CAPÍTULO CATORCE

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CAPÍTULO CATORCE

Conocer,

Sasaki abrió sus ojos después de unas largas horas de descanso. Los muchos recuerdos de lo vivido la noche anterior comenzaron a llegar a su cabeza, encontrándose después con que abrazaba un cuerpo a su lado, el cual también le rodeaba con sus fuertes brazos.

— ¿Ya despertaste? — La voz del hombre había bajado un par de tonos, escuchándose más ronca de lo usual.

— No, sigo durmiendo, tarado.

— Parece que el romance ya desapareció de nuevo. — Ran sonrió acariciando con suavidad uno de los hombros de la castaña. — Pedí el desayuno, no debe tardar en llegar.

— Bien... ¿Qué hora es? — Estirando su brazo, Ran tomó su móvil de una mesa de noche, mirando la hora.

— Nueve y media. — Respondió.

— Es tarde. — Sasaki se sentó. En un rápido movimiento ató sus cabellos en una coleta, girándose para levantarse e ir al baño.

La sensación incómoda de haber sido fuertemente tomada la noche anterior se hizo presente como un punzón en su cadera, sus ojos se movieron hasta Ran quien le miraba con una sonrisa burlona.

— También pedí una pastilla.

— Tú y tu hermano son unos animales. — Ren entró al baño, aprovechando su desnudez fue directamente a la ducha, girando el grifo del agua tibia para comenzar a lavarse.

Una persona más se unió al baño. Ran tomó de sus caderas y se inclinó a depositar un corto beso en su cuello, sonriendo al sentir a la menor girarse y estirar sus brazos enrollando sus dedos entre los cabellos de su nuca.

— Ren... Quiero pedirte algo.

— Mientras no sea una estupidez. — Ran bajó la mirada, no sabía si sus palabras le agradarían a la castaña, después de todo aún ni siquiera lograba entenderla por completo.

En realidad, nunca lo había logrado. Incluso para ese momento se encontraba confundido ¿Por qué la situación entre ellos había cambiado tanto?

¿Por qué ahora la rivalidad y tensión que entre ellos existía parecía comenzar a esfumarse?

Era todo tan diferente a un año atrás cuando recién se estaban conociendo.

Un año atrás

Habían pasado un par de semanas desde que su hermano menor comenzó a hablarle de esa supuesta mujer la cual le hacía la vida imposible y comenzaba a sacarle canas verdes. Ran solo pensaba en que quizá su hermano estaba siendo un poco exagerado, no debía de ser un problema para alguien como él deshacerse de una molestia o 'poner en su sitio' a una mujer.

En silencio, el más alto siguió a su menor hasta llegar a un callejón, Rindo le hizo una seña de que no hiciera ruido, señalando momentos después a una persona la cual se encontraba inclinada con un marcador negro en mano.
Una jovencita de castaños cabellos escribía insultos y ridiculizaba a los miembros de la organización mostrados en aquellos volantes de 'Se Busca', una gran sonrisa en su rostro haciéndole parecer disfrutar mucho de lo que hacía.

Ran frunció su ceño, odiaba ser ridiculizado de esa manera, así que, ignorando las advertencias de su hermano se adentró en el callejón hasta acercarse a la mujer y arrebatarle el marcador con el cual dibujaba.

— ¿Qué crees que haces, lindura? — El más alto sonrió con molestia. — Deberías tener más cuidado con quienes te metes.

— Y tú deberías de escuchar a tu hermano, pito-corto. — El sonido de un disparo logró que el mayor se sobresaltara, girándose hacia el sitio de donde había provenido el ruido.

Un hombre de cabellos negros y ojos azules se encontraba al final del callejón mirándole con una sonrisa, la castaña corrió hasta él y antes de desaparecer se tomó la molestia de mostrar su dedo corazón a Ran y a Rindo quien ahora se encontraba allí también.

— ¿Quién es esa perra?

— Lo averiguaremos. — Ran se sorprendió al ver a su hermano comenzar a correr, desapareciendo por el callejón también.

No dudó en seguirle. Al girar por una esquina se encontró con su hermano sosteniendo un arma, el hombre de cabellos negros tirado en el suelo y la mujer preocupada a su lado tras su compañero haber sido alcanzado por una bala.
Rindo se acercó a ella, tomándole de los cabellos y arrastrándole consigo. El mayor se acercó al pelinegro dando una patada en su abdomen al ver sus intenciones de levantarse y continuar peleando por la castaña.

— Andando.

Esa noche ambos habían cometido un nuevo secuestro, esta vez a aquella castaña la cual llevaba haciendo la vida imposible a su hermano desde hacía días atrás.
No fue muy diferente a lo de siempre, intentaron sacarle información torturándole de manera psicológica, un poco de manera física y verbalmente.

Los dos hermanos estaban sorprendidos de la resistencia que aquella mujer tenía, no sólo la tortura había sido casi inútil, sino que parecieron lograr que la castaña se volviera más agresiva y violenta cada vez que los veía.

Dos noches después de haber secuestrado y encerrado a la mujer, los hermanos se encontraban intentando sacar información nuevamente a la menor, pero esta simplemente no respondía a sus preguntas y les insultaba por tan solo respirar.

— Bien, me harté. — Rindo estiró su brazo tomando un tubo de metal. — Responde a las preguntas o juro por tu maldita existencia que te romperé el cráneo de un golpe.

— Cinco minutos. — Ambos hermanos se observaron extrañados al escuchar a la mujer hablar. — Cuatro.

— ¿Qué mierda murmuras? — Ran se inclinó tirando de los cabellos de la menor. — Deja de decir estupideces.

— Se arrepentirán. — Los ojos de la castaña se elevaron hasta los del hermano mayor, manteniendo el contacto visual. — Desearán no haberme conocido, su vida será un infierno desde hoy.

— ¿Sí? ¿Qué harás? ¿Clavarnos las uñas y salir huyendo como una nenita?

— Tu machismo me sorprende. — La mujer sonrió. — Dos.

— Quítate, acabaré con ella.

— Recuerden esto. — La atención de ambos hermanos se posó en la castaña. — Mi nombre es Sasaki Ren... Y yo soy la cabeza de Anhell, la organización que los destruirá uno por uno.

— ¿Qué?

— Uno.

Un fuerte estallido resonó por todo el sitio, Ran y Rindo se resguardaron tras una pared al notar escombros salir volando en su dirección. El ruido de múltiples pisadas llamó su atención sabiendo que algo no estaba bien, y pronto al menos veinte hombres armados se adentraron al sitio, entre ellos aquel joven de cabellos negros y ojos azules.

— He venido por ti como prometí, Ren. — Una sonrisa se estiró en el rostro del joven. — Siempre lo haré.

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Taiga, te amo ¿Te quieres casar conmigo?💍

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𝐏𝐫𝐞𝐝𝐚𝐭𝐨𝐫𝐬・[𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 𝐱 𝐎𝐜]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora