Blake
Me despierta el sonido de las olas y la luz natural que se cuela entremedio de las cortinas. Me muevo estirando mis brazos y abro por completo mis ojos. Alexa es lo primero que veo y estoy seguro de que es una de las primeras veces que la veo dormir despertándome antes que ella. Veo a mi alrededor y están todas las valijas desparramadas en la habitación. No me quiero levantar y al fin esa sensación de tener que estar puntual en el trabajo o con las obligaciones que me competen día a día, disminuyen. El reloj mental de ayer a hoy hizo un cambio ya que son las nueve llegando a y media de la mañana.
Alexa se mueve y como si supiera que estoy pensando en ella comienza a mover la cabeza lentamente.
Está boca abajo con las sábanas hasta la mitad de su espalda y todo su cabello renegrido desparramado por la cama. Veo su perfil y como baila sus pestañas mientras comienza a despabilarse.
Me hace sonreír como un idiota.
—Buen día —susurro quitándole mechones de cabello que se caen en su rostro y sonríe intentando mirarme mientras entrecierra sus ojos.
—¿Qué hora es? —balbucea y sonrío tocando su hombro y masajeando hasta sus omóplatos mientras la observo despabilarse. Es hipnótica, sus pómulos tienen un brillo natural y su piel una luz única te atraen hasta la perdición. No le respondo y entonces se incorpora sobre sus hombros mientras cierra un ojo por la iluminación y entreabre el otro intentando enfocarme con mucho esfuerzo mientras frunce el entrecejo.
Me hace reir mientras niego.
—No me mires asi ¿Para que querés saber la hora? —insisto.
Eleva una ceja y sonríe negando mientras se vuelve a recostar boca abajo. Nos quedamos así un largo tiempo hasta que decidimos levantarnos. Cuando llega una notificación en el sistema de la habitación de qué limpieza a la suite pasará en media hora nos levantamos, la habitación está hecha un lío a pesar de que ayer me encargue de meramente levantar nuestras ropas. El aroma a sal del océano inunda sutilmente el perfume ambiental de nuestro espacio y me pongo una camisa gris de lino con unos pantalones cortos. Si soy sincero se me es rarísimo no ver en todo este lío de ropa en las valijas camisas, sacos, pantalones, chalecos y corbatas. Aunque... bueno, admito que dos o tres trajes incluí en la otra valija. Cuando ordené la ropa online le había solicitado previamente a mi secretaria que añadiera conjuntos al carro. No perdí mucho tiempo con lo mío. La moda no es algo a lo que le dedique extremada atención, más si me encargo de cuidar de mi imagen según lo que a mi vista podría ser agradable teniendo en cuenta también mi comodidad. De todas maneras admito que estuve más de tres horas viendo catálogos de mujeres. No puede existir tanta variedad de ropa femenina. Si no es manga corta, es manga larga pero... ¿Manga tres cuartos? Y los estampados. Dios mío. Fue equivalente a entrenar una hora en el gimnasio. Perdí más calorías eligiendo —sin saber sin certeza, incluso ahora, si es ropa que le gustará— que pagando con mi tarjeta.
Me acerco a la cocina que es un espacio abierto junto con el living comedor que también tiene su balcón —el cual es compartido con la habitación— y tomo un vaso de jugo de naranja. Toda la lista de alimentos se encuentra justo en donde tiene que estar. Y, aunque la mayoría de las veces consumiremos en restaurants también quería abastecer esta mini casa temporal en caso de querer quedarnos acá todo el día.
Miro hacia los ventanales y las cortinas se mueven mientras entra el viento y veo a Alexa, con una bata en su cuerpo, abrir exageradamente la puerta mientras... okey. La escena es algo así. Sale medio agachada, de espaldas a mí, intentando agarrar todas sus valijas y protestando por lo que bueno... supongo por lo que ve.
—Qué es esto. Y no es una pregunta.
Me río cuando se para poniendo sus manos en ambos lados de su cintura. El cabello se le revuelve con el viento que se mece por las cortinas. Y sonrío.
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Protegido (+21) [Libro 1] ✔️
Romance¿Qué pasaría si dos personas dominantes se cruzan en el camino? Ser el gran empresario de Escocia tiene su lado bueno y su lado malo. Blake Grayson es heredero de una dinastia que pasó de generación en generación y no suena para nada fácil y mucho...