Kasia.
Entre risas ingresamos al costoso departamento de Max, era obvio que no viviría con pocos lujos pues su personalidad denota ambición y derroche por todos lados.
Le encanta demostrar que tiene dinero y "poder" sobre algunos pobres diablos, aunque la realidad es que no es más que el lame botas de los verdaderos peces gordos del estanque.
Al terminar de recorrer la sala con la mirada fijé mi vista en el imbécil que me observaba con deseo y desesperación desde la puerta.
Con rapidez se acercó a mí listo para despojarme de toda mi ropa y lograr su cometido pero ese no era mi plan y tampoco tenía muchos deseos de que me tocara más allá de lo necesario así que con una sonrisa lo aparté.
___Tranquilo, tenemos toda una noche para disfrutar___dije dándole un leve empujón a su pecho___¿por qué mejor no me invitas a un trago y así nos vamos relajando?___ Max parecía en desacuerdo con mis palabras pero aun así asintió con una sonrisa.
___Como quieras, pero no me hagas esperar tanto por volver a probar ese cuerpo de diosa que tienes ¿bueno?___asentí con coquetería ansiosa por acabar de una vez por todas con este teatrico.
Mientras Max buscaba dos cervezas en su nevera yo observaba todo a mí alrededor con mayor detenimiento, maquinando en mi cabeza todos los movimientos que haría a la hora de sacar mis verdaderas intenciones a la luz.
Sabía muy bien que tenía a personas esperando por mi aviso para entrar al departamento y actuar con el objetivo de dar cumplimiento al plan establecido por nuestro jefe así que no demoraría tanto con esta farsa.
___Y aquí están___dijo Max acercándose a mí con dos cervezas en cada mano.
___Gracias___le dije con una sonrisa forzada mientras nos sentábamos en uno de los sofás del lugar.
___Es bastante increíble que nos hayamos encontrado de nuevo___dijo el imbécil mientras yo repiqueteaba mis dedos sobre mi pierna con impaciencia___ no pensé que te volvería a ver pero al parecer el destino quiso que pasara___me lanzó una mirada coqueta a la que le respondí con una, no tan disimulada, carcajada.
___Si, el destino a veces puede ser muy hijo de puta___dije entre risas mientras dejaba la botella de cerveza en la mesa de cristal frente a mí.
___¿A qué te refieres?___dijo Max confundido por mis palabras dejando su cerveza al lado de la mía, volteé a verlo con una sonrisa.
___Ya lo verás___y con esas palabras le di un golpe certero y limpio en su garganta haciéndolo perder el conocimiento.
Me puse de pie y con poca delicadeza aparté sus piernas de mi camino para ir en busca de mi teléfono.
Al tomarlo marqué el número telefónico pactado y al primer timbre contestaron.
___Suban___dije con voz seca en alemán.
___Entendido___respondieron del otro lado para luego colgar.
A los pocos segundos sentí como tocaban la puerta con tres golpes secos, era la señal.
A paso tranquilo me acerqué recibiendo a una chica de cabello gris y un chico rubio, ambos vestidos de negro y con semblante frío.
___Lo que pedí___extendí mis manos hacia ellos.
___Aquí lo tienes___me dijo la chica entregándome una bolsa negra.
La tomé y me aparté haciéndoles la señal de que pasaran.
Ambos se adentraron al departamento y se dividieron para buscar por todo el lugar cualquier documento, laptop o cualquier otra cosa, dejaríamos este sitio completamente limpio y ya luego revisaríamos que información le podíamos sacar a lo que nos lleváramos de aquí.
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Eres tú
ActionMi nombre es Kasia Müller, tengo veinticuatro años y soy alemana. Pertenezco a una asociación llamada Elite de la cual muy pocos conocen y que se ha convertido en mi trabajo desde que tengo dieciocho, aunque fui educada por el líder lo cual convirt...