𝐏𝐫𝐞𝐝𝐚𝐭𝐨𝐫𝐬・[𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 𝐱 𝐎𝐜]

CAPÍTULO UNO

CAPÍTULO UNO

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Las sirenas de la policía resonaban por toda la ciudad alejándose rápidamente por cada cuadra que pasaban, los ojos curiosos de los transeúntes nocturnos seguían a aquella notable cantidad de vehículos policiales siguiendo un vehículo negro que se desplazaba a velocidades no permitidas.
Una mano salió por la ventanilla del asiento del conductor mostrando sin vergüenza alguna su dedo corazón a quienes le seguían por detrás, dentro de aquel coche negro solamente podían escucharse carcajadas de dos únicas personas presentes.

— Por ahí. — Señaló el copiloto, Bushida Taiga.

La mujer que conducía no tardó en girar por una esquina escuchándose los neumáticos del vehículo resbalar antes de continuar por su camino perdiendo pronto a los vehículos policiales.

— Los perdimos. — La castaña que conducía sonrió mientras encendía un cigarro y comenzaba a fumarlo. — Son tan inútiles que me dan pena.

— No es de sorprender.

Un teléfono sonó en el sitio, el pelinegro lo tomó contestando la llamada y colocándola en altavoz.

— Una vez más has logrado burlar a la ley. — Una risa burlona se escuchó de fondo. — Nada extraño viniendo de la gran Sasaki Ren.

— Haitani Ran. — La mujer sonrió. — ¿A qué se debe tu sorpresiva llamada?

— ¿No es obvio?

Sasaki y Bushida se observaron por unos segundos antes de sonreír.

— He tomado mi decisión, Haitani. — Ren estacionó el vehículo a un lado de la carretera. — Mi respuesta es definitiva, no me harás cambiar de opinión incluso dándome toda la ciudad... Además, solo eres un simple peón de Sano Manjiro ¿Crees que me importas?

— Ouch, eso dolió, preciosa. — Sasaki rio. — No te basta con burlarte y hablar mal de nosotros con otras personas, tampoco te molesta decírmelo directamente, tienes mucho valor.

— No tengo pelos en la lengua, de mi parte tú y tu hermano menor pueden irse muy al carajo.

— Pareciera como si nos odiaras solo a nosotros, pero no es así con los demás ¿Cierto? — Ran suspiró. — Es frustrante.

— Sanzu es sexy.

— ¿Sanzu?

Los ojos de Sasaki se movieron rápidamente al retrovisor al notar luces rojas y azules cerca. — Si no te importa, debo de escapar de la ley una vez más. Espero que tu jefe te dispare por accidente. Nos vemos.

La llamada finalizó.

— ¿Qué harás? — Bushida miró también las luces, una sonrisa se estiró en el rostro de Ren.

— Huir ¿Qué más puedo hacer?

El motor del vehículo rugió fuertemente antes de ponerse en marcha de nuevo.

Quizás una pequeña presentación no vendría mal ¿Cierto? Y es que siendo una persona que tan solo un par de docenas de humanos habían visto y toda una nación conocía de escucha debía de ser intrigante saber quién diablos era Sasaki Ren.

En pocas palabras, una mujer malvada que había salido de la nada para traer el caos a la ciudad.

Aunque a veces los noticieros lo exageraban de más con eso de descuartizar cadáveres o matar por diversión. Por supuesto que estaba involucrada en trabajos ilegales y bajo su mando había toda una organización creciente que provocaba grandes dolores de cabeza a los policías, pero todo el trabajo sucio solían hacerlo sus peones, no ella.
¿Sasaki Ren? Solo era un nombre falso que decidió utilizar para que nadie conociera quien era realmente la mujer que lideraba aquel gran imperio nocturno criminal.