XLIX

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Donghyuck patalea emocionado, acomoda las cobijas hasta su nariz y un suelta un chillido de emoción.

Sólo de recordar el besito que Mark le dejó en la mejilla lo tiene embobado.

Por otro lado, Mark recuerda la expresión de Donghyuck, tan neutra, como si esa acción fuera tan normal entre ellos.

Ambos están totalmente enamorados.

Porque sí, Donghyuck se ha dado cuenta de aquellos coqueteos discretos por parte de Mark.

Siempre Mark es tan cabelleroso que no le molesta en lo más minino, aquel canadiense sabe cómo tratarlo y hacerlo sentir.

Y después de muchas peleas internas con él mismo, optó por guardar esa relación en secreto, sin decirle a Minjun.

Tampoco es como si el menor buscará serle infiel a su esposo, simplemente no quiere que Minjun se enfade con él.

—Junnie.— Donghyuck habló tembloroso. —¿Por qué sales tanto de viaje?

—Así son los negocios.

Otra vez Minjun estaba preparando aquella jeringa.

—Junnie, ¿Tú me amas?

—Esa palabra es muy grande, tal vez sí.

—Yo también te amo.

—Muerde ésto.— una tela le fue entregada en sus manos para que posteriormente fuera colocada en su boca.

Donghyuck por ende se levantó su playera hasta arriba de su ombligo, sintiendo la rudeza de Minjun bajando su pans y ropa interior.

Esta vez puede soportar un poco más el dolor que le provoca la inyección, pero eso no impide que termine llorando por más de media hora, mientras ruega a Minjun por algunas palabras y toques de consuelo. Pero jamás llegan.

Tal vez Donghyuck por primera vez en tanto tiempo, se da cuenta que no puede sentir nada por Minjun.

♪  ♪  ♪

—Tal vez el estéril e impotente sea él y tú permitiendo que te inyecte quién sabe qué cosa.

Otra vez Jisung lo está regañando.

—No lo creo, Sung, hay muchas cosas por las que yo puedo ser el estéril.

—Algunos organismos son distintos, deberían ir con algún médico y verás quien es el estéril en tu matrimonio fracasado.

—¡Park Jisung!

—Silencio, ahí viene tu médico favorito con el cual tienes un enamoramiento.

—No estoy enamorado de él.

—No lo quieres aceptar.

—Porque no lo estoy.

—Ajá.

Y sí, Mark estaba muy feliz cuando Donghyuck estaba completamente rojo de la vergüenza negando aquel sentimiento.

Claro, Mark aseguraba que Donghyuck sí estaba enamorado de él, nada más faltaba que lo estuviera.

—Hola, Sung, ¿Te importaría si el día de hoy robo a tu jefe?— Mark preguntó coquetamente.

—Pues sí, sí me importa porque me quedo solo, pero ni modo, llévatelo lejos de aquí.

—¡Pero yo no quiero ir!

—Sí quiere.— Jisung le guiñó el ojo a Donghyuck. —Es penoso para aceptarlo.
Después de una pelea de susurros entre Donghyuck y Jisung, Mark terminó retirando el delantal del cuerpo de Donghyuck.

Blindness- MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora