Capitulo 4

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Alexa.

Terminamos la instalación en los objetos mientras conversábamos sobre el núcleo de toda la situación y cómo se nos dio esta misión siendo de tal calibre.

La respuesta es sencilla.

Somos los mejores en nuestras ramas. No hay que ser muy estúpida a la hora de elegir, ni siquiera pensarlo dos veces.

Salimos de la oficina donde estamos, tenemos guardado en nuestros bolsillos los objetos para colocarlos una vez estemos solos.

—Que tengan buenas noches señores —se despide su secretaria mientras ordena los papeles.

—Buenas noches Olivia—es solo Teo quien la saluda.

Imitamos el gesto hacia la secretaria mientras esperamos fuera del ascensor a que ambos lleguen. Con Blake nos miramos fijamente hasta que llega sin bajar la vista y me giro mirando a las puertas del ascensor. Es de no creer, más él que yo en realidad, debe querer cortarse las pelotas al saber que voy a ser su jodida niñera.

Y me encanta.

Mis hombres están haciendo guardia abajo y dos están en la sala de vigilancia como se los ordene. Entramos al ascensor —solo somos cuatro— y antes de presionar el botón ya tengo mi radio en la mano.

—Ward

—Copiado —responde y veo que la luz roja de la cámara se apaga cumpliendo la orden previa que le hice donde también debe congelar la imagen en movimiento con los primeros cinco segundos desde que entramos.

Ambos se miran y giran enfocandome con cautela, veo los pisos faltantes para llegar a la planta inicial.

Veintiocho.

—Okey... ¿Ahora es cuando nos esposan y secuestran o como? —suelta Teo entre risas nerviosas.

—Muy bien señores, los localizadores ya están instalados. Recuerden, nadie tiene que saber dónde están ubicados. —anuncio.

Lara pone el reloj en la muñeca de Teo y lo activa manualmente. Yo me acerco hasta Blake que está en frente mío y extiendo mis brazos para colocar el collar dando dos pasos frente a el.

—¿Qué haces? —quedo a medio camino cuando da un paso atrás y mira lo que intento hacer.

—Colocar el localizador, quédese quieto —cuento los pisos que faltan a su espalda.

Diez.

—Yo puedo. Dame eso...

—No me haga perder los segundos señor, solo yo puedo activarlo.

Miro tras él, faltan tres pisos.

Se para fijo resoplando y me acerco los pasos faltantes, lo tengo de frente y procedo a colocar la cadena de oro puro. Es un hombre muy alto, quedo casi a la mitad de su cuello, su aliento fresco toca mi nariz y cada vez que me acerco, casi en puntas de pies, noto la pigmentación de sus ojos, gris con destellos cafés en el centro, casi que me pierdo en ellos. El tampoco me saca la vista de encima, se nota la tensión del ambiente y para cuando intenta decir algo saco de mi cola de pelo una aguja escondida que es la que utilizo para activar el diminuto objeto.

Asiento frente a él y me alejo a mi lugar volviendo a retomar la respiración que no note, se me había ido.

Sigue mirándome.

Tomo la radio y ordeno sin perder sus ojos de mi enfoque.

—En posición.

—Por favor giren y opten por la misma postura que cuando subimos al ascensor —vocifera Lara a los dos hermanos y se giran inmediatamente luego de mirarse entre ellos.

Protegido (+21) [Libro 1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora