Capitulo 70

920 80 27
                                    

Blake

A Estambul llegamos luego de dos horas.

Estos últimos días fueron, para mi, tan reales y tan vívidos. No me hubiese imaginado nunca adquiriendo información turística, reservando lugares, tomando fotos, paseando y haciendo de turista. Es más, probablemente no hubiera salido del crucero en ninguna de las paradas. Alexa logró que quiera salir del crucero, tomar de su mano y pasear por donde fuera solo para ver sus expresiones, solo para verla a ella, con esa mirada tan curiosa, expectante y a la vez neutral que a veces se empeña en dar pero que termina dando como resultado un rostro que nadie, incluido yo, nunca podría cansarse de observar.

Alexa logró que la mayoría del tiempo lo pase afuera, por que de ser por mi, mi lugar en este viaje hubiera sido en la suite o en el puente de mando, que, por cierto, no visite jamás desde que me subí al crucero. Liam probablemente se reiría si le contara que, conociendo la curiosidad de Alexa, me aprendí la historia de algunas dinastías de Egipto... ¿Que hago yo sabiendo que Nefertiti y Nefertari no son la misma y que probablemente la segunda descienda de la otra? En fin, su sonrisa de mi mente no me la quita nadie. Ni tampoco sus vestidos y cómo lucía con los pañuelos egipcios en sus cabellos, en donde sus ojos se robaban la atención de muchas personas, tres veces me tuve que quedar viendo amenazadoramente a gente que se le ha quedado mirando sin que ella se diera cuenta... ¿Sabrá el poder de atracción que tiene? Es una cosa increíble, es una cualidad natural, emana de ella misma y si tuviera que volver el tiempo para limpiar sus lágrimas con mis manos producto de la emoción de unas viejas y antiguas palabras, lo haría una y mil veces, incluso si eso conllevara perder cualquier cosa. Del aeropuerto nos retiramos de inmediato, la verdad es que viajar, por más cerca que se encuentre un país de otro en avión, realmente es cansador. Estuvimos en constante movimiento el día de hoy, no paramos un segundo y es por eso que reservamos una habitación en un hotel en pleno centro del barrio Sultanahmet. Dormimos unas cuantas horas y despertamos cerca de las ocho de la noche.

—¿Esto está bien? —Alexa se mira en el espejo con un conjunto tipo enterizo que consta de una camisa de mangas largas y un jean que le queda pegado a sus piernas.

—Todo lo que te pongas te va quedar perfecto —le respondo desde el otro lado de la habitación mientras abotono mi camisa.

Salimos a la calle principal con la idea de cenar en algún restaurante que nos atraiga, la noche aquí es excepcional, está demasiado fresco noto de reojo cómo Alexa acerca los extremos de su campera al pecho, me detengo en seco llamando la atención de ella «¿Que haces?» pregunta y respondo tomando el cierre de su campera y cerrándola. Me sonríe y aprovecho para cerrar mi campera. Hay mucha gente, familias enteras caminando por estas calles y cuando extiendo mi mano para que retomemos el camino Alexa planta sus pies.

—Acá, mira que lindo... —susurra.

Y parece un buen lugar.

Adentro, una vez que nos ubican en una mesa en el primer piso, desde la esquina en donde nos encontramos se puede observar parte de las calles hacia abajo. Al mozo le pedimos que nos comente sobre las opciones de cenas tradicionales de esta región y después de unos cuantos platos miro a Alexa para que elija el menú. Termina pidiendo el plato "Köfte" que consta de algo similar a unas albóndigas alargadas con verduras y a los cinco minutos aparece el dueño recibiendonos cálidamente cuando aparentemente reconoce quien soy. Me asombra tener tal reconocimiento estando en países poco frecuentes para mí, pero entiendo que para el nivel de lo que conlleva tener al crucero de mi empresa, es algo recurrente.  Nos incentiva a que degustemos tres platos que invita la casa. Probamos mercimek köftesi, menenem y börek. Definitivamente platos excepcionales por que para cuando llega el plato que ordenó Alexa ya estoy exhausto, por lo que termino dejando el plato a medias. Nos llama la atención que un grupo de lo que aparentan ser amigos estén fumando de un artefacto de vidrio y se vayan compartiendo algo similar a una pequeña cuerda en donde aspiran y luego sueltan un largo humo grisáceo. Alexa me mira y entiendo que quiere probarlo. Hago contacto visual con el mozo y entiende que lo estoy llamando cuando se presenta. Nos explica que es una «Hookah», la pruebo cuando otro camarero le trae un artefacto idéntico y nos explica cómo hacerlo, toma una pastilla circular negra la cual la enciende y la ubica en la parte de arriba del artefacto. Alexa me incentiva a que yo lo haga y accedo a hacerlo solo una vez pero me ahogo. El humo se me queda en la garganta y comienzo a toser mientras Alexa se ríe tomando el artefacto que le extiendo para que lo aleje de mi y ella lo hace bastante bien para mi sorpresa.

Protegido (+21) [Libro 1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora