Capitulo XVII (parte dos)

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El estupor de momento en la rueda de la fortuna comenzaba a bajar mientras nos encontrábamos con la familia Black, ya no seguíamos tambaleando de risa ni nos contábamos cosas sin ninguna razón, ahora estábamos en una mesa de dudosa higiene esperando que nos trajeran nuestro pedido de dudosa procedencia. Con Carter frente a mí y su mirada clavada en mis ojos, cargado de rabia. Con Alec a su lado mirando todo el tiempo su celular, mientras Olivia a mi lado no parecía perderse ni un solo detalle. Aunque eso no era nada extraño, cuando a mi querida hermana le convenia no dejaba que nada se le escurriera entre los dedos

-Hoy estuve...-No pude terminar de explicar cuanto estuve buscando a Carter luego de nuestra pelea antes de que las madres volvieran.

-¡Listo! -Amelia sonrió radiante mientras dejaba un par de bandejas sobre la mesa, al igual que mamá.

-¿segura de que me dejarás comer esto? -Murmuré, inclinándome hacía mi madre, que sentada me dirigió una sonrisa maternal, disfrutando lo mucho que veía la hamburguesa frente a mí. No recordaba la última vez que había roto mi dieta por algo así. Bueno, frente a ella claro.

-Una noche libre no es nada, lo bajarás en el entrenamiento-Se encogió de hombros, a diferencia de mí, hablando a un nivel lo suficientemente alto como para que los demás escucharan. Haciéndome sonrojar, avergonzada.

-¿cuántos entrenamientos están teniendo por semana, Al? -La mamá de los Black logra aminorar la tensión del momento con su pregunta, sonriéndome mientras llenaba de aderezos su hot dog.

-cuatro, cinco y medio si contamos que ayudo en el equipo de Carter-Respondí con una pequeña sonrisa, agradecida por la redirección de la conversación fuera de mis hábitos alimenticios. -Hablando formalmente, porque también tengo ciertas horas en el gimnasio y a veces de baile.

-Wow eso es demasiado. -Me respondió sorprendida. -¿Cuándo tienes tiempo para la escuela?

-Oh la verdad yo...

-Ese no es nuestro interés mayor, está calificada para las olimpiadas de invierno de este año. Así que preferimos que ese sea nuestro objetivo-Respondió mamá por mí, con el brillo de la expectativa en su mirada, la ambición que salía a la luz cada vez que alguien le hablaba sobre mí y el hielo.

-Entiendo-Respondió Amelia, con un leve ceño fruncido mientras me veía de reojo-Nosotros aún no sabemos si poner esa presión sobre Carter, bueno, sabemos que le gustaría ir a las ligas mayores como Alex. Pero solo tiene quince años.

-¡Oh eso no es un problema! -Resopló mamá, dando un manotazo al aire para restarle importancia, viéndome de reojo como se vería a un buen premio. -Al ganó su primera olimpiada a esa edad, y mírala, esta perfecta. -Me apuntó de pies a cabeza, logrando que me hundiera en mi asiento mientras comía de mi hamburguesa.

-Es cierto, tan perfecta como un niño de prescolar dibujando-Asintió Olivia, riendo entre dientes mientras se llevaba la pajilla de la bebida a sus labios, con clara ironía en la voz.

-¡Oye! -Exclamé ofendida, enderezándome en mi lugar para mirarla con los ojos entrecerrados. Mamá podía estar mintiendo, pero ella no tenía por qué ponerlo en evidencia.

-Por lo que veo no se llevan mejor de lo que estos dos lo hacen-Ríe Amelia apuntando a su par de hijos, que tienen la misma reacción que yo con Liv.

-¡Oye! -Exclaman al unisonó, dirigiéndose una mirada mutua de irritación al darse cuenta de su coincidencia.

-Por lo que veo así es-Le siguió mamá, riendo distraídamente antes de decidir deliberadamente agregar-Y ¿qué haces tú, Alec? ¿patinas?

Bajo la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora