Capitulo 41

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Alexa

Las personas somos muy sensibles a las cosas, a los olores, a las situaciones. A menos de que tengas un trastorno que te impida utilizar tus sentidos y sentimientos, no importa que tan duro creas que seas, hay cosas que son inevitables de percibir y entre ayer y hoy, tras lo sucedido en la casa de Blake hace tres días, lo único que siento es algo tras mi cabeza, en la zona de mi cuello que últimamente me trae erizada, como si me vigilaran, si me persiguieran o como cuando sabes que algo estara por pasar y efectivamente, sucede.

Aquel sonido sordo que es como una onda magnética que te llega al cuerpo y te pone en alerta de lo que está por venir.

Así me siento y odio sentirme así.

Porque sé que algo pasa y al mismo tiempo no lo puedo prever o entender.

Helena llegó temprano el día de hoy con Elyza acompañada, hoy es su primer día y Blake en este momento está por salir de su despacho para dirigirse a la zona donde lo han solicitado para que observe algo relacionado a números y estadísticas en cuanto al crucero. Claro no me lo dijo, pero estar horas de pie a unos metros de la secretaria personal del hombre a quien cubro me facilita las cosas para saber qué está sucediendo y más que nada tener una anticipación de lo que, en cuanto a lo que se refiere a él, puede pasar.

Cross entra al pasillo principal  con una carpeta en mano, la misma con la que lo vi el día de ayer. Mi idea principal era rebuscarme la manera de tratar de inmiscuirme y así como leí la anterior carta hacer lo mismo con esta, pero las cosas estuvieron más difíciles de las que lo planee.

—Buenos días, Nia —se acerca al mostrador de la secretaria— ¿Está de buen o mal humor? —pregunta señalando con el pulgar al hombre que está aún dentro.

—Como todos los días, pero tranquilo ¿Si me entiende? —esconde una sonrisa y Liam asiente.

Hace dos pasos y tras tocar la puerta eleva la carpeta al sitio donde se encuentra Blake, lo único que logro escuchar antes de que la cierre es lo único que me interesa y vuelve a despertar mis alertas.

«Ayer me olvide de devolvertelo»

¿Devolver qué, exactamente?

No pasan menos de cinco minutos cuando ambos salen en dirección al lugar y la secretaria lleva una carpeta con papeleo tras el. Comenzamos a caminar tras ellos pero la intriga y la duda de saber que lo que pienso en este momento es verdad y quizá si Liam le devolvió la carta que vi en la grabación es este el momento, no tengo que perder más tiempo. Miro a mis hombres con una mirada significativa y al instante captan el mensaje asintiendo. Me detengo en donde estoy, en silencio y los observo dar tres pasos más hasta que... por alguna razón Blake se detiene frenando en seco a medio camino, gira de perfil observando hacia atrás de reojo, precisamente en donde me encuentro y tras girar me detalla con una arruga en su entrecejo.

Me acerco a pasos cortos y una vez frente a él, cuando se gira para quedar frente mío pongo mi mejor cara y elevo mis cejas hablándole bajo para que solo él me escuche.

—Tengo que ir al baño —suelto casi en un susurro.

Noto que Blake eleva una de sus comisuras y al momento que eleva una mano me percato que la quiere apoyar en mi rostro entonces abro exageradamente mis ojos haciéndole notar que nos están viendo detrás de él. De inmediato disimula el gesto llevando la mano al cuello de su camisa como si la estuviera arreglando.

—Y ¿necesitas mi ayuda? —suelta en una completa sonrisa maliciosa, pero no me inmuto al tener a Liam y a la secretaria en expectativa de lo que sucede acá.

—Muy gracioso, jefe. Solo le aviso, ya voy detrás de usted —sonrio escondiéndome tras su sombra y le guiño un ojo.

Me aparto antes de que las ansias nos tomen y seamos protagonistas de algo que nadie más necesita saber. Me dirijo al pasillo que tomo a la derecha sintiendo tras mio los pasos alejándose diez segundos más tarde.

Protegido (+21) [Libro 1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora