Protegido (+21) [Libro 1] ✔️

Capitulo 27

Blake

¡Quedé como un pendejo!

No me deje acojonar por mi madre, porque por más respeto que le tenga por mí puede encontrar encamándome a mil mujeres, el irrespetuoso no sería yo sin embargo. Pero no olvido una de las conversaciones que hemos tenido, me advirtió más de una vez en relación al acercamiento que podría tener Kant hacia mi persona, lo que mi madre nunca se imaginaría que fui yo el primero en dar el paso, y posiblemente el primero en dejar crecer ese deseo que siento por ella y que a veces me quema con tal de tocarla... de pasar mi tacto por alguna zona de su piel. Si supiese que también me quema el serle indiferente.

El agua cae por mi cabello, no se en que momento quede sumido en el sueño pero me levante con los mismos efectos como si hubiese estado corriendo por largos minutos en algún juego de niños con mis hermanos, no obstante el mayor calor lo tuve cuando Alexa entró preocupada por mi bienestar, se que le pago por eso, y que a pesar de que le dije que están fuera de trabajo el hecho de que se haya pasado por mi alcoba a verificar y más el ver cómo es que entro ,abriéndola de una patada con su arma en mano, fue... muy excitante.

Masajeo mi polla tratando de apaciguar el dolor y esa sonda caliente que todavía cargo dentro, llevo mi mano hasta la corona de la misma y empujó el glande en esa zona con sacudidas rápidas «Ya casi» Las venas se me marcan en los brazos y muerdo mi labio por la tensión, suelto suspiros tocandome y exploto en placer dejando salir un largo suspiro mientras el agua se lleva a su paso el liquido que expulso.

Cambio agua caliente por agua fría, me apoyo en la pared dejando que el agua corra por mi cuerpo y me quedo debajo unos cinco minutos más para luego salir y cambiarme en el vestidor.

Me coloco unos pantalones grises de vestir y arriba una camiseta blanca, dejo de lado la formalidad, solo quiero estar cómodo,

Guardo mi celular y no dejo de pensar en cómo prácticamente la eché de mi  dormitorio introduciéndola en medio de paredes antiguas, llenas de polvo, con las indicaciones que le di. Se que es lo suficientemente inteligente como para haber salido sin confusiones e imprevistos. Se a donde la conduje, conociendo a mi hermana y con esta tormenta, debe estar en la cúpula del castillo en busca de más señal en vez de estar encerrada en su alcoba.

Entro en unos zapatos y salgo sacudiendo el cabello sin peinarlo e intentar acomodarlo con mis dedos mientras me encamino al salón donde mi madre dijo que debía bajar, sinceramente si quiere hablar de temas de administración no es el momento, no hoy que desde que me levante he incumplido todas mis reglas y rutina de siempre.  Apenas estoy de humor, solo quiero que hoy pase rápido, necesito que sea de noche, necesito apaciguar eso que siento y que ella también siente.

De todas formas le dije que hoy continuaremos con eso que quedó a medias.

Bajo las escaleras viendo el mensaje de Liam, quien me dijo que estaría en las caballerizas del fondo y en cuanto elevo mi mirada guardando el móvil en mis bolsillos y capto la voz en el castillo, detengo el paso analizando el momento, trae una valija y las mujeres y mayordomos del personal toman sus cosas quitándole la gran campera. Lo primero que veo son sus largas piernas y su vestuario.Fino, como siempre.

Katrina no aparece en ningún lugar y Teo sale de un pasillo con una manzana en la boca mientras camina sin dejar de vista la tablet que carga en sus manos.

—Teo, querido... saludá a Elyza, vino por dos días —suelta una Helena muy amables Elyza, nos agrada tu presencia, espero sea de tu agrado.

—Muchas gracias por esta bienvenida y claramente por la invitación —secunda y termino de bajar los escalones llegando hacia donde se encuentran, cruzamos miradas y de repente no dice nada más, odio esos momentos de silencio absoluto— El momento de ayer me dejo tan mal que cuando Helena me invitó, lo tuve que considerar muchas veces y decidí venir hasta acá —sonríe en cuando me visualiza.