Capitulo 56

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Niccola Licciardi

Nueva Escocia, Reino Unido.

Ya han pasado más de dos años desde la última vez que vine a estas tierras, jamás olvidaré el día que vine a cumplir un solo objetivo: matar a Charles Grayson. No es noticia que él al igual que su empresa han colaborado por muchos años con Leviatan, más sin embargo, en el último año que hemos mantenido negocios fue claro al no querer responder por lo que mi padre había pactado con el y pues, una cosa desencadena a otra.

Nadie ignora a Leviatán y si lo hace, siempre hay consecuencias.

Se supone que tras la muerte de mi padre, que se dio mucho tiempo después de la de Charles el pacto de negocios se anula, y me compete a mi volver a negociar, pero es algo que no pienso hacer. Mis cartas al hijo mayor de Charles Grayson no son más que un recordatorio de lo que debe hacer y, en unos pocos días, tenemos una gran mercancía que enviar al continente Americano y no estoy dispuesto a perder ni un maldito gramo de absolutamente nada.

Negocios son negocios.

Me acerco al balcón del hermoso pent house en uno de los barrios más codiciados. Con el tiempo aprendí que la mejor manera de pasar desapercibido es no hacerlo, lo que tampoco significa andar como cualquiera, claro que no.

No soy cualquier persona.

Siempre dije que Italia era mi zona de confort, no son muchas las veces que salí de mi país para negocios, ellos siempre vienen a mi. Estos últimos días los hemos pasado en Sorrento, en otra de nuestras casas familiares.

Se acerca una boda.

Melania se casa.

Vivimos en un país sumamente catolico y nosotros no estamos fuera de la religión. Mi familia tiene un apellido que ha cruzado toda la historia de Italia y siempre hemos tenido una enorme influencia en el Vaticano. Será una boda católica tradicional italiana. Domenica, mi prometida, es una de las principales en la organización y planificación del evento.

Aún no se define la fecha de la boda, pero si la fiesta de compromiso que será en unas pocas dos semanas, algo formal y tranquilo, solo los más cercanos.

El tiempo justo y necesario.

Respecto a Domenica, ya era hora de formalizar un poco más la relación. No es noticia que ya todos saben que ha sido mi pareja desde hace más de cuatro años. Nuestra relación va más allá de una de amor o lo que la gente común quiere, lo nuestro es una alianza de fidelidad. No soy alguien que cree en los "para siempre", pero con ella y, siendo quien soy y el cargo que ocupo, espero que si ese "para siempre" no se cumple, que no sea producto de alguna traición o algo similar.

No me arrodillé, sin embargo fue una reunión íntima con mis familiares y más allegados.

En cuanto a la boda no tenemos fecha más no estamos muy apurados en eso, paso a paso, de repente las bodas se juntas y hasta se me hace ridículo pensar en eso con tanto trabajo por hacer. Estamos en uno de los mejores momentos respecto a nuestro negocio y, por ahora, lo único que me interesa es eso. Venir al Norte del continente me pone de malas pero ya es hora de confirmar la situación personalmente sin más andanzas. Lo de las cartas era un acto previo para saber con qué me iba a encontrar y no me sorprende, la rebeldía del mayor de los hermanos Grayson es algo que me esperaba. Como siempre y en cada negocio, nos ocupamos de realizar una investigación completa y he visto bastante de cada uno de ellos.

De hecho, aún recuerdo cuando lo conocí, aún estudiaba, era serio y parecía calculador.

Al final del día no debemos ser tan diferentes, sin embargo yo no soy de los que se conforma con poco ni con suficiente.

Protegido (+21) [Libro 1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora