XXXVIII

115 19 7
                                    

Para Chenle, las tres semanas las siente como un día, pero Mark siente como tres años con aquellas vendas estorbosas, que cuando necesitaban un cambio comenzaban a picarle la nariz.

Pero por fortuna, Chenle sabía bien lo qué hacía y cómo lo hace, así que, Mark bendice que Chenle sea un estudiante con excelente promedio de enfermería. Que claro, le ha costado un hígado cada que el más joven se enojaba con Mark por no tomar sus medicamentos y tener la limpieza adecuada en sus lindos ojos.

La médica corta las vendas sin cuidado, Chenle se siente desfallecer cuando la última capa de venda cae al piso y sólo quedan los parches.

—Cuando te retire los parches, abre los ojos lentamente.—Mark da un ligero asentamiento antes de sentir los adhesivos despegarse.

Chenle quiere patear a la doctora para que vaya más lento, pero se contiene. Está nervioso porque Mark lo verá, y Dios. Mark conocerá todo su alrededor.

El parche del ojo izquierdo es retirado, Mark tiene aún el ojo cerrado, mientras el par del parche es retirado.

Entonces está ahí, Mark con ambos ojos cerrados, Chenle tomando su mano y dando un pequeño apretón para darle fuerza.

—Al princio verás borroso.—La doctora limpia por última vez los ojos con un algodonsillo. —Puedes abrir los ojos.

Chenle observa esos hermosos ojos comenzar abrirse, los entrecerriera apenas comienzan sus pestañas a levantarse.
La luz lo lástima pero no tanto para causarle dolor, aún así, Mark sonríe un poco hasta tener sus ojos complemente abiertos y ve a aquel joven chino llorando e hipando, aun con sus manos entrelazadas, Mark visualiza todo el lugar cuidadosamente.

—Creo que ha sido todo un éxito.—Mark busca la voz femenina con los hipidos de fondo provenientes de Chenle.

Irene se retira unos momentos de aquel consultorio para poder dejar hablar a los jóvenes que para ella, parecen enamorados.

—Mark, no me mires, ahora ya no soy lo bonito que quería que vieras.—Chenle cubre su cara con las manos para llorar sin que Mark lo vea.

De todas formas, Mark se levanta de la camilla para poder ver a la perfección a su amigo.
Retira aquellas manos que disfrazan el rostro. La nariz y mejillas están... Húmedas y con algo que él desconoce.

Pero están rojas por el llanto y ahora por la vergüenza de Mark tocando su rostro y mirándolo como si tuviera una lupa.

—Chenle, tú eres muy bello.—Chenle sonríe ante las palabras sintiendo aquel dedo índice tocar sus mejillas, retirando las lágrimas.

—Sí, pero no haz visto a las demás personas.—Chenle por un momento tiene la autoestima baja y Mark le confunde. —Pero aún así, sí soy más bello que las demás.

Ah, falsa alarma.

Chenle abraza aquel cuerpo ejercitado y se hunde en el cuello ajeno.

—Tienes que ayudarme, no sé cuáles son los colores y me siento confundido porque no sé si lo que veo son colores.

—Salgamos de aquí y te enseñaré muchas cosas lindas.

Resulta que para Mark, los objetos tangibles e intangibles son completamente a como lo imaginó. Y lo poco que recuerda de cuando él tenía tres años ya ni existe.

Unos lentes de sol serán usados por un poco de tiempo hasta que su vista logre acostumbrarse a la luz.

Pero aún así Mark está feliz.

Bueno, estaba porque no sabe leer textos que no sean braille.

Pero Mark Lee, es Mark Lee, y terminó familiarizando aquellas letras, palabras y textos en tres días.

Mientras Chenle jugueteba con aquel celular ajeno tomando varias fotos.

☾︎  ☾︎  ☾︎

—Despertaste.

...

Después de tres semanas Jeno no puede procesar cómodamente cómo su bello mejor amigo está muerto.

Pero qué mal amigo fue.

Qué mal hermano fue.

Ya no se siente tan triste, al menos ya sale a comer con sus lindos novios que jamás lo abandonaron.

Lo extrañará eternamente, jamás lo olvidará, su hermoso y fiel mejor amigo.

Ahora comprende a su novio Jaemin cuando lo vio aferrarse a Mark llorando, con mejillas rojas y su cara mojada de lágrimas y mocos.

Pero Jaemin sí se pudo despedir de Mark, además de que regresará.

Sin embargo, Jeno no pudo hablar más con Donghyuck, ni siquiera pudo verlo. Cuando llegó a la morgue, para reconocer aquel cuerpo, pero, ¿Qué podía reconocer?

Su mejor amigo había quedado irreconocible, con el cuello roto y malformaciones de su cuerpo, todo deshecho de tantos golpes, cortes y mutilaciones. Ni siquiera su hermoso rostro, era hermoso.

En aquella urna sólo estaban las cenizas de su mejor amigo.

Ni siquiera un milagro lo haría salir de su pesadilla.

Ahora estaba siendo arrastrado por dos jovenes por toda la plaza, la plaza donde él y Donghyuck solian frecuentar.

Todo le recuerda a él.

¿Por qué se sigue aferrando a él?

Él ya está muerto.

Pero una parte de él siente que su mejor amigo sigue ahí.

Pero entra a la realidad, Donghyuck está más que muerto.

Blindness- MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora