Blindness- Markhyuck

LVII

Es incomprensible entender la manera que Donghyuck permanece vivo, sin días de comer y sin tomar un solo líquido.

También sigue en el cuarto oscuro que le hace llorar cada que algo hace ruido.

Intenta librarse de la cadena pero termina rasgando más su piel.

Las esperanzas de Donghyuck disminuyen cada día que pasa. Supone que incluso se dieron por vencidos en buscarlo, o ni siquiera están en esa labor.

★ ★ ★

—Por favor, Junseok, es tu hijo.

Mark observa a Jeno correr de un lado a otro con la señora que lo ignora. Apartentemente es la madre de Donghyuck y Taeyong.

—No me importa, Jeno.

Jeno continúa desesperadamente tras la dama insistiendo y casi llorando.

—Junseok, él está probablemente entre la vida y la muerte.

—Necesito dinero, ¿pagarás por ayudarte?

Mark arruga las cejas.

—Jeno, basta, si a la dama no le importa un mínimo su dingnidad mucho menos su hijo.

Mark recibe una bofetada de parte de la señora.

De tal palo, tal astilla.

Ambos terminan fuera de la casa.

—La estaba convenciendo.

—Sí, claro, estaba apunto de aceptar. —Mark finaliza.

Pero ese mismo día, ambos jóvenes se enteran que ella fue la única responsable de entregar a su hijo con Minjun, para poder recibir una cierta cantidad de dinero.

Vendiendo a su hijo.

—Vamos con mi madre, seguro también lo sabía.

—¿Qué tiene que ver tu madre con todo esto?

Pero Jeno sólo le sonríe apenadamente.

Mark se confunde aún más cuando Jeno pregunta por “Kim” y no pue una “Lee”.
La casa es tan grande casi como la suya, Joy, la madre de Jeno luce amable, vestimenta realmente feminina, peinado elegante.

Besa a Jeno por toda la cara.

—Mi bebé, qué grande es mi hijo menor, qué guapo te pones cada día, Jeno.—Continua besando. —¿Ya tienes una novia o novio?

—Tengo dos, mamá.

—Eres tan guapo que no sólo fue una persona, sino dos, mi Nono tan guapo.

Mark ríe en silencio ante las palabras de la señora Kim.

—¿Y este joven tan guapo que incluso es más que tú?— la dama se dirige a Mark.

—Es Mark Lee, también futuro novio de Donghyuck, incluso por Hyuck hemos venido.— Jeno continúa. —Donghyuck está casado con Minjun, pero hace unos días, Hyuck despareció.

La señora Kim presta más atención que Mark a Jeno. Después de la dama llora tan inconsolable que Mark también termina llorando sin saber la razón.

La señora Kim da una lista de los lugares cercanos donde tal vez se encontrarían Minjun y Donghyuck, pero Jeno sólo conoce tres de ellos.

Nuevamente Jeno y su madre se separan.

Jeno tiene demasiados nervios que incluso llora de la desesperación.

—¿Estás seguro que es por aquí?

La zona parece insegura, a pesar que ser solitaria, a Mark no le gusta el lugar. Y tampoco le gustaría que su pequeño estuviera ahí.

Es un bosque lejos de la cuidad, despejado de todo tipo ser humano o animal.

Casa de madera, vidrios rotos y poca iluminación. Un lugar pequeño pero grande a la vez.

—Parece que no hay nadie.— Jeno susurra. —Pero puede que haya algo.— Jeno abre la puerta de madera que rechina al movimiento.

La linterna del celular de Mark ilumina lo mínimo, pero aún así pueden ver lo suficiente.

Se abrazan cuando escuchan el sonido de la madera rechinar cuando ninguno de los dos camina.

Fotos rotas que Mark puede distinguir difícilmente, tres niños, Jeno, Minjun y Donghyuck abrazados. Juguetes tirados en todo el piso que parecen de hace más de diez años.

—No hay nada.— Jeno concluye.

Pero queda una habitación, que es la única que hay ahí.

—Entra.— Jeno hace mandato.

—Entra tú.— Mark pelea en susurro.

—¿De quién será novio?

—¿Quién es su mejor amigo?

—Entremos los dos.— Jeno toma la perrilla dispuesto a abrir.

La puerta se abre, con un rechinido más agudo que la primera puerta, fotos que continúan rotas y aún más juguetes.

La linterna busca algo más que eso, ambos siguen la luz con sus ojos, hasta que ambos vizualizan una mano.

Tiemblan y quieren lloran, en un rápido movimiento Mark alumbra más allá de su la mano.

Podría ser irreconocible el rostro para ambos, pero debajo de toda esa sangre ambos saben que está el bonito morenito.

Está demasiado inconsciente, Mark decide cargarlo, pero no se percata que la otra mano y pie está encadenado.

Jeno deja en celular en el piso de madera para ayudar a Mark.

—Ese tipo está loc...— Jeno no termina su frase

—¿Qué?— Mark susurra tratando de encontrar el comienzo de la cadena bajo la oscuridad.

—Mark, ¿Puedes retirar tu pistola de mi cabeza?

—¿Cuál pistola, inútil? Estoy lejos de ti.

—Ah.— Jeno finge no tener miedo. Y también finge no sentir la pistola en su nuca