Elena sufrió una traición cuando era niña y las personas que creía que la amaban le dieron la espalda. Sintiendo el amor de Usha y la abuela Lu, las hace apreciarlas en su corazón.
Ella agarró la bolsa de los brazos de la anciana y luego tomó su mano:
─ Está bien, abuela, ¡veamos televisión y comamos chucherías!
Y juntas se fueron a ver la televisión a la sala.
Holden volvió temprano.
La doncella abrió la puerta de la mansión.
Al llegar a la sala de estar, de inmediato vio a las dos mujeres, en especial a su esposa que estaba sentada en la suave alfombra de lana.
Ella vestía un vestido con tirantes color lavanda en el interior, cubierta con una rebeca de felpa blanca cremosa, la falda estaba cuidadosamente cubierta debajo de las rodillas, sus dos hermosas piernas estaban juntas y dobladas hacia un lado.
Ahora sostiene una bolsa de papas fritas mientras muerde una y mira la televisión.
La abuela Lu se sentó en el sofá y dijo:
─ Holden, regresaste tan temprano, aún no han dado las seis.
─ Abuela, ¿no estaría bien que regrese a casa temprano para acompañarte?
Holden habló mientras se desabrochaba el traje.
La abuela Lu se metió un trozo de papas fritas en la boca:
─ Deja de decir mentiras, sabemos que volviste temprano por Elena, ¿verdad?
Holden miró a Elena. A la luz, Elena giró un par de pupilas brillantes y oscuras y lo miró. Con los ojos uno frente al otro, Elena dijo en voz baja:
─ Qué bien que saliste temprano.
Holden asintió con la cabeza y ella hizo lo mismo.
No tenía nada más que decir. Miro la televisión de nuevo, pero en vez de sentarse, solo se acostó en la alfombra, dándole un mordisco a su papa frita.
Él se acercó con las piernas largas y se puso en cuclillas frente a ella. Sintió que la chica que se aburría y comía papas era demasiado buena. Ella era tan espectacular que su corazón se emocionaba.
─ ¿Qué estás comiendo?
Elena levantó los ojos y lo miró de nuevo:
─ Papas fritas, la abuela Lu compró muchas, ¿quieres comer una?
Holden sabía que eran papas fritas, cuando se acercó, pudo oler la fritura. A él nunca le intereso probar los bocadillos con otras mujeres, pero los que ella estaba comiendo parecían ser muy buenos:
─ Sí, dame un poco.
Los ojos de Elena se posaron en la mitad de la papa que tenía en la mano. Era obvio lo que quería que hiciera, le pidió que compartiera su papa con él, pero como no tiene intención de agarrarla, quiere que ella se lo ponga en la boca:
─ Abre la boca.
Los ojos de Holden se oscurecieron.
En ese momento, la abuela Lu puso se puso de pie y gritó:
─ La cena está lista, vamos a comer.
Elena dejó la papa en la bolsa y planeaba levantarse, pero Holden no la dejó, en vez de eso la acercó a su regazo.
Él hombre sonrió:
─ ¿No dijiste que me darían papas? ¿Por qué te vas tan de prisa?
Elena quería deshacerse del abrazo del hombre:
─ ¿Qué haces? Déjame ir, la doncella nos mira. Además, la abuela ya dijo que la cena está lista.
De hecho, había una doncella en la sala de estar, pero al ver la escena de su joven amo, se sonrojó y rápidamente entró al comedor.
El maduro y guapo personaje de la élite empresarial tenía a su esposa entre sus brazos, y ambos hacían un pequeño malabarismo. Holden no la dejó ir, bajó la cabeza y apoyó la suya en su mejilla:
─ Entonces, dame un beso primero.
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La novia sustituta del millonario, pt.1
RastgeleLa novia sustituta del millonario Xia Elena y Lu Holden son dos personas distintas que están destinadas para toda la vida. Su historia comienza en el vagón de un tren que se dirige a Darenvil, pero se torna completamente extraña al convertirse en...