Capitulo XXVIII

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La camilla bajo mi cuerpo era suave y el único consuelo para no pensar en la enfermera que sacaba medio litro de sangre de mi delgado brazo era ver mis pies jugando a varios centímetros del suelo. Toda mi vida había odiado las agujas y este momento no era la excepción, solo que también estaba odiando un poco a Alec y que fuera una de las estúpidas razones por las cuales una señora de mala cara estuviera chupándome más sangre de lo que haría un vampiro.

-Listo, señorita-Gracias a dios. -Coma algo dulce para evitar la fatiga y venga por sus resultados en una semana.

-Gracias-Sonreí mínimamente, presionando yo misma el algodón que había dejado sobre la herida, pero aun miraba de reojo las paletas en el tazón, esperando que me diera una a mi antes de irme.

-¡Siguiente! -Gritó, dando por zanjado mi turno, y sin una paleta.

Hice una mueca, salté de la camilla y me alejé del cubículo, pensando que la vida de persona grande cada vez me agradaba menos.

-¿dónde se supone cree tu mamá que estás? -Me volteé para ver a Lily, que muy a su pesar había obligado a acompañarme.

-en la pista, patinando en mis ratos libres como si no fueran suficiente todas las clases-Respondí, limpiando con el ceño fruncido la sangre que me corrió por el brazo. Tampoco me gustaba la sangre.

-Que crédula.

-Fanática, la llamaría yo.

-de acuerdo... pero tengo una pregunta ¿esto significa que tú y Alec ya dieron... el paso? -Apuntó el cubículo del que nos habíamos alejado por el pasillo de hospital.

-No-Me reí-Significa que ya tuvimos la charla y sabemos que pasará en algún momento... y hay que cuidarse.

-Ya, entonces entiendo lo de las pastillas-Asintió, entrelazando su brazo con el mío, como haría una abuelita-¿pero y los exámenes para las ets? Alex, has acostado con ¿qué? ¿dos chicos en toda tu vida? ¿no estás siendo un poco paranoica?

-es por seguridad, Lily. Alec también las hará-Fruncí el ceño, por fin mirándola-Tu igual deberías hacerte una revisión, aunque sea una vez al año.

-solo he tenido sexo con Will, no creo que sea necesario-Se encogió de hombros, restándole importancia como solía hacer con todo.

-Uno nunca sabe, debes...-Entonces noté como su mirada había decaído con la mención de su novio. -¿va todo bien entre Will y tú?

-¿ah? Sí, sí, somos Will y Lily, siempre estamos bien-Asintió frenéticamente, acelerando un poco el paso. -Solo que nuestros horarios no han estado calzando mucho, ya sabes, la universidad.

-Ajá-Musité, mirando el gesto decaído de mi amiga con curiosidad. Ver a Lily sin una sonrisa por más de dos segundos era algo extraño y no había que ser muy inteligente como para notar que llevaba varios días más distraída de lo usual. -¿hay algo a parte de Will?

-Quizás sí hemos un estado un tanto distanciados últimamente-Confesó, suspirando con pesadez-Pero no es por nosotros, son mis padres, están en la ciudad, Will sigue sin agradarles y el hecho de que no hemos quedado en los primeros tres lugares de la primera competencia de la temporada no ayuda mucho a que estén de buen humor.

-No sabía que les importara tanto ese tipo de cosas-Titubeé, jalando la puerta de salida para que ambas nos abriéramos paso al exterior.

-Y no les importa, no el patinaje, pero sí que yo sea la mejor en todo-Narró, con un mohín triste los labios fruncidos.

-Lo eres, eres muy buena en el hielo... solo debes ser más confiada-Le aseguré, dándole un apretón en el hombro en un intento de consuelo, para el que nunca había sido muy buena-ganarás la próxima competencia y se les olvidará.

Bajo la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora