CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO
Bushida Taiga,
Unos años atrás, 2009
El sonido de la lluvia impactando contra los tejados de las casas eran tranquilizador y relajante.
Lo era cuando no te encontrabas refugiándote bajo un techo, con frío, hambre, sintiendo que la vida te había dado la espalda por completo.
Un joven de ojos azules se abrazaba a sí mismo, temblando, escuchando a la vez sus dientes tiritando por su temblar, deseando que la vida lo ayudara o aliviara finalmente su sufrimiento con la muerte.
Estar sin refugio bajo la lluvia en una noche era uno de los peores destinos, sin duda alguna, y el jovencito de hebras negras estaba seguro de que saldría de ahí con una neumonía grave que sería la que acabaría finalmente con su vida.Sus ojos se cerraron, intentando pensar en otra cosa para olvidar su situación actual. Después de haber sido obligado a abandonar el orfanato en el cual creció toda su vida, bajo abusos y maltratos de parte de las madres, su vida había sido un infierno total. Sin los títulos suficientes para ser alguien importante.
Un hombre de dieciocho años yendo a la deriva, esperando porque la muerte se apiadase de él y lo llevara consigo.
— Alivia mi dolor y llévame ya... — Tembló el joven, sintiendo unas pocas lágrimas acumularse en sus ojos debido al dolor que sus músculos sufrían debido al frío.
Unas pisadas lejanas que se acercaban lentamente parecieron escucharse como la muerte oyendo sus ruegos, sus ojos ya no querían ni siquiera abrirse para observar a su alrededor, deseando despertar en otro sitio si es que existía algo después de morir.
— ¿Acaso quieres morir, imbécil?
Sus orbes se abrieron de golpe, elevando la mirada para encontrarse con una joven de no más veinticinco años quien le observaba con notable molestia en el rostro, sosteniendo una sombrilla sobre ambos evitando ser mojados por la lluvia. Su ropa se veía lujosa y los pendientes que colgaban de sus orejas no se veían para nada económicos.
— Déjame en paz, mujer. — Respondió entre susurros y temblores el menor, la castaña rio.
— ¿Quieres acabar ya con tu miserable vida?
— Le agradecería a la muerte si lo hiciera. — Sus ojos azules se movieron hasta la mujer quien se inclinó frente a él, posando una mano en su frente.
— Te daré entonces un motivo para vivir, pero primero sígueme o morirás aquí.
Una sonrisa se estiró en el rostro de la castaña al ponerse nuevamente en pie, ofreciendo una mano al pelinegro, quien creyó ver una luz blanca alrededor de la mayor, como un ángel.
No dudó en tomar su mano y seguirle débilmente. Ambos llegaron a un vehículo negro, la mujer subió, esperando a que el joven hiciera lo mismo momentos después.
— ¿Cómo te llamas? — La sonrisa en su rostro no desapareció.
— Soy... Soy Bushida Taiga. — Respondió el pelinegro, sintiendo un leve calor apoderarse de sus mejillas.
— Es un placer, Bushida. Soy Sasaki Ren y quiero proponerte algo.
— ¿Qué cosa? — El ojiazul temió estarse involucrando en algo que le pusiera en riesgo.
Sí, contradictorio a los momentos anteriores en los cuales rogaba por su muerte.
— Te sacaré de tu miseria. — Aseguró la castaña. — Pero a cambio quiero tu vida. Me servirás y harás todo lo que te ordene, por mi parte cuidaré de ti, te mantendré a salvo a mi lado y jamás te faltará un techo, salud o alimentos... ¿Qué opinas?
— ¿Mi vida...? — El ceño de Taiga se frunció. — ¿A qué te refieres?
— Soy la cabeza de una organización criminal que crecerá, entonces gobernaré todo Japón, Asia entera de ser posible y para eso necesitaré hombres en los cuales confiar, hombres que me den sus vidas a cambio de protección. — Sasaki sonrió.
Bushida bajó la mirada, pensándolo por unos segundos. Sabía que una vez una persona se involucraba en esos trabajos jamás saldría de ahí, siendo la única verdadera salida, la muerte.
Pero su vida era una total mierda, sabía que negarse significaría volver a las calles, pasar hambre, frío, necesidades y sentirse humillado por todos aquellos quienes sí tienen lo necesario para vivir cómodamente.
Además, ningún criminal habría sido capaz de detenerse por un indigente como él, habrían pasado de largo como todos los demás, pero esa mujer había visto algo en él que no entendía. Algo que ni él mismo podía ver.— Acepto. — Pronunció el pelinegro, Sasaki asintió sonriente.
— Debes estar mentalmente preparado, porque tu vida cambiará desde hoy.
Fue la mejor decisión que Taiga pudo haber tomado.
Los próximos dos años el hombre debió acoplarse a la castaña, la mujer podía llegar a ser excéntrica en algunas ocasiones, o muy simple en otras. Su trabajo inicial se basó en limpiar cadáveres y restos de asesinatos, pero Bushida jamás se quejó porque ya había vivido lo peor que un ser humano podría vivir.
Poco a poco Sasaki comenzó a confiar más en él, asignándole trabajos que otros miembros jamás podrían realizar, permitiéndole tomar el control de ciertas situaciones que sólo la cabeza de la organización podría tener.
La cercanía en ambos aumentó, y para el tercer año Ren sería capaz de dejar la organización en manos del pelinegro e irse de vacaciones por dos meses enteros si así lo deseaba.Los rumores de quien podría ser el líder de Anhell ya no iban solos. Ahora el grandioso y aterrador líder de Anhell siempre caminaba con su más leal vasallo, quien sería capaz por dar su vida a cambio de la protección de la corona.
En su tercer año también conoció a Ahane Choji, un hombre en el cual Sasaki confiaría todo de sí misma y no dudaría jamás, ambos se llevaron bien de inmediato pues su objetivo era el mismo, ambos protegerían y defenderían con sus vidas a la castaña y a la organización, aunque el rubio era a veces difícil de comprender debido a su mayormente estado silencioso y de pocas palabras.
Para el quinto año, Bushida Taiga había sido nombrado como el segundo al mando, la mano derecha y ojos del líder de Anhell. Y fue ese mismo año cuando Bushida Taiga entendió que el sentimiento que en su pecho se instalaba cada vez que veía a la castaña no era más que un gran agradecimiento por haberle salvado de la tortuosa vida que llevó de joven.
Él estaba totalmente dispuesto a morir por su emperatriz.
Por su todo.
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Les recomiendo escuchar 'Brother' de Kodaline para entender un poco más la relación entre Sasaki y Bushida.
PD: Recomendaría ir a buscar pañuelos para las lágrimas si son sensibles, incluso yo lloré con esa canción.
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🌹Un voto y un comentario se agradece.

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𝐏𝐫𝐞𝐝𝐚𝐭𝐨𝐫𝐬・[𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 𝐱 𝐎𝐜]
Fanfiction【La rivalidad que entre sus grupos había no sería un impedimento para estar juntos. Ser una mujer poderosa a veces podía ser agotador y qué mejor que disfrutar de los placeres carnales al lado de dos atractivos hombres que irían por ella sin importa...