Protegido (+21) [Libro 1] ✔️

Capitulo 46

Blake

Al fin me libro de esta puta carta y de responder un mensaje donde fuí claro en cuanto a no querer saber absolutamente nada con ellos. Su condición era responder la carta, pero claro que, entre mis opciones no estaba aceptar cuanta mierda me piden. Ahora que di a conocer al mundo que en semanas parte el crucero del que se encargará nuestra Dirección de Turismo es en lo que basaré mi absoluto enfoque y trabajo, aún más a tiempo completo de lo que me he dedicado estos últimos días, el cansancio me da pelea pero no es momento de quejas ya que al final de tanto trabajo los resultados hablarán por sí mismos. Ya todo está encaminado, la tercera fase de la culminación del proyecto está rozando el final y sólo cuento los días para salir de esta ciudad y relajarme un poco.

No pude ver quien era la persona que me hablaba desde el cubículo derecho del baño de varones, la carta la pasé por debajo de la separación y pasos fue lo último que escuché tras el cerrar de la puerta. Fue un trámite, allí dentro no era el único por lo que cuando salí se me dificultó diferenciarlo e intentar saber quién era la persona a quien le di mi respuesta. Ya en mi mesa me pareció raro no ver a Alexa y aún me extrañó la carta que recibió la cual poseía mi nombre.

«Ella miente, tu círculo no es muy cerrado como pensas»

¿Ella?... ¿Ella, quien?

No hay muchas mujeres a mi alrededor más si, las suficientes.

Mi madre, ella puede ser todo menos mentirme o intentar dañarme.

Mi hermana... bueno, Katrina vive en una nube de ilusiones e inmadurez.

Personas de mi completa confianza pueden ser Mariah y Amparo las cuales conviven en el mismo espacio que yo y me conocen de niño, sin embargo dudo que dos empleadas domésticas estén a la altura para enfatizar el «Ella» de la carta más no voy a empeñarme en subestimar que mucho lo he hecho en los últimos tiempos y fué en vano.

A parte, debería evaluar qué tan verídica sea esa carta, si bien estaba dirigida hacia mí, tras el anuncio esto simplemente puede ser solo una distracción. En mi mundo, dentro del ámbito empresarial estamos en una constante carrera donde por más que no compartamos un mismo negocio en cuanto a categorías, las masas de dinero es lo que maneja y manejará siempre este espacio. El jugar sucio es un sinónimo de muchos colegas que desde acá observo sentados, luciendo un traje de etiqueta con corbatas bien anudadas y acompañados de correctas mujeres.

Claro que siempre fui de esos que duda y sopesa mil opciones antes de dar un paso, y esto, simplemente no puedo dejarlo de lado, no puedo no considerar la idea de lo que dispone la carta que en este momento guardo en mi traje no tenga un porcentaje de cierto en su información.

¿Qué otras mujeres tengo a mi alrededor?

Lo único en lo que pienso son las últimas tres recientes, una más importante que otras.

Alexa entró como una bala disparada.

A veces percibo que es de esas que pueden llevarte al punto máximo del éxtasis y así como te puede hacer vivir el mejor placer puede llevarte al otro extremo en un pestañeo. Claro que no es tan determinante y extremo, es solo una parábola de lo que siento cuando estoy con ella y me parece tan peligrosa nuestra cercanía como catastrófico su final, me condené luego de lo que sucedió con Charlotte, luego de que haya elegido al dinero por sobre el cariño que nos teníamos. No le importó el anillo en su anular, no le importo los años juntos y es por eso que sé que siempre elegirán al materialismo por sobre todo y es justamente por eso que, el amor es solo un invento del sistema donde son pocos los que corren con la suerte de algo sincero y verdadero.

En cuanto a Alexa, creo que nunca me detuve a pensar en todo lo que sucedió desde que ella ingresó por esa puerta. Solo puedo ser consciente de qué hay momentos que simplemente están escritos y deben ser así por alguna razón. Hoy no imagino los últimos meses con un escolta donde todos fueran hombres, claro que para mí serían como invisibles, como los tres que siguen mi rastro, pero ella... es de esas personas que por más de que te fuerces a ignorar te hace abrir los ojos de un chasquido como si fuera una ofensa no detallarla y admirar su presencia.