Capitulo 30

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Alexa Kant

Miro mi reloj.

Ocho am.

Doce horas han pasado.

—¿Qué me decís de tu madre? —vuelve a preguntar no sin antes agarrar nuevamente el balde y colocarle agua helada, cubos de hielo chocando mi cara, sangre corriendo de mi brazo.

Un ardor punzante e irritante se expande en las zonas cortadas.

Las hebras de mi cabello caen sobre mis hombros hacia abajo, estoy colgada de manos al techo, mis pies en el aire, ya no siento mis articulaciones. Veo cómo el agua cae roja por mi cuerpo hacia el piso marmolado, elevo mi vista lentamente al hijo de puta enfrente mío.

—¿Qué? Zorra estupida. ¿Pensaste que eran invencibles? —sonríe mi agresor mostrando su asquerosa sonrisa.

Miro mi ropa, no sé cuánto tiempo estuve inconsciente, lo que era mi uniforme no es más que una remera rasgada, toda rota, lazos cuelgan de ella dejando ver mi corpiño. Mis pantalones no se en donde estan y me muevo de un lado al otro cuando quiere tocar mis piernas. Hijo de mil puta, él y toda su mierda.

No voy a llorar, me repito en mi mente.

Soy más que lágrimas por dentro.

Pero soy Alexa Kant.

—¿Cuánto me darán por vos, princesita? —vuelve a hablar pero no lo pienso dos y escupo su asqueroso rostro el cual se tiñe de rojo debido a la sangre que expulso.

Cierra los ojos cuando nota lo que hice.

—Respuesta incorrecta —declara quemando la vela y acercándose a mi.

Me muevo sobre mis brazos colgados, ya no tengo fuerzas ni para intentar soltarme, lo probé muchas veces y ya ni siento mis extremidades, las cadenas son gruesas. Muevo mi cuerpo desesperada, gotas de sudor y miedo bajan por mi mejilla mezclados con el sabor salado de mis lágrimas y el amargo de mi sangre emanando de la cortada en algún lugar de mi rostro, veo rojo cuando se ubica en mi costado y pasa su asquerosa mano por mi abdomen provocándome náuseas en el proceso e intentando que me quede quieta, más no dejo de moverme sacando fuerzas y tratando de alejarme.

No... no.

Un grito ahogado sale de mi garganta, él lo está haciendo de nuevo.

Pero no lloro, no hoy.

[...]

Blake Grayson.

Llanto.

Aprieto mis ojos al percatarme del llanto ahogado de una mujer, me muevo incómodo en mi lugar, mi espalda duele, una contractura en mis omoplatos y cintura siento cuando me remuevo en el lugar. Abro mis ojos mirando el entorno, el llanto proviene de mis piernas, ella está sumida en un sueño, o... ¿Una pesadilla? Su cuerpo de costado con su rostro mirando hacia mi cuerpo, toca su abdomen en el proceso y la otra mano yace en su brazo.

Llora desconsoladamente.

No entiendo nada.

Refriego mis párpados para ver bien y ver en dónde estoy.

En frente mío la escolta de Teo tiene su cabeza en el hombro de mi hermano, ambos dormidos y en la misma esquina del sillón individual Cross se encuentra también dormido.

¿Qué pasó anoche?

—No... no lo hagas —bajo mi vista a la mujer aún en mis piernas, literalmente sobre mi miembro.

—Alexa —susurro tocándole el brazo y moviéndola en el lugar suavemente. No entiendo lo qué pasó anoche, miro a mi alrededor— Alexa...

Ya es de día, luz natural entra por las ventanas y no se escucha nada más que los pájaros cantando fuera.

Protegido (+21) [Libro 1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora