CAPÍTULO VEINTIDÓS
Gobernarlos,
Ren había estado con muchos hombres, cada uno con distintas maneras de tener sexo, algunos más normales, otros más excéntricos. El mismo Kokonoi entraba en la clasificación de los normales, no es que fuera malo, simplemente era muy... Sencillo.
La castaña estaba segura de que para ese punto entonces nada podría sorprenderle más que un extraño fetiche o fantasía sexual.Por supuesto terminó por tragarse sus palabras al encontrarse con la cabeza pegada al lavamanos, una mano en su nuca obligándole a mantenerse en aquella posición mientras era duramente embestida, como si el único objetivo del hombre fuera destrozar su sexo.
De su boca salían ruidosos gemidos de placer mezclados con dolor cuando la otra mano del mayor golpeaba con fuerza sus glúteos, dejando seguramente la marca de su palma sobre su piel. Sus temblorosas piernas habían fallado hacía minutos atrás, y de no ser por el oji-violeta quien rodeaba su cintura con uno de sus brazos, probablemente estaría ya en el suelo.
La falta de vergüenza de ambos era increíblemente notable, cualquier persona necesitada de ir al baño sería de seguro testigo de los ruidosos gritos de la castaña y las denigrantes palabras que salían de la boca del hombre junto a sus fuertes nalgadas hacia la menor.Y como si la vida estuviera en contra suya, Rindo fue uno de esos testigos. Sus pies le arrastraron hasta el pasillo de los baños, detrás suyo le seguía aquella mujer la cual le había ofrecido ser su pareja para la fiesta, quien con la excusa de guiarle a los baños ocultaba sus verdaderas intenciones de tirarse al menor de los Haitani.
— Espera. — Rindo se detuvo escuchando el disturbio dentro de los baños femeninos, al principio era realmente fácil confundir aquellos ruidos con una pobre dama siendo abusada por su violento marido, pero había un detalle importante.
Rindo conocía perfectamente a la dueña de esos gritos.
Su ceño se frunció y no dudó dos veces en tocar la puerta dos veces. Los ruidos no cesaron, nadie respondió a su llamado.
— Ustedes dos. Salgan de ahí. — Ordenó el hombre.
Los ojos de Rindo se cerraron sintiendo sus labios temblar al escuchar como aquella castaña llegaba a su clímax en el otro lado, un orgasmo provocado por su hermano mayor. Su mandíbula se apretó con fuerza, cuando desearía Rindo ser él quien estuviera tomando a la mujer de esa manera hasta hacer desgarrar su garganta por tanto gritar.
La puerta entonces se abrió segundos más tarde, Ran salió primero, después tomando de la mano de su hermano mayor salió Sasaki quien observó a Rindo y a la ahora mujer que también tomaba de la mano del hermano menor.
Los ojos de la castaña y el menor de los Haitani se mantuvieron haciendo contacto por varios segundos, ambos con expresiones neutras en sus rostros.
— ¿Quién es tu amiga, Rin? — Sasaki sonrió con falsa inocencia mirando a la mujer atrás de Rindo quien sonrió hacia ella, una sonrisa arrogante.
Ran miró a la castaña, una risilla escapó de sus labios notando en su mirada aparentemente inocente aparecer un deseo por asesinar a aquella mujer.
¿Celos?
No, era muy pronto para ello ¿Verdad?
La mujer de obvios rubios teñidos se apegó más a Rindo, sus pechos aplastados contra el brazo del menor de los hermanos mientras continuaba con esa estúpida sonrisa en su rostro, Sasaki suspiró.
— Ran, cariño. — El mayor miró a la castaña. — ¿Por qué no vamos a beber algo antes de irnos a casa? No puedo esperar por mostrarte lo que hay debajo del vestido.
— Vaya propuesta tentadora, princesa. — Siguió el juego el oji-violeta.
— Alto. — Ran y Sasaki miraron a Rindo quien mantenía su ceño aún fruncido. — No irás a ningún lado con él, Ren.
— ¿Por qué te haría caso? Además, te ves bastante ocupado con tu novia. — La castaña comenzó a caminar tirando de la mano de Ran. — Yo también estaré ocupada con tu hermano.
Rindo apartó el cuerpo de la rubia a su lado, la mujer le miró confundida antes de atragantarse con su propia saliva al notar al menor de los hermanos tomar a la castaña por los hombros e impactar su cuerpo contra la pared.
— No seas tan bruto, Rin. — Rio Ran, observando a su hermano unir sus labios ferozmente con los de Sasaki.
— No tienes ningún derecho a estar celosa ¿Cierto? — Susurró Rindo, sus manos tomando aún de los hombros ajenos.
— No te creas tan importante. — Respondió Ren. — Eres solo un simple peón.
— Entonces no te importará que me revuelque con ella toda la noche.
— Y a ti tampoco te importará no volver a acostarte conmigo en tu misera vida. — Sasaki sonrió. — Atrévete a meter tu polla en esa mujer y no volverás a acercarte a mí o yo misma me encargaré de cortarte las pelotas, Rindo Haitani.
Una sonrisa se estiró en los labios de Rindo, su mano subió hasta la mejilla de la castaña, sus labios uniéndose esta vez en un suave beso.
— Raritos. — Expresó Ran, Rindo se alejó de la castaña.
— Aoi. — La rubia miró al menor de los hermanos con curiosidad. — Me voy, busca a Kokonoi y dile que le pagaré para que te lleve a tu casa.
— Espera, Rind-
La rubia se detuvo de golpe al ver a Ran interponerse en su camino. Su cuerpo enteró tembló mirando la intensa y molesta mirada del mayor de los hermanos diciéndole sin palabras que si se atrevía a interferir el mismo se encargaría de eliminarle.
Incluso cuando ellos dos anteriormente habían tenido una aventura juntos.
Aoi estaba ahora totalmente convencida, lo que los hermanos Haitani sentían por aquella castaña no era algo normal, no iban por ella por simple sexo, y la rubia temía haber hecho algo incorrecto que molestara a los dos mayores.
Pero lo que ella desconocía era que, a quien realmente debía temer no era a esos dos hermanos, sino a la mujer de castaños cabellos, quien para su buena o mala suerte ya había posado su mirada sobre la rubia.
Su cuerpo volvió a temblar una vez más observando a los dos hermanos alejándose por aquel pasillo, la mujer de castaños cabellos en medio de ambos, como una señora feudal siendo protegida por sus más leales vasallos.Como la reina que gobernaba a los temidos hermanos Haitani quienes ahora parecían sus perros más leales.
______________________________
🌹Un voto y un comentario se agradece.

ESTÁS LEYENDO
𝐏𝐫𝐞𝐝𝐚𝐭𝐨𝐫𝐬・[𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 𝐱 𝐎𝐜]
Fanfiction【La rivalidad que entre sus grupos había no sería un impedimento para estar juntos. Ser una mujer poderosa a veces podía ser agotador y qué mejor que disfrutar de los placeres carnales al lado de dos atractivos hombres que irían por ella sin importa...