Elena tranquilizó a Barona con un apretón en el hombro y miró al hombre:
─ Está bien, comenzaré a limpiar.
Al ver que Elena iba a la bodega para buscar los instrumentos, Barona comenzó a discutir de nuevo:
─ Señor Zhao, creo que la directora Rovena no mandó a hacer esto a Elena, ¡sino que tú deliberadamente se lo pediste!
Lenin miró con repugnancia a Barona:
─ Puedo ver porque te hiciste amiga de Elena, son lamentables. Ya que te tengo enfrente te voy a decir algo, me das mucho asco, no quiero que me llames prometido de nuevo y menos en público. ¡Me causas mucha vergüenza!
Barona quería llorar, pero trago saliva y le gritó:
─ Si tanto te avergüenzas de mí, es mejor que rompamos el acuerdo matrimonial.
─ ¡Qué bueno que lo propones! Espero no te arrepientas.
─ ¡Así será, no me arrepentiré!
Solo entonces la joven fue a ayudar a Elena...
─ ¡Elena espérame! Te ayudaré a limpiar.
A Barona le gusta Lenin, eso es indiscutible. El hombre tiene un estatus bueno en la sociedad y un aspecto físico simpático.
La discusión fue tan alta que incluso Elena pudo escuchar algo desde la bodega, así que quiso consolar a su nueva amiga:
─ No estés triste, ese hombre no es adecuado para ti, verás que encontrarás un prometido mejor en el futuro.
Elena quiso hacer un chiste sobre Jasmine y Lenin, pero lo encontró inadecuado. Su amiga no pudo soportar más y lloró un poco para luego secarse las lágrimas:
─ Prometo no volver a llorar por él, ¡no vale la pena!
Las dos amigas se dirigieron al primer edificio y comenzaron a limpiar. Desde que comenzaron con la tarea hasta las ocho de la noche, limpiaron un edificio y medio de 4, querían continuar, pero ninguna de las dos tenía fuerza, incluso ni para sentirse tristes.
El instituto ya había terminado con la jornada escolar, por lo que después de las ocho, solo permanecían encendidas las luces del primer piso. Eso indicaba que su trabajo por hoy había terminado.
─ Elena, creo que es hora de irnos.
Ella negó:
─ Quiero volver a la sala para comenzar a memorizar los materiales. Me has ayudado mucho el día de hoy, anda a descansar.
Barona quería quedarse, pero realmente estaba muy cansada y como tampoco tenía interés en la medicina solo pudo despedirse.
Ella se dirigió a la sala de prácticas, pero la luz estaba apagada, acaba de llegar ahí por lo que desconoce dónde está el interruptor de la luz. Así que con pasos lentos comenzó a tantear en la pared.
A la mitad de camino ella chocó con algo, ¿será la pared?, pero al percibir mejor la imagen en la obscuridad se dio cuenta que era una persona, así que gritó:
─ ¡No lo puedo creer! ¡Un fantasma!
En un segundo, la luz se encendió y alumbró el escenario.
Elena vio claramente al fantasma frente a ella, pero no era eso, sino el hombre que no hacía nada en el instituto.
Ella lo miró.
El hombre era muy joven, le calculaba entre veintidós o veintitrés años. Era muy guapo, su aspecto era limpio.
Parecía un personaje guapo de un libro de historietas.
─ Tú... ¿Acaso vuelas? Casi me muero del miedo. La próxima vez pisa más fuerte para evitar sustos.
El hombre tenía una mirada somnolienta y no habló, luego regresó a su silla para continuar durmiendo.
¿Puede quedarse dormido después de hacerlo todo el día?
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La novia sustituta del millonario, pt.1
RandomLa novia sustituta del millonario Xia Elena y Lu Holden son dos personas distintas que están destinadas para toda la vida. Su historia comienza en el vagón de un tren que se dirige a Darenvil, pero se torna completamente extraña al convertirse en...