CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE
Creciendo,
Un par de últimas lágrimas descendieron por las mejillas de Ren, succionando suavemente el glande del falo ajeno y sintiendo su boca ser llenada con tales amargos jugos.
Ran sonrió satisfecho, inclinándose a limpiar el semen que bajaba por las comisuras de la mujer, adentrándolo nuevamente a su boca.
— Qué linda te ves así, preciosa.
— Quítate. — Rindo apartó a su hermano de un empujón, logrando que este cayera sentado en la cama.
— Vaya desesperación, hermanito. — Ran rio.
— Ven aquí. — Sasaki obedeció. Rindo posó ambas manos sobre los hombros de la mujer, haciendo una leve presión que logró que las rodillas de la castaña impactaran contra el suelo, quedando arrodillada frente a él. — Abre la boca.
Ren sonrió volviendo a obedecer, sus mejillas se pintaron de un suave rosa sintiendo el pulgar de Rindo adentrarse a su boca, abriendo más su cavidad antes de inclinarse y escupir dentro de ella.
No se le permitió ni tomar un respiro antes de serle adentrado el falo ajeno a su boca de golpe, golpeando su garganta.
Sasaki sintió sus ojos volver a llenarse de lágrimas, instalándose en ella una necesidad por devolver lo que había comido horas atrás junto a los hermanos.Rindo gimió ronco, tomando de los cabellos de la mujer con algo de fuerza ante la agradable sensación de calidez y humedad que envolvía su longitud.
— Terminemos con esto, linda. — El hermano menor sonrió con maldad. — Aguanta un poco más.
Pidió, comenzando a dar suaves embestidas en la boca de la menor, jadeando cada vez que la castaña gemía produciendo pequeñas vibraciones que recorrían cada centímetro de su sexo.
Sasaki miraba al hombre frente a ella, sosteniéndose de sus caderas mientras apretaba sus piernas en un intento por controlar lo necesitado que su sexo se encontraba también.Ran desde su sitio comenzó a satisfacerse, acariciando su extensión de arriba hacia abajo en lentos movimientos que producían ligeros espasmos en su cuerpo.
Aquella noche esa habitación había sido dominada por del pecado de la lujuria, siendo cada una de las tres personas destinada a vivir eternamente en el báratro por sus errores de los cuales en realidad no se arrepentían.
Si irían al infierno, sería juntos.
[...]
Sanzu abrió la puerta escuchando las firmes y fuertes pisadas acercándose por el pasillo. Sus ojos azules observaron a una castaña de llamativas curvas acercándose a él, a cada uno de sus lados dos altos hombres que imponían gran poder.
Para cualquier otra persona, no a él, claro estaba.
Sasaki no le miró, mucho menos le saludó antes de entrar a la oficina en donde la cabeza de Bonten se encontraba. Mikey se mantenía en silencio, sentado en su silla mientras comía algún dulce traído por el peli-rosa.
— Habla, no tengo tiempo que perder. — Ren se dejó caer en el asiento de enfrente, esperando la respuesta del albino frente a ella.
— La organización rival. — Mencionó. — Están creciendo ¿Sabes a qué se debe?
— No tengo idea. — La castaña soltó un suspiro pesado. — ¿Tienes información sobre su líder?
— La tengo. — Los ojos negros de Mikey se posaron sobre ella, Sasaki mantuvo la mirada hasta que este rompió el contacto visual primero. — Hay un edificio al norte de Tokio, ahí se encuentra él.
— Escondido como una rata de alcantarillado. — Añadió Sanzu.
— Creemos que, Leviathan Island, es su edificio principal y donde se enconde actualmente.
— Entiendo. — Sasaki chasqueó sus dedos, Bushida se acercó a ella, entregándole una laptop en la que mostraba una fotografía del edificio. — Lo reconozco, puedo enviar a mis hombres a investigar un poco.
— Olvídalo, mujer. — Haruchiyo se intentó acercar, siendo detenido en el proceso por Hanma quien sonrió con diversión.
— Te agradecería que te mantengas alejado de la señorita Sasaki.
— Quítate, imbécil. — Empujó Sanzu, apartando al más alto, acercándose al lado de Manjiro.
— Evita ir a esa zona si no quieres terminar con tu cabeza llena de agujeros por impactos de bala. — Sano cerró sus ojos con cansancio. — La única manera de lograr pasar apenas la recepción sería enviar a varios grupos de nuestros hombres y tus hombres.
— Hay algo en lo que te equivocas, Manjiro. — Mikey abrió sus ojos nuevamente para mirar a Sasaki. — No creas que mis hombres son inútiles como los tuyos.
— Estaría encantado de ir a volar cabezas. — Comentó Shuji, pasando un brazo sobre los hombros de Taiga quien sólo suspiró cansado.
— Créeme. — Sanzu señaló a la mujer. — Si actúas por cuenta propia definitivamente estarás muerta pronto.
— Qué genial. — Respondió la mujer. — Que tus hombres sirvan de apoyo a los míos, esto no es una guerra, pero tampoco hay que tomarlo a la ligera. Decide ya, Sano.
— Bien. — Haruchiyo miró a su jefe con sorpresa. — Te prestaré a varios de mis hombres... Pero tráeme al líder de esa organización, vivo o muerto.
— Puedes estar seguro de que cumpliré con mi parte, tú puedes seguir escondido aquí. — Sasaki se puso en pie. — Es un placer hacer negocios contigo, Sano Manjiro.
El albino y peli-rosa observaron entonces a la mujer girarse y retirarse de la oficina, sus dos hombres siguiéndola por detrás.
Desde la revelación de quien era la verdadera cabeza de Anhell los intentos de captura a la castaña habían aumentado, pero ambos hombres en aquella sala sabían lo escurridiza que era la mujer, tal como una rata de alcantarillado la cual debías de esforzarte para atrapar.La policía no era un agente del todo útil esos días, fáciles de evitar y fáciles de comprar, después de todo un par de fajos de dinero harían feliz a cualquier persona.
— Mikey. — Haruchiyo bajó la mirada, su líder ni siquiera le miró. — ¿Estás seguro de lo que haces?
— Sí. — Manjiro se puso en pie, caminando también a la salida. — Tener su apoyo nos beneficiará a todos, además... El tema de los hermanos está aún presente.
— Esos imbéciles. — Sanzu rodó los ojos presionando el botón del ascensor. — Para comenzar no debieron de haberse fijado en ella ¿Están mal de la cabeza? Esa mujer está loca.
— El burro hablando de orejas. — Susurró Manjiro para sí mismo. — Míralo cómo una posible oportunidad de unión entre Bonten y Anhell en un futuro.
— ¿Estarías dispuesto a hacer eso?
Mikey no respondió. La respuesta era obvia.
______________________________
🌹Un voto y un comentario se agradece.
ESTÁS LEYENDO
𝐏𝐫𝐞𝐝𝐚𝐭𝐨𝐫𝐬・[𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 𝐱 𝐎𝐜]
Fanfiction【La rivalidad que entre sus grupos había no sería un impedimento para estar juntos. Ser una mujer poderosa a veces podía ser agotador y qué mejor que disfrutar de los placeres carnales al lado de dos atractivos hombres que irían por ella sin importa...