La novia sustituta del millonario, pt.1

Un invitado distinguido

Henry sintió que Holden también se había vuelto misterioso.

Holden sabía que Elena asistiría a la boda, por lo que se apresuró a llegar en caso de que alguien quisiera hacerle daño, pero presenció como ella acabó con sus victimarios y se alejó sin ninguna preocupación.

Regresó a la empresa para estar solo.

Elena fue al hospital para ver a la tía Lin primero, ella no había recuperado el conocimiento. Una vez que comprobó el estado de la anciana, regresó al Jardín Verde dispuesta a dormir.

Jardín Verde

Aunque ganó una batalla hoy, no estaba feliz. Elena se sentía un poco triste. Quiso llamar a Usha, pero temía molestarla cuando estaba trabajando, así que se acostó en la cama y cerró los ojos.

No concilio el sueño.

De repente echó de menos el cálido y delicado abrazo de Holden. Si él estaba allí, definitivamente la sostendría en sus brazos y escucharía los latidos de su corazón.

Como un bote flotante encontró un puerto para descansar.

Su abrazo puede proteger a todas las mujeres de este mundo del viento y la lluvia.

Espera, ¿qué está pensando?

Elena rápidamente se deshizo del hermoso rostro en su cabeza. Era un idiota, él tal vez estaba discutiendo documentos con su empleada a altas horas de la noche en la empresa.

¿Por qué de repente se obsesionó con su abrazo?

Elena se obligó a quedarse dormida.

A la mañana siguiente, cuando Elena salió de la habitación, vio a Freddy indicando a los sirvientes que limpiaran las cosas alrededor:

─ Limpien acá, es lo último. ¿Están listas las comidas y las bebidas?

─ Freddy, ¿por qué están limpiando hoy? ¿Es un día especial o vendrán algunos invitados?

Los ojos del tío Freddy eran un poco evasivos:

─ Señorita, el joven amo llamó hace un momento diciendo que va a traer a un invitado distinguido más tarde y nos pidió que arreglemos todo para recibirlo.

─ ¿De quién se trata?

─ No mencionó nada más el joven amo.

Elena no sabía qué invitado distinguido vendría y Holden no se lo dijo con anticipación.

En ese momento, una limusina se detuvo lentamente cerca del césped y apareció Holden. El mayordomo y la doncella salieron rápidamente para darles la bienvenida.

Elena se paró junto a la puerta, tenía curiosidad de saber quien acompañaba a su esposo, sin embargo, se fijó en él. Hoy, lleva una camisa blanca hecha a mano y pantalones negros. La fina tela que lo engalana es extraordinaria.

En este momento, otra figura irrumpió en su línea de visión, una mujer, debe ser aquella que escuchó el otro día. Ella llevaba un vestido rojo, un delicado maquillaje, labios de un rojo intenso, se veía especialmente encantadora.

Holden entró con la mujer.

Elena se congeló en su lugar, no esperaba que Holden sea tan cínico para traer a su amante a la mansión.