Kasia.
Me miré una última vez en el espejo agradeciendo haber encontrado algo apropiado en el armario para cabalgar y que no fuera rosa.
Dije que me estaba adaptando a esta vida y era cierto, pero eso no incluye la forma de vestir de Alana ni sus gustos por tés raros y exóticos que me ponen de los nervios.
No estoy muy de acuerdo con esta repentina idea de Iker, puede resultar muy peligroso por más seguridad que tenga puesta a los alrededores de la propiedad, ¿pero cómo le decía que no a ese testarudo y sexy irlandés?, simplemente no podía.
Al menos prometió que solo sería por un corto tiempo, no pasará nada, debo dejar mi paranoia a un lado por al menos unas horas y divertirme con mi familia, aunque no sea la real así es como la siento, mi familia y me da igual lo que sea verdad o no.
Isabela estaba muy animada, y no la culpo, los caballos son animales hermosos y cabalgar en estos impresionantes terrenos es un completo privilegio.
Iker eligió una preciosa yegua para mí, blanca y muy tranquila, mientras él llevaba a Isabela en su caballo negro, un pura sangre impresionante.
Debo aceptar que Iker se veía demasiado bien sobre ese caballo, su figura imponente y poderosa, de solo verlo me entraban ganas de llevarlo conmigo a nuestra habitación y no salir por horas, pero decidí que lo mejor era comportarme, ya tendríamos tiempo para eso luego.
Él nos guiaba, o más bien a mí porque Isabela iba junto a él, nos contaba sobre todo lo que nos rodeaba, se veía que amaba estas tierras y que las conocía como la palma de su mano.
Fue relajante verlo así, en su territorio, siendo solo él, Iker, y no el mafioso empresario frío que debe mostrar a los demás como fachada.
Mi corazón latía con fuerza cada vez que volteaba a verme sobre su hombro cerciorándose de que lo estuviera siguiendo y siguiera sana y salva, su constante preocupación hacia mí solo provocaba que todo mi ser se llenara de ternura.
No era primera vez que montaba a caballo, pero sin duda esta fue la más especial de todas, después de todo no fue mala idea venir y despejar por unas horas todos los problemas que no parecían querer acabar.
Al llegar nuevamente a la hacienda noté como Iker se encontraba algo nervioso, pero no pregunté ya que podría tratarse sobre los sujetos que nos están siguiendo para sabrá dios qué, debe estar muy estresado y no es para menos, esta clase de cosas no deben tomarse a la ligera.
Isabela estaba tan cansada que luego de darse un baño quiso que le llevaran la cena a su habitación para ni siquiera tener que bajar las escaleras, debe estar exhausta del agitado día que hemos tenido hoy, y a decir verdad, yo también estaba muerta.
Al entrar a mi habitación dispuesta a darme una ducha fui recibida por un hermoso vestido en la cama junto a una nota.
Me acerqué y la tomé entre mis manos para leerla con una sonrisa en el rostro, reconocía la letra de mi irlandés a kilómetros de distancia.
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Eres tú
ActionMi nombre es Kasia Müller, tengo veinticuatro años y soy alemana. Pertenezco a una asociación llamada Elite de la cual muy pocos conocen y que se ha convertido en mi trabajo desde que tengo dieciocho, aunque fui educada por el líder lo cual convirt...