LXVII

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Dal se dio a querer y amar por su familia, el bonito matrimonio que lo consentían demasiado —eso algunas veces era plan con maña para que el cachorro tomara sus medicamentos—. Además de subir salto en salto las escaleras hasta la habitación del matrimonio, donde Donghyuck lo mimaba y Mark le hacía una pequeña escena de celos donde ambos terminaban mimando al cachorro.

Y Donghyuck lo llevaba algunos días a la cafetería, así el canino estar en contacto de la gente y Dal comenzaba a acostumbrarse a ser amado por la gente y ya no solo por su familia. Dal ama cuando las personas lo tratan bien, pero odia cuando las personas llegan a tratar mal a uno de los trabajadores de la cafetería.

Además de que el pequeño cachorro a sus cinco meses de edad tenía un poco de morbo, porque cada que Chenle y Jisung se besan, este los mira pícaro y ni se diga con el matrimonio que le ha dado tanto amor y cariño.

Eran contadas las veces que Mark llegaba a la cafetería a ayudarle al menor y este terminaba haciendo un berrinche del tamaño del mundo por ver a su esposo ayudándole. Pero su berrinche se desvanecía cuando Mark le abrazaba, consolándole que sólo quería ayudarlo para terminar rápido e ir a cenar en un lindo lugar donde admitieran a perros.

Sin embargo, Jeno y Taeyong algunas veces terminaban adueñándose de Dal, debido a que la terapeuta del canino recomendaba la interacción con bebés.

Y definitivamente, Donghyuck y Mark tienen buena conexión en el matrimonio, dividiéndose las labores del hogar y Mark siempre haciendo la cena para su esposo. Donghyuck no se siente sofocado en ningún momento. Le gusta que Mark le trate bonito y le consienta, eso sin contar las veces que Mark le mima por las noches en las que no puede dormir y el mayor termina arrullándole.

—Dal, amigo, son bebés, no comida. —Jeno se frustra por décima vez en una hora cuando el cachorro tiene la boca cerrada con la mano de Yuna dentro de su hocico. Sin lastimarlas, claro, porque el perro es muy amigable con las bebés.

—No la está mordiendo, tranquilo. —Doyoung le hace despreocuparse.

Mena acaricia la cabeza del peludo —ni tan peludo porque su pelo es tan corto que parece que está pelón—, suelta una risa pequeña, el canino suelta la manita de Yuna y besa a Mena.

—Te ves pálido, Mark— Vernon comenta tomando el delicioso café que Donghyuck le ha preparado.

—Yo... Sí, sí. No he dormido bien, hay mucha gente en el consultorio y en el hospital hay demasiadas cirugías.

—Ten cuidado, cuida de tu salud y de tu matrimonio. Yo sé que sabes lo que haces, pero dedícate tiempo a ti y a tu esposo. El matrimonio depende de ustedes dos, Donghyuck necesita de ti y tú necesitas de él.— Vernon le aconseja. Ambos puedes observar a lo lejos a sus parejas hablando.

Mark se levanta corriendo, brinca sobre las bebés y su perro hasta llegar al baño. Donghyuck observa preocupado la escena, se dirige en espera a que pueda salir.

El médico sale después de cinco minutos, es recibido por un regaño de Donghyuck y un pequeño golpe en la cabeza.

—Yo te dije que fueras a una cita para que puedan revisarte. Pero siempre haces lo quieres, Mark.

—¿Una cita contigo?— Mark le abraza y sonríe para que el menor pueda tranquilizarse.

—Una cita médica, tonto.

—Estoy bien, sólo necesito dormir más, comer más y descasar más.— Mark toma cercanía para besar a su esposo, pero es rechazado.

—Acabas de vomitar, ¿Y quieres un beso mío? —Mark asiente. —Pues no. Sino traes tu diagnóstico esta noche, no duermes en la cama, le harás compañía a Dal.

—Él acepta mis besos como dé lugar, él sí me quiere, él es más cómodo para dormir, él es lo mejor del mundo.

Donghyuck sonríe por última vez. Mark sabe que ya no importa si lleva unos análisis clínicos, ahora dormirá sí o sí fuera de su dormitorio.

Vernon permanece tomando su café y mira burlón a Mark cuando Donghyuck le abandona para seguir trabajando y platicando con Seungkwan. Mark camina despreocupado hasta su asiento.

—Donghyuck te ama, incluso si él está enojado contigo, siempre está contigo.

Mark asiente. De tantos años de conocer a Vernon, sabe que contradecir a aquel americano es un pecado, porque siempre es lo correcto.

—Me siento mal por dejarlo tanto tiempo solo, soy su única familia a aparte de su hermano y nuestros amigos. Su madre lo buscó para pedirle perdón, fueron algunas llamadas telefónicas a una misma hora, hasta que una de tantas era del reclusorio y de Minjun, él se mantuvo fuerte y nunca me lo dijo.— Mark recuerda con detalles el comportamiento de su esposo en las últimas dos semanas. —Me di cuenta porque él sollozaba en las noches. No tuvo una crisis más, pero me sentí tan mal cuando revisé el historial de llamadas y mandé a investigar las que permanecían anónimas, entonces me informaron que se trataba de aquel sujeto que tanto le hizo daño. Fui yo quien rogó por su perdón, cambié la línea de casa y únicamente le llamo yo a ese horario sin falta.

Vernon hace un puchero por darse cuenta que ha culminado su café. Mark no deja de mirar a su esposo, que acomoda su bonito overol y mandil.

—Él necesita mucha atención, sino te lo dijo es porque él es testigo de lo cuánto te explotas fuera de tu casa y lejos de él. No quiere buscarte problemas.

—¿Qué se supone que haga? Sino trabajamos no podemos vivir de aire.

Vernon mira con ironía al canadiense.

—Te recuerdo que hijo de un empresario multimillonario. No me refiero a que estafes a tu familia. Puedes trabajar con tu padre sin necesidad de estar lejos de tu hogar, eres médico, puedes vivir sólo de consultas, incluso seguir con nosotros trabajando, Sofia te extraña mares.

Mark recuerda a la hermana de su amigo, casi era copia de él, la pequeña siempre le abrazaba diciendo que era el mejor maestro para enseñar braille. Y que cabe recordar que se enceló demasiado cuando Mark le contó de Donghyuck, la adolescente se puso a llorar de felicidad, pero con tristeza.

—No dejes que Donghyuck pierda lo que tanto ha logrado. Sólo obsérvalo, tiene los ojitos brillosos, ese brillo bonito de ser tan feliz contigo.

Blindness- MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora