CAPÍTULO VEINTICINCO

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CAPÍTULO VEINTICINCO

Volver al pasado,

Bushida mantenía una gran atención sobre su jefa preguntándose qué sería tan importante para lograr hacer a la mujer derramar lágrimas.
Jamás esperó escuchar lo que de la boca de Ren salió.

— Fue un viernes por la noche de 2004, lo recuerdo perfectamente como si hubiera sucedido ayer. — Comenzó Sasaki. — No estábamos pasando por la mejor situación económica con quienes se hacían llamar mis padres y hermano mayor, en realidad, la situación era crítica al punto de no tener dinero para comprar la comida de un día entero o tener que aprender a robar en los mercados para llevar algo a casa y no morir de hambre.

>> Los días pasaban tan lentamente que a veces sentía que moriría a causa del hambre o la debilidad que tenía por no alimentarnos bien... Pero aun así no me quejé porque creí que mi familia debía sentirse igual que yo y sería egoísta pedirles que abandonaran parte de sus pocos alimentos para dármelos a mí, quien era la menor de todos. Con sólo quince años tenía un corazón más grande que el de todos mis familiares juntos.

— ¿Qué sucedió después?

— Me enteré que mis padres sí tenían dinero para comer mejor que mi hermano y yo, pero lo botaban en malditas bebidas alcohólicas y comida chatarra. Cuando me di cuenta le dije a mi hermano mayor, pero él siempre solía justificar todas las malas acciones de nuestros padres, incluso cuando él estaba comenzando a perder peso de manera abrupta continuaba defendiéndolos.

— ¿Hiciste algo para detenerlos? — Sasaki negó.

— Yo no, pero ellos sí que hicieron algo que jamás esperé.

— ¿Qué fue? — Taiga notó la mirada de la castaña perderse en la nada, sabiendo de inmediato que la mujer pensaba en algo.

— Ese viernes por la noche había vuelto del mercado, había conseguido algo de pan para la cena. Un par de vendedores me habían golpeado por ladrona, pero aun así logré escapar de ellos y volví a casa, adolorida, cansada, sintiéndome mal... En casa... En casa estaban mis padres y mi hermano, parecían muy felices de verme regresar a casa, algo muy extraño en ellos siendo que siempre fui el estorbo de esa maldita familia.

>> A su lado había un hombre, vestía muy bien y de inmediato entendí que no era cualquier persona por las muchas joyas que llevaba encima o sus costosos zapatos.

— ¿Quién era él? — Taiga se removió incómodo al notar la intensa mirada de Ren sobre él.

— Era mi comprador.

— ¿Qué?

— Mis padres me habían vendido a un hombre por unos cuantos miles de dólares que fueron transferidos a su cuenta bancaria, seguramente podrían sobrevivir con eso por un par de años sin problemas... Suena tan estúpido, suena a... Tan de libros... Pero realmente había sido vendida por mis propios padres a cambio de un poco de maldito dinero.

— Esos bastardos... — Bushida sintió la necesidad de ponerse en pie e ir a buscar a esas personas para eliminarlas. — ¿Qué pasó contigo y ese hombre? ¿Te hizo algo?

— La pregunta correcta es... ¿Qué no hizo conmigo? — Un nudo se instaló en la garganta de Taiga. — Sucedieron tantas cosas que marcaron mi vida y que incluso hoy me causan pesadillas... Ser su sirviente personal en todos los sentidos que puedas imaginar, aprender a soportar sus insultos, sus palabras hirientes recordándome lo basura e inútil que era, tener que aceptar los manoseos de sus conocidos que llegaban a su casa para buscar algo de diversión con las muchas prostitutas que solían haber ahí... Solo tenía quince años...

Bushida finalmente se puso de pie y no dudó en acercarse a la mujer, rodeando su cuerpo con sus brazos en un fuerte abrazo, escuchando su llanto reanudarse mojando su hombro mientras se aferraba a él con fuerza, como si temiera que todo aquello que vivió en el pasado volviera a suceder de nuevo.

— Cuando cumplí diecisiete lo asesiné. — Susurró Ren, Taiga no respondió. — Disfruté tanto de hacerlo, torturarlo, de apuñalar su corazón tantas veces hasta dejarlo hecho nada... Entonces me volví una fugitiva de la ley.

— No fue tu culpa, Ren... — Taiga apretó la mandíbula con fuerza, apegando a la mujer más a su cuerpo. — Solo eras una niña, no fue tu culpa... Estabas en tu derecho de asesinar a ese hijo de puta.

— Después de estar tres años huyendo de la ley, decidí fundar Anhell como una venganza, no me fue suficiente asesinar a ese hombre, entonces perseguí a cada uno de sus amigos, aterrorizándolos hasta la muerte, acabando con ellos... Mi corazón ya no era grande y puro como antes, estaba podrido y no me importó asesinar incluso a sus familias... Madres, niños, abuelos... Todos murieron por mi mano. — Sasaki bajó la mirada. — Unos meses después te conocí a ti, fuiste quien me ayudó a recuperar la cordura y dirigir correctamente esta organización.

— Fue el día más feliz de mi vida. — Aseguró Taiga. — Fuiste tú quien llegó y me dio un motivo para continuar... Ren, incluso si dices tener un podrido corazón... Ese corazón fue quien me salvó e iluminó mi camino.

— Gracias, Taiga. — La castaña se alejó, Bushida aprovechó para limpiar las lágrimas en sus mejillas. — Te conté todo esto por una razón.

— ¿Cuál es?

— Mi familia biológica. — El ceño del pelinegro se frunció con molestia. — Cómo te dije, su situación económica mejoraría por un par de años, pero no sería para siempre, pronto cayeron en la pobreza una vez más... Ellos se han enterado quien soy ahora y el poder que tengo en todo Japón y parte del continente... No tardarán en venir a buscarme.

— ¿Qué harás con ellos? ¿Asesinarlos?

— No me importaría hacerlo. — Una sonrisa se estiró en su rostro. — No sabes cuánto he estado esperando que esas ratas salgan de su alcantarilla para atraparlas y torturarlas hasta la muerte... Desearán no haberme permitido siquiera nacer.

— Tienes mi apoyo, y estoy seguro de que Choji estará de tu lado también, después de todo ahora te has vuelto su ancla.

— No es para tanto, solo lo adopté como mi perro fiel.

— ¿Qué soy yo entonces? — Ren sonrió estirando su brazo para acariciar una de las mejillas del pelinegro.

— Te considero mi verdadera familia, Taiga.

Los ojos de Bushida brillaron al escuchar aquellas palabras, su corazón se sintió cálido, se sintió amado.
Todos debían saber el gran amor y lealtad que el hombre sentía hacia la castaña, y aun cuando corrieron rumores de que él se encontraba enamorado de la mujer, no eran más que eso, rumores, porque la verdad era que el amor que Bushida sentía hacia Sasaki Ren no era un amor romántico.

Por más loco que sonara, Bushida siempre había sentido un afecto y amor de hermano menor hacia Ren, porque fue la única mujer que realmente le cuidó, la única en asegurarse de darle una vida feliz y sin necesidades.

La única que aceptó cada pequeño detalle de él sin juzgarlo.

La única que daría su vida por él.

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𝐏𝐫𝐞𝐝𝐚𝐭𝐨𝐫𝐬・[𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 𝐱 𝐎𝐜]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora