Capitulo 17

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Blake

Jadea y me la pone de punta.

—¡Dios! —grita exitada.

La embisto una, dos, tres... pierdo la cuenta, estoy entre sus piernas, la tengo sentada sobre el escritorio en mi despacho, la luz apenas entra por las ventanas y los únicos que estamos somos nosotros dos solos. El cabello se le pega en el rostro y se lo envío hacia atrás tirando con fuerza, me deja una vista clara y precisa de su cuello, sus clavículas se marcan resalta y veo cómo pequeñas gotas de sudor emergen de su cuerpo.

No dejo de moverme dentro de ella y jadea cerrando los ojos «Tengo una vista exquisita» Trazo un camino con mi lengua de su cuello hasta sus pechos, son una obra de arte, tienen la medida exacta que a mi me encanta, ni tan grandes ni tan pequeñas, justos para ella y saben de maravilla, lamo el contorno de sus aureolas y succiono el pezón dejándole un leve mordisco a la vez que grita de placer y se lleva la mano a su zona baja.

No dejo que deposite ahí sus dedos, con una mano contengo las suyas tras su espalda y con la otra estímulo su clítoris en tanto no dejo de arremeter. Su canal me aprieta, jadea y respira más fuerte.

—¡Mírame!

Acata mi orden y siento que me atrapa en sus naturaleza, me muevo más rápido y...

Abro los ojos asustado.

Estoy sudado.

Distingo el sonido de mi celular y vislumbro la hora «Llamada perdida de Cross» son las dos de la madrugada.

¿Pero qué mierda?

Dejo el celular en la mesada de noche, pongo el brazo sobre mis ojos e intento dormir pero el puto celular vuelve a sonar.

Tiene que ser una broma.

No me fijo ni quien es y me incorporo en la cama en lo que acepto la llamada.

—¡¿Qué?!

—Probablemente reciba la puteada del siglo, pero es importante así que voy al punto—lo voy a matar— Me quede hasta tarde trabajando y...

—Dijiste al punto.

—Ya, ya... hay una planilla, los números no me cierran y vos tenes las copias originales, yo solo tengo las triplicadas y en las que vos guardas sale el resumen de todo —explica.

—¿Me vas a hacer levantar?

Estaba en la mejor parte del sueño cogiendo a la maldita mujer que me trae mal y justo en el mejor momento, lo arruina.

—No voy a pegar un ojo si no lo haces.

—Te odio.

Me levanto y me quejo, tengo la polla que me explota y la acomodo dentro de mi pantalón.

Salgo de la habitación y no me molesto en ponerme una remera, mientras más rápido haga todo, más rápido podré dormir y ojalá retomar el sueño. Tengo en mi mente sus jadeos, su boca abierta de placer, los susurros pidiendo más, la manera en la que se tocaba... todo.

Paso por su puerta y me tienta entrar y hacer realidad lo que fue un sueño.

Me detengo.

¿Qué pierdo si lo hago?

No, si se niega no quiero ser un abusivo y se que si entro no voy a poder parar al tener a una mujer como ella en mis manos.

Prefiero verla todos los días, comprarla poco a poco y que sea ella quien me ruegue.

Paso de largo sin mirar atrás y bajo las escaleras.

—¿Llegaste? —pregunta del otro lado.

¿Ya dije que lo odio?

Protegido (+21) [Libro 1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora