Kasia.
¿Les ha pasado alguna vez que llevan toda su vida creyendo odiar ciertas cosas y teniendo gustos particulares como cualquier persona y que en un determinado momento esos gustos cambian y eso que decías odiar ya no te parece tan molesto?
Es difícil de explicar esa sensación, solo sé que estoy sintiendo algo bastante parecido ahora mismo.
Viendo como varias personas cargan con hermosos jarrones de rosas rojas, otros con pasteles y dulces de varios tipos con decoraciones románticas y galletas en forma de corazón, personas colocando decoraciones amorosas en colores como el rosa, blanco y rojo que en exceso siempre me pareció molesto, y ahora no tanto.
Estar rodeada de pura decoración cursi a tan solo unas horas de celebrar el día de San Valentín, que en otras palabras es la celebración del año que más odio, y no sentirme al menos un poco abrumada me desconcierta demasiado.
Lo más estresante es el hecho de tener que reconocer, porque mentirme a mí misma nunca ha sido mi fuerte, que nada de esto me es molesto porque tengo al irlandés cerca y porque sé que durante toda la celebración tendremos que mantener una actuación de telenovela romántica pues al ser la pareja de casados más recientes seremos prácticamente el centro de atención.
El hecho de saber que lo tendré cerca toda la noche, tomados de la mano o en alguna postura cariñosa, que bailaremos juntos, que estaremos en una burbuja de enamorados, sin importar que sea solo actuación, me hace desear que la fiesta comience cuanto antes.
Sé que todo solo será una simple actuación para no levantar sospechas y que yo estoy bajo la identidad de otra persona por lo que Iker ni siquiera está casado realmente conmigo, pero sé muy bien que yo no fingiré la mayor parte de mis actos esta noche.
Porque deseo a ese irlandés pero no solo eso, también estoy empezando a desarrollar otra clase de sentimientos de categoría altamente peligrosa, no es amor claramente pero es un cariño especial y riesgoso que me está sacando de mi zona de confort cada vez que lo tengo cerca o simplemente cada vez que lo pienso.
¿Se sentirá Iker como lo hago yo? No lo sé, a veces ese irlandés es bastante difícil de descifrar, lo que me hace las cosas más complicadas.
Al menos si supiera que no soy la única ridícula que está comenzando a mezclar trabajo con vida personal me sentiría menos patética pero Iker es demasiado impredecible como para dar por sentado algo, así que ni idea de cuáles son sus sentimientos hacia mi persona.
Eso solo me lleva a la simple conclusión de que debo mantener una perfecta actuación ante absolutamente todos, con Iker para que no sepa que me está comenzando a gustar más allá de lo carnal y con todos los demás para que no descubran que en realidad no soy Alana.
___Se te da bastante bien esto de planificar eventos sociales___dijo Iker colocándose a mi lado sacándome de la laguna mental en la que andaba metida.
Estaba en el jardín observando como todos, bajo mis indicaciones, terminaban de darle los últimos toques al lugar.
El rancho era hermoso y desprendía esa paz y tranquilidad que transmite el campo, es una buena adquisición e inversión de parte de los Mac Carthy.
___Que mi real vida no se base en estas cosas no significa que no se me den bien___ respondí sin apartar los ojos del jardín, ahora decorado con flores y corazones.
___No digo que no estés capacitada para esta clase de cosas solo que pensé que el amor no era de tus más queridas temáticas, pero pareces bastante inspirada viéndolo bien___ dijo señalando todo el lugar, sonreí con altanería.
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Eres tú
AksiyonMi nombre es Kasia Müller, tengo veinticuatro años y soy alemana. Pertenezco a una asociación llamada Elite de la cual muy pocos conocen y que se ha convertido en mi trabajo desde que tengo dieciocho, aunque fui educada por el líder lo cual convirt...