Capitulo XVII (Parte uno)

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-¡Por fin llegas! -Olivia chilló al verme en la entrada, saltando los últimos dos escalones de la escalera para comenzar a correr hasta mí, sonriendo.

-¿tanto me extrañabas, hermanita? -Me burle con sorna, desatándome las botas en el pequeño lobby, pensando en porque mamá habría mandado al chofer de papá por mí en vez de ir ella misma como solía ser.

-No seas idiota-Me rodó los ojos, cruzándose de brazos con su sonrisa. -Mamá nos llevara a la feria-me reí, negando con la cabeza sin prestarle mucha atención, lo que ya de no tan de buen humor, mi hermana pareció notar. -Hablo en serio, Alex, creo que está de buen humor.

-¿Me estás diciendo que no es una broma?

Mamá odiaba las ferias, odiaba salir, el ruido, los gritos, el desorden, ella odiaba a la gente en general y estaba muy segura de que podría incluirme en esa generalización.

-Claro que no, bobita-Me sonrió mamá, entrando deslumbrante como siempre, solo que diferente, ya menos tacones aguja y vestidos elegantes, y mucho más vaqueros y botas de suelo. Demasiado cariñosa para ser verdad, acariciando mi cabello castaño con una pequeña sonrisita embobada.

-¿iremos a la feria? -Le pregunté suavizando un poco más mi tono de voz, porque temía, encontrar en todo esto, algo que se asemejara a una amenaza.

-Creí que era una buena idea, las mamás del club dijeron que este año trajeron unos juegos excepcionales-Asintió fervientemente, orgullosa de sí misma, como si el día anterior no se hubiera desmoronado sobre mis brazos, como la madre perfecta que a todos le hace creer que es-Deberías cambiarte, hermosa, queremos salir lo antes posible para pasar por la librería. Tu hermana quiere unos textos nuevos.

-Claro. -Respondí lentamente, alargando con duda la respuesta, retirándome mientras mamá aplastaba la lana de mi cárdigan sin una sola mueca de desagrado. Extraño. -Vuelvo luego.

Y corrí lo antes posible escaleras arriba, deteniéndome no más de un segundo al ver como Olivia abrazaba a mamá, con toda una atmosfera de familia feliz que me costaba asimilar. Y es que, mamá claramente no era siempre tan... tan ella, había días en los que nada sucedía, simplemente estábamos ahí, como levitando por cada cosa en nuestro camino y otras veces, mucho mejor recurrentes, ocurrían cosas así; teníamos buenos días. Pero nunca ninguno había sido lo suficientemente bueno como para terminar igual de bien, y algo en la boca de mi estómago me decía que esta vez no sería diferente.

Cerré la puerta de mi cuarto a mis espaldas, con el sonido de una notificación en mi celular. Y no pude evitar sonreír, al ver el nombre de Alec parpadear en la pantalla.

"lamento no poder ir a verte hoy :( la universidad"

Me recargué sobre la madera de la puerta, apretando los labios para contener la sonrisa mientras escribía la respuesta, más rápido de lo que quizás debería.

"creí que ibas por Carter, no para verme"

"¿Y si mejor ambos dejamos de fingir que nos creemos esa mentira?"

Reí un poco, dejando caer mi bolso al suelo y caminando hasta el armario aun con el celular en la mano. Reprimiendo un grito al ver el siguiente mensaje.

"Ojalá me gustara ver a mi hermano tanto como me gusta verte a ti, pero sería imposible, Brown"

Medio en pánico contesté lo primero que se me vino a la cabeza, haciendo un esfuerzo por enfocarme en mi ropa y no en el chat, que duró hasta que Olivia llegó a mi puerta para tocarla desesperadamente en un intento flojo de apresurarme.

-¡Vamos, Alex! ¡Apúrate!

-¡Espérate! -Le grité irritada, apurándome a guardar todas mis cosas en un bolso para poder salir.

Bajo la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora