Capitulo 7

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Sigiloso

Blake

Alexa sale del otro lado de la enorme piscina, la maya enteriza se le ciñe a su piel. Verla salir del agua es una obra de arte, aún sigo preguntándome qué tipos de hechizos tiene esa mujer para mostrarse tan profesional en su trabajo y a la vez tan sexy a la hora de ejercerlo.

No logro entender.

Por unos segundos me olvido de quien es y me paro a deleitarla. Sus piernas chorrean agua, la maya tiene una espalda baja, por lo tanto y a pesar de tener eso puesto, deja bastante a la imaginación. Los tatuajes en su brazo brillan mientras los estira y sacude el exceso de agua de una manera muy delicada. Sigo embelesado, está de espaldas y por inercia tomo la toalla que quedó de mi lado y me acerco por los costados de la piscina. Mi imaginación trabaja al sopesar lo que esconde bajo la tela que se transforma en una al entallarse tan perfectamente en su cuerpo, parece un reloj de arena, sus medidas son perfectas y exactas para ella.

No llego ni a dar diez pasos, cuando en un pestañeo se agacha y me apunta con un arma. Reacciono y levanto las manos.

Que estupido.

—¡Señor es usted! —baja el artefacto y le pone seguro— No puede acercarse tan sigiloso de esa manera.

—Supuse que lo necesitabas —extiendo la toalla en su dirección tratando de recordar la cordura, pero una cosa es verla de espaldas casi a contraluz con las luces que estan en el piso al borde de la piscina y otra es estar en frente, es algo...

—No se hubiera molestado, muchas gracias —responde tapándose lo que no quería ver.

Mi entrepierna comienza a molestarme en tanto veo sus pezones erectos bajo la única prenda que carga, tiene unos pechos de infarto. Si me pongo así con una maya, no me imagino lo que sería desnuda.

«Como si algun dia me acostase con mi empleada»

—No fue nada. —me doy la vuelta y trato de salir lo más rápido posible.

En tanto llego a mi habitación voy directo al baño. Me apoyo en la puerta con una mano y con la otra masajeo mi verga una y otra vez con su imagen prendida a mi mente. Voy aumentando el movimiento al imaginarme a ella en mi cama, en decenas de posiciones, como yo quisiera. Me olvido que es mi guardaespaldas y la veo como una hermosa mujer que es, como esa misma a la que podría arrancarle en la misma piscina esa maya negra para amarrar sus tetas a mi gusto. Esa simple imagen me es suficiente cuando siento que llego y hecho mi cabeza hacia atras en tanto vuelvo a focalizar su imagen saliendo del agua, estando de frente y de tan solo imaginar su esbelta figura expulso el liquido seminal que chorrea por mi mano, siento cortos espasmos que hacen que siga saliendo más de secreción de ella.

Respiro una y otra vez «Es solo tu empleada, una mas del montón» me convenzo de eso. Limpio todo el desastre provocado por esa mujer. No me gusta darme placer solo con solo una imagen en mi cabeza, me enrabia. Anhelo que sea Viernes lo antes posible para saciar este éxtasis sexual que me está renaciendo en este momento.


Alexa.

Observo cómo se va por donde vino. Siempre supe que era él. Es un instinto natural. Agarré la pistola que estaba a un laso de la maceta. No tengo que demostrar nada, mi resultado está en el trabajo y en el día a día. Pero apuntarle pasa de lo placentero.

Sinceramente la escena no me ayudó, tuve desventaja y ¡Dios! Noté lo duro que se puso al detallar mi cuerpo completo. No me canso de decir que no me imagine que la persona a la que investigaría sería tan sexy, verlo solo en shorts donde dejaba a simple vista ver su pronunciada V en su parte inferior, sus abdominales bien torneados es un placer visual. Él también tiene tatuajes en ambos brazos y parte de su pecho, eso me enloqueció a tal punto que no solo me moje el agua de la piscina. Este hijo de puta está demasiado bueno, puede no caerme bien pero el hombre tiene sus jodidos atributos.

Protegido (+21) [Libro 1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora