CAPÍTULO DIECISÉIS

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CAPÍTULO DIECISÉIS

Florecer,

Ren frunció su ceño al ser repentinamente adentrada a una oficina desocupada. Sus ojos inmediatamente buscaron a los dos hermanos quienes le miraban con una pequeña sonrisa en sus rostros.

— ¿Qué diablos creen que hacen? — La castaña se cruzó de brazos. — Hanma está esperándome abajo, dudo que sea muy paciente.

— ¿Y qué? — Rindo se acercó hasta ella, tomándole por la cintura, acercándole hasta hacer chocar sus pechos. — ¿Acaso te importa lo que él haga?

Sasaki suspiró al sentir la lengua ajena deslizarse por su cuello, terminando por depositar un corto beso en su mandíbula.

— Verás, linda. — Ran se acercó hasta ellos, tomándole por la cintura desde atrás. — Siendo hermanos siempre debemos llegar a un acuerdo para no asesinarnos entre nosotros.

—¿De qué demonios hablas? — Ren frunció su ceño al notar la sonrisa burlona en los labios del hermano menor.

— ¿No lo has entendido ya? — Sasaki se sobresaltó al ver a Rindo abalanzarse sobre ella, uniendo sus labios en un feroz beso.

Sus piernas temblaron al sentir otra mano deslizarse por su vientre hasta llegar a su sexo, haciendo una ligera presión.

— Alto. — Ren jadeó. — Están muy mal de la cabeza si creen que lo permitiré.

— ¿Y cuándo dijimos que estábamos del todo cuerdos?

En un rápido movimiento Ran tenía a la castaña sobre su hombro, cargándola como un costal mientras caminaba a la salida.

— ¡Ran! ¡Bájame, idiota!

— Shh. — Rindo sonrió. — No llames tanto la atención, linda.

— Los voy a asesinar a ambos, les voy a cortar la polla y los golpearé hasta morir.

— Lo que digas, preciosa.

Sasaki terminó por ser llevada hasta el elevador, en donde descendieron a la primera planta y se dirigieron al estacionamiento, siendo adentrada al vehículo de los mayores. Rindo se tomó la molestia de sentarse a su lado, sacando un cigarro el cual encendió para fumarlo mientras su hermano se sentada en el asiento conductor, comenzando a desplazarse hacia quien sabía dónde.

— ¿Siquiera le avisaron a Hanma que-

— Lo hicimos. — Ran le miró a través del retrovisor.

— Idiotas, hay como diez personas ahí afuera buscándonos... Lo asesinarán. — Recordó Sasaki, Rindo suspiró.

— Mejor para mí. — Tirando el cigarro por la ventana, Rindo se giró hacia ella. Con una de sus manos tomó repentinamente su mandíbula, uniendo sus labios en un brusco beso en donde sus lenguas fueron involucradas a una guerra por llevarse la victoria.

Sasaki sonrió enredando sus dedos entre los cabellos violetas ajenos, tirando después de ellos para alejar al contrario. Rindo le observó notando como la castaña se acercaba a él depositando cortos y húmedos besos en su cuello.

Ran maldijo desde su sitio al ver lo bien que lo parecía estar pasando su hermano, como sus ojos se cerraban mientras suspiraba y se quejaba por las mordidas que la mujer daba a su piel. La presión en su entrepierna no tardó en hacerse presente, logrando desesperarle ante la falta de atención que comenzaba a necesitar y que su hermano menor estaba robando.

— Oigan, ustedes dos. — Ran sonrió, finalmente deteniéndose en el estacionamiento de su edificio. — ¿Pueden por favor dejarme un poco? No es divertido verlos a ustedes dos disfrutar solos.

— Ran, cállate. — Rindo jadeó, una sonrisa estirándose en sus labios mientras la mujer acariciaba por sobre la tela de sus pantalones su falo erecto.

— Ah, mierda... Ustedes me hacen perder la paciencia. — El mayor bajó del vehículo.

Rindo sintió como los labios de la mujer se despegaban de su piel al ser repentinamente tomada por la cintura, Ran arrastrándola consigo hacia la entrada. Una risilla escapó de sus labios bajando del vehículo y siguiendo a los dos restantes.

— No puedo creer que me estén haciendo esto. — Sasaki miró a Rindo, este se acercó a su lado al subir al elevador. — Si saben que esta mierda acabará una vez el pacto finalice ¿Cierto?

Ninguno de los hombres respondió, Ren hizo una mueca notando sus miradas perderse en la nada.
¿Realmente quería que aquello acabara? Aun cuando aquello era algo reciente, meterse el uno con el otro en busca de algo más que simples besos y caricias, sentía que no quería que jamás acabara.

Sasaki intentó convencerse a sí misma, quizá aquellos pensamientos se debían a lo bien que lo pasaba cuando estaba en la cama con alguno de los dos hombres, pero hasta ahí.

No creía que hubiese sentimientos de por medio.

Las puertas del elevador volvieron a abrirse, sus pensamientos se esfumaron siendo rápidamente reemplazados por lujuria y deseo carnal cuando observaron los tres la puerta al final del pasillo.
Un escalofrío recorrió la espalda de Sasaki al ser alzada por el hermano mayor una vez más, su cabeza colgando hacia abajo mientras volvía a parecer un costal.

— Hay maneras, animal.

Un quejido escapó de los labios de Sasaki al sentir su trasero ser fuertemente golpeado por la palma contraria.

Vaya que Ran tenía fuerza.

— Te recordaré que tú también eres una bestia en la cama, linda. — Rindo le miró con una sonrisa burlona. — ¿O acaso olvidaste cuando dejaste mi espalda ensangrentada llena de rasguños?

— O cómo mi cuello terminó pareciendo haber sido succionado por una aspiradora. — Agregó Ran.

Sasaki sonrió mostrando su dedo corazón. Finalmente se adentraron a la habitación, la mujer siendo lanzada a la cama con poco cuidado.

Ren se habría quejado una vez más, pero cada uno de los músculos de su cuerpo se congeló al encontrarse con las hambrientas miradas de los hermanos clavadas sobre ella. Un escalofrío recorrió su cuerpo una vez más, esta vez acompañado del calor que comenzaba a apoderarse de su cuerpo lentamente.

Sasaki sabía que esta vez sería diferente a las anteriores, no sería algo simple con uno de ellos, sería con ambos, y aun cuando ya había experimentado los tríos o las orgías en varias ocasiones anteriores, sentía su cuerpo temblar y acalorarse como si fuera su primera vez.

— Ren. — El hermano mayor sonrió acercándose a ella, uniendo sus labios en un desesperado beso. — Te follaré tan duro que me pedirás por más.

Rindo se acercó desde el otro lado acomodándose entre sus piernas, hundiendo su rostro entre sus extremidades para deslizar su lengua a lo largo de su sexo cubierto por la tela.

— Destrozaré cada parte de ti hasta que no puedas levantarte más. — El hombre sonrió con malicia. — Y por más que lo intentes, nunca lo olvidarás.

Sasaki gimió por lo bajo, sintiendo estar a punto de ser destruida por esos dos hombres.

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Ojo, que por algo tengo tres accesos diferentes.😈

50+ votos y les subo el smut por la tarde-noche, ya vi que si se lo proponen sobrepasan los límites.🤨

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🌹Un voto y un comentario se agradece.

𝐏𝐫𝐞𝐝𝐚𝐭𝐨𝐫𝐬・[𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 𝐱 𝐎𝐜]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora