó, poniendo sus manos sobre los brazos ajenos para calmarlo, Jimin respiró hondo y asintió.
—Es que... verás, hablé con Taehyung tu luna y-... —fue interrumpido abruptamente por el contrario.
—¿Taehyung? ¿Por qué demonios hablarías con él? ¿Esa platica fue la que te puso así? ¿Estas así por culpa de él?
—N-no fue una platica en si, pero él me hizo reflexionar y-...
—Responde lo que te pregunté Jimin, ¿Hablar con él te puso de esta manera?
—En parte sí... pero no es lo que piensas es que él-...
— ¡Por estar así podrías poner en riesgo la vida de nuestro bebé! Maldición Jimin, no quiero que te acerques a ese bastardo, no quiero que algo les pase a mi familia por culpa de ese imbécil.
—No, no, esto es algo que yo pensé por mi cuenta, él no tiene nada que ver, de hecho, él me dijo que podíamos seguir juntos y... —se quedó en silencio, el alfa ya no lo escuchaba, irradiaba rabia mientras apretaba los puños.
—Le ensañaré a no meterse con mi familia —y sin más salió de la casa dando un fuerte portazo, Jimin se sobresaltó, con la mano sobre el pecho tratando de calmar su corazón acelerado, rogando al cielo que no ocurriera nada malo.
"He sido cruel, egoísta y mezquino, pero no esto dispuesto a arrebatarle el final feliz a nadie, perdí mi oportunidad hace años y sé más que nadie el dolor que se siente, el miedo y la angustia, no dejaré que nadie más atraviese eso, no mientras pueda hacer algo para cambiarlo. El destino es cruel, pero mas crueles son las personas."
Taehyung temblaba con violencia, el cariño y la expectativa del amor que había surgido días atrás cuando por primera vez conoció al alfa, se había esfumado, tan solo quedaba un profundo miedo que le helaba los huesos, miedo de que ese hombre le hiciera daño, miedo a que lo lastimara, a que lo siguiera despreciando y haciéndolo sufrir o peor, tenia miedo de que lo obligara a hacerse daño, y que esta vez finalmente lograra deshacerse de él.
Por otro lado, para Jungkook el tiempo se detuvo, su mente quedó en blanco al mismo tiempo que su corazón que latía desbocado comenzaba a calmarse, la adrenalina y la rabia dejando paso libre al dolor y a los celos, el deseo de acercarse a la pareja, de abrazar a su omega y ocultarlo entre sus brazos le estaba carcomiendo el cerebro. Taehyung, semidesnudo en su cama con otro alfa a su lado había sido un golpe duro, estaba seguro que no quería a ese omega, que lo odiaba, que había sido una mala jugada de la luna el que se conocieran, pero... si tanto lo odiaba, si tanto lo aborrecía, si tanto deseaba que desapareciera ¿por qué se sentía de esa manera? ¿por qué le dolía tanto verlo en otros brazos? ¿Por qué se sentía traicionado?
Y como una bomba, la realidad explotó en su cara, el dolor que había sentido, el dolor que lo había estado asfixiando desde temprano no se debía a Jimin, Jimin y él jamás habían compartido una conexión así, no se debía a las lágrimas que había derramado el omega, se debía a que SU omega, SU otra mitad, SU luna estaba con otro alfa ¿Así se sentí Taehyung cuando se la pasaba con Jimin? porque sin duda era un dolor horrible, una angustia aplastante que le quitaba el aire.
No escuchaba nada, no se percataba de nada, su mirada estaba fija en el cuerpo tembloroso del omega que se ocultaba bajo las mantas, no escuchaba las preguntas del alfa, tampoco los reclamos de la omega por irrumpir en su casa, tampoco escuchaba a su lobo, tan solo miraba al omega, a su otra mitad, debía aceptarlo, Taehyung había sido hecho para él, Taehyung era su dueño.
—Lárgate —aquella rasposa y grave voz lo sacaron de sus pensamientos, tanto la omega como el alfa desconocido guardaron silencio, mirando fijamente al omega que había asomado su cabeza por entre las mantas, su voz se escuchaba firme a pesar de las sacudidas que daba su débil cuerpo— Que te largues, no te quiero en mi casa —pero el alfa no se movía y no daba señales de escucharlo— ¡LÁRGATE! —fue el grito que desató el caos, olvidó el porqué estaba ahí, olvidó a Jimin llorando, olvidó la rabia que había sentido al entrar en la casa, había olvidado las ganas de reclamarle al omega que no se acercara a Jimin ni a su bebé, olvidó que Taehyung era su enemigo y sin percatarse estaba saliendo por la puerta de aquella pintoresca casa.
Sus manos temblaban, o tal vez todo él estaba temblando pero solo podía ver sus manos agitarse con fuerza, el dolor instalado en su pecho, los celos, el rechazo y los aullidos de su lobo lo estaban haciendo colapsar. Taehyung... Taehyung era su destinado y le amaba, le amaba de una forma tan fuerte que no quería aceptar, estaba asustado, tenía mucho miedo de sus sentimientos, estaban matándolo.
Y sin duda alguna, el miedo era el peor incentivo que podía tener una persona.
Oh Jungkook, después de todo, sigues siendo el mismo cachorro miedoso de siempre y tus decisiones caerán como pesa en la balanza y quien pagará los platos rotos no serás tu.
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Why Moon? (Omegaverse)
FanfictionEl festival de la luna era una celebración que se llevaba a cabo a mitad de año festejaban a la luna y le agradecían por la vida que les había otorgado y la luna les agradecía juntando dos almas. Jungkook y Jimin estaban mas que seguros que este ser...