CAPÍTULO TREINTA Y DOS

1.1K 231 85
                                    

CAPÍTULO TREINTA Y DOS

Uno menos,

Sasaki se detuvo frente a la puerta que les daría paso a las escaleras hacia el sótano de aquel gran edificio, sus ojos observaron por unos segundos la manilla, preguntándose si estaba preparada para lo que haría.

- No debes hacerlo aún si no te sientes lista. - Bushida dio un leve apretón a su hombro.

- Quiero hacerlo. - Respondió la mujer tomando de la manilla, abriendo la puerta finalmente.

Ambos bajaron juntos aquellas largas escaleras hasta llegar al final de estas, escuchándose desde ellas el ruido de personas sollozando.
Ren encendió las luces de golpe, logrando lastimar la vista de aquellos quienes debieron de estar en la oscuridad por tantos días seguidos.

- Silencio, todos. - Ordenó la castaña mientras se cruzaba de brazos en su sitio y les observaba, Taiga se colocó a su lado, sosteniendo un arma en sus manos.

- Hija... - La mujer mayor le miró con arrepentimiento. - Por favor.

- ¿Por favor qué? - Ren rio con ironía. - ¿Quieren que los deje ir y salve sus vidas tal como ustedes no hicieron en el pasado?

- Fue un error, Nanase, nos arrepentimos de haberlo hecho. - Aseguró su progenitor.

- Claro. - Sasaki se acercó moviendo con su pie a su hermano, quien se encontraba inconsciente. - Se arrepienten ahora que bajo mi mando hay un imperio con el cual podrían sobrevivir por tres vidas... Todos ustedes son unos hijos de puta.

- Lo que hicimos estuvo mal, pero juro por dios que no teníamos otra opción.

Sasaki observó fijamente al joven frente a ella. Sin dudarlo dos veces soltó una fuerte cachetada a su rostro, los ojos del castaño se abrieron de golpe, mirando a todos lados lleno de confusión y preocupación.

- Nanase... ¡Nanase, por favor! ¡Déjanos ir!

La pareja jadeó con horror al ver a su hija soltar un fuerte puñetazo a la nariz de su hijo, tumbándolo al suelo.

- Cierra la boca, de ustedes tres al que más odio eres tú, bastardo.

Su pie se posó sobre la cabeza del chico, haciendo la suficiente presión para no permitirle moverse.

- ¡Nanase, basta! - Exclamó su padre, la castaña, sin prisa alguna sacó un arma, apuntando al hombre. - Por dios...

- Ustedes mismos firmaron su condena de muerte. - Sasaki miró a su madre. - Su primer error fue haber creído que simplemente me dejaría morir como la esclava sexual de ese imbécil al que me vendieron por unos cientos.

- Nanase, no...

- Su segundo error fue pensar que por ser mis padres biológicos los recibiría de brazos abiertos aún con todo lo que hicieron en el pasado.

- Lo siento... Lo siento, perdón. - Rogaba su hermano en bajos susurros.

- Y su último error fue creer con total seguridad de que la tierna y amable hija que conocieron en el pasado seguía viva ¿En serio creyeron que una mujer con una reputación con la mía sería capaz de sentir una pizca de compasión por ustedes, pedazos de mierda?

- Déjanos ir... Te lo ruego, no volveremos a acercarnos a ustedes. - Suplicó su padre, Ren sonrió.

- Oh, papá. - Soltó Sasaki con un tono burlón. - ¿Acaso necesitas una limpieza de oídos? Ninguno de ustedes saldrá de aquí para contarlo.

𝐏𝐫𝐞𝐝𝐚𝐭𝐨𝐫𝐬・[𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 𝐱 𝐎𝐜]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora