Blindness- Markhyuck

XVIII

Renjun dormía plácidamente mientras los dos menores platicaban.

Llevaban reuniéndose aproximadamente un mes, planeando la vida amorosa de Mark y Haechan. Pero a final de cuenta, nunca planeaban nada porque terminaban comiendo o haciendo la tarea.

Pero hoy sería diferente. Es decir, no tan diferente porque de todas formas no planearían nada.

-Injun hyung se ve muy bonito durmiendo, ¿verdad?-Jaemin acariciaba el rostro del mayor y Jeno asintió.

Renjun fingía estar dormido mientras luchaba internamente no sonrojarse por el tacto y el cumplido del menor.

-Jaemin, ¿algún día te enamoraste de Mark?

Ese era un secreto entre él mismo. No dijo nada.

-¿A qué viene tu pregunta Jeno-ah?

Renjun quería hablar pero se supone que estaba durmiendo.

-Al acercamiento que tú y él tienen.

-Él y yo somos mejores amigos, casi como hermanos, sin embargo, ¿a ti te gusta alguien?-Preguntó mientras acariciaba ahora un mechón de pelo perteneciente al mayor de los tres.

-No, nadie.

»Sospechoso.

-Oh, pues te voy advirtiendo, Lee Jeno, me gustas y me gusta Renjun, y yo robaré el corazón de los dos.

Renjun abrió los ojos y se apartó de golpe del tacto del menor.

-¡¿Por qué dices eso?!-Renjun gritó.

Jaemin se apresuró y dejó un pequeño beso en los labios de Renjun. Jeno miró con recelo.

-¡¿Y ahora por qué haces eso?!- Renjun volvió a gritar.

-Ay, hyung, no se haga, sé que también te gusto y Jeno también te gusta-. Jaemin habló con total normalidad. -Y también sé que le gusto a Jeno, y también le gustas a él.

Jaemin se puso de pie y deposito un beso pequeño en los labios de Jeno, quién aún seguía en shock.

Quién diría que el menor de los tres sería tan dominante y caprichoso.

Pero bueno, agradecían esas cualidades del menor, tal vez sin esa confesión nunca llegarían a compartir un beso.

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-Entonces primero multiplicas los términos y luego sacas su raíz-. Mark explicaba tranquilamente, mientras Haechan tenía una ceja arqueada.

-No, no, no, no entiendo-. Donghyuck aventó su lápiz.

-Bien, hay que darnos un respiro y luego seguimos, ¿bien?

-Bien, la verdad entiendo, pero no entiendo, me distraes-. Mark arrugó las cejas con una mueca de confusión. -Eres muy bonito y eso me trae problemas, a mi mente, a mi corazón y a mí.

Mark inhaló el aroma a alcohol que provenía de Haechan. Porque sí, digamos que Haechan estaba un poco ebrio. Más ebrio que sobrio.

-Haechan, creo que no estás en condiciones de estar aquí-. Mark buscó su bastón blanco para poder pararse. -Puedo pedir un taxi para ti o puede quedarte aquí y traeré un café para ti-. Contó nueve pasos para llegar a su cama, donde el menor se encontraba.

Donghyuck se levantó rápidamente antes de que Mark tomara lugar a su lado

-Espera.

Mark se quedó quieto esperando una acción del menor.

Un pequeño escalofrío recorrió por su cuerpo cuando Haechan rodeó su cuello con sus pequeñas manos, ambos cuerpos juntos y el olor a bebida alcohólica hartando la sensibilidad de olfato hacía con Mark. El aliento y respiración del menor chocando contra el rostro del canadiense, la cálidez del cuerpo del mayor chocando con Haechan. Los ojos de Mark cerrados por inercia del aroma irritante para sus fosas nasales. Haechan lamiendo sus propios labios mientras contemplaba cada rasgo del extranjero. Haechan tomando más cercanía en los rostros. La narices chocando y compartiendo respiraciones.

Mark separándose de golpe.

Haechan volviéndo a tomar el cuerpo del mayor con brusquedad.

Mark paranoico.

Haechan atrapando los labios ajenos con los suyos con brusquedad.

Mark queriendo separarse.

El sabor a alcohol llegando a las papilas gustativas mediante la saliva del menor.

Mark tenso.

Haechan moviendo sus labios con los ajenos que estabab inmóviles.

Haechan empujando a Mark y que éste cayera al suelo sentado.

Haechan saliendo corriendo de la casa del millonario.

Mark confundido con el corazón queriendo salir de su sistema, aun con el sabro ácido que se había quedado en la lengua.

Su primer beso lleno de saliva había sido robado, con un sabor asqueroso.

Su primer beso había sido un asco para él.

Su primer beso había sido arruinado por alguien que no iba a recordar nada, posiblemente.