-¿qué tal tus nuevos amigos? -Me espetó Carter el sábado por la mañana, cuando ambos nos habíamos ofrecido a ayudar a Sussie con unas cosas en el gimnasio. Carter lo hizo... porque es Carter, y yo porque una parte ilusionada de mi esperaba que Alec estuviera allí. Y lo estaba. Así que había logrado mi cometido.
-No son mis amigos-Dirigí una mirada temerosa a mi alrededor, a pesar de saber que mamá no estaba ni calles cerca de mí. De hecho, según lo que sabía, seguía en casa durmiendo.
-Pues no lo parece-Farfulló, parecía que le molestaba demasiado. Fruncí el ceño.
-¿por qué te molesta tanto que me junte con ellos?
-Debes estar bromeando-Farfulló, tomando una de las cajas del camión y bajándolas, mientras yo hacía lo mismo con otra. Eran implementos nuevos.
-Hablo en serio-Bufé yo igual, siguiéndolo directo al gimnasio.
-No son buenos para ti-Fue lo único que dijo.
-¿ah sí? ¿y tú como sabes eso? -Dije, con cierto tono de broma, mientras me esforzaba por cargar la caja escaleras arriba.
-¿por qué lo sé? -Me miró por sobre el hombro, como queriendo verificar que siguiera hablando en serio. -Vamos, Al. Solo es cosa de verlos a ellos... y verte a ti.
-¿a qué justamente te refieres con eso? -Lo vi sorprendida, dejando de subir las escaleras para poder hablar mejor.
-¿podemos de una vez por todas dejar de fingir que eres una chica de diecinueve normal? -Dijo por lo bajo, pero no lo suficiente como para que yo no pudiera oírlo.
-Carter...
-Alex, tu único amigo recién va a cumplir dieciséis ¿en serio te vas a meter con personas como ellos? -él también dejó de subir las escaleras, volteándose para verme mejor.
-Aun no entiendo que tiene que ver una cosa con la otra. -Me crucé de brazos, desafiándolo a decirlo con las palabras justas. Sin divagar.
-me refiero que no eres lo suficiente...-Cerró los ojos, como si no quisiera soltar la palabra que tenía en mente. Y cuando la dijo, estuve segura de que era otra cosa la que quería decir. -ruda, para estar con ellos.
-ruda-Saboreé la palabra-¿estás seguro de que era esa la palabra que tenías en mente, Carter?
-Es suficiente. -Maldijo en voz baja, volviendo a tomar la caja que llevaba para comenzar a avanzar.
-Vamos, Carter, solo dilo-Le inste, pero el siguió subiendo, sin siquiera mirarle. -Claro.
Solté una maldición y yo también volví a tomar mi caja, arrastrándola escaleras arriba. Hice una mueca, realmente era difícil, ni siquiera podía ver mis pies. Y pesaba, muchísimo. Pero el peso desapareció de repente, mientras caía directo al piso después de pisar una de mis agujetas e irme de bruces sobre las escaleras.
-Mierda-Murmuré, frotándome la rodilla afectada por la caída, molesta conmigo misma y con la estúpida caja por pesar tanto.
Estaba pasándome las manos por la cara, agotada, cuando oí una voz a mis espaldas, llamándome por mi apellido; obligándome a enderezándome y levantar la mirada.
¿Por qué siempre debía ser tan atractivo? Y no solo me refería a su físico era... él. Sentía cierta necesidad de acercarme cada vez que aparecía y comenzaba a desesperarme, porque hasta ese entonces me había convencido de no necesitar a nadie y así me habría gustado mantener las cosas.
Black dejó a un lado la caja que cargaba, a los pies de las escaleras, casi corriendo hasta mí.
-Hola-dije medio avergonzada, como una idiota ni siquiera me levanté en el piso. No lo quería cerca. Miré el desorden de las cosas que tiré y tragué en seco, era una inútil.

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Bajo la tormenta
Ficção AdolescenteA veces se trata de derrumbarte, de caerte y aprovecharlo para ver las estrellas bajo la tormenta. Alex ha estado perdida toda su vida; en sí misma, en su familia, en ideas que otros construyen sobre ella. Se pierde tan fácil que ya no sabe en dónd...